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Δευτέρα 3 Ιουνίου 2013

«DOMINGO DE LA SAMARITANA» “EL AGUA VIVA”

 
Κυριακή της Σαμαρείτιδος- «Το ύδωρ το ζών»
(Μητροπολίτου Κυθήρων Σεραφείμ)

«DOMINGO DE LA SAMARITANA»
EL AGUA VIVA”
«…pero, el que beba del agua que yo le dé no tendrá jamás sed, además, el agua que yo le daré se convertirá en agua manantial espiritual de fuente inagotable que siempre brotará regalándole vida eterna»
«...τό ὕδωρ ὅ δώσω αὐτῷ, γενήσεται ἐν αὐτῷ πηγή ὕδατος ἁλλομένου εἰς ζωήν αἰώνιον» (Ἰωάν. 4,14)
Queridos hermanos estamos al 5º Domingo después de la Santa Pascua, el conocido Domingo de la Samaritana. El Domingo pasado la Lectura Evangélica nos ha hablado sobre el acercamiento cariñoso y el regalo de la curación física del enfermo paralítico crónico por el gran y divino Médico, el Θεάνθρωπος (zeánzropos Dios y hombre). El Domingo de hoy el Santo Evangelio nos habla sobre el encuentro del Sanador y Salvador Cristo con la Samaritana en el pozo de Job; A la que nuestro filántropo Señor, después de aquel diálogo sanador y salvador que tuvo con ella sobre “el agua viva”, “el verdadero Culto Divino” y “la apocálipsis=revelación de su cualidad como Mesías”, la regaló la terapia psíquica y la verdadera teognosía (conocimiento de Dios).
El Cristo pidió a la Samaritana el agua natural que quita la sed natural del hombre, para abrir el diálogo con ella y en la duda de ella la dijo que: si conociera la donación del Espíritu Santo y el interlocutor, aquella pediría y tomaría elagua viva”, el agua inagotable de la Jaris (gracia, energía increada) del Espíritu Santo, que como otra agua espiritual limpia, refresca, consuela, sana y vivifica las psiques. (Agua increada, la jaris increada que quita la dipsomanía y la ansiedad del alcohólico, del drogadicto y del depresivo).
Literalmente «agua viva» es el agua de la fuente que fluye y no este que está en un depósito o pozo. Es agua que no está parada, dice un intérprete eclesiástico, no como las aguas que están en las ciénagas y los pozos que traen hedor, mal olor y están podridas, sino agua viva, es decir, esta agua que brota, salta y se mueve. Como agua viva se llama también la vida eterna, la sanación y salvación como plena satisfacción de todos los anhelos y necesidades del corazón. “Agua viva” es también “el agua manantial de la divina enseñanza”. Por un lado, agua que limpia la suciedad del pecado, apaga la llama de los pazos y sana la sequedad de la incredulidad y la infructuosidad. Por otro lado, agua viva porque es imparable y en movimiento perpetuo.
San Cirilo de Alejandría dice que “agua viva” se llama la dación vivificante del Espíritu Santo, con la que la humanidad… que está ya seca y estéril de cada virtud… bebe la jaris (gracia, energía increada) vivificante con la que se adorna con muchas y buenas ideas de los bienes.
Se llama también “agua viva” según Teofilacto, intérprete eclesiástico, porque “la jaris (gracia, energía increada) del Espíritu Santo convierte la psique en movimiento perpetuo hacia el bien y la regala ascensiones espirituales”.
Y cuando la Samaritana, después de la revelación de su pasado pecaminoso que la hizo el Cristo, fue convencida que ante ella no tenía un hombre simple, sino un profeta; entonces pidió de su interlocutor que le resuelva la diferencia entre Samaritanos y Judíos sobre la manera del Divino Culto, y el Divino Maestro la reveló la gran sanadora y salvadora verdad sobre la manera del Culto Divino, puesto que «el Dios es espíritu y los que le adoran han de hacerlo en espíritu y verdad» (Jn 4,24).
El Dios es espíritu, porque es Nus infinito, increado y perpetuo. Es un Ser (o Existencia) lógico, incorpóreo, invisible e incorruptible. Es más fácil decir y confirmar uno lo que no es el Dios (teología apofática), que confirmar y definir lo que es (teología catafática). Es espíritu que no tiene cuerpo, huesos y carne. ¿Pero quién conoce los caminos del Espíritu de Dios?
San Juan el Crisóstomo aconseja que nuestro culto al Dios incorpóreo debe ser de tal manera que sea ofrecido a través de nuestro incorpóreo que tenemos en nuestro interior, es decir, con la psique y la limpieza, pureza y claridad del nus… No sacrifiques pues, ovejas y terneras, sino con todo vuestro ser haced sacrificio vivo… crucificar vuestros egoísmos y los deseos animales rechazarlos y degollarlos.
El culto de Dios, Quien es espíritu, requiere por encima de todo la naturaleza más interior del hombre que está liberada de cualquier impedimento, allí viene la apocálipisis=revelación de Dios, sea en el lugar interior o por el culto de la carne exterior. El culto exterior debe estar acompañado con el culto que se hace en el altar interior del corazón siendo una manifestación de ello. Porque el culto es inclusión entera de nuestra naturaleza a Dios. Es un despertar de nuestra conciencia de Su santidad, una saciedad de nuestra diania (mente, intelecto, cerebro) de Su verdad, es catarsis-sanación, purificación de nuestra fantasía de Su belleza, la apertura de nuestro corazón de Su agapi y la paciencia de nuestra voluntad a Sus divinas voluntades.
El agua viva, que el mismo Cristo, Su Santísimo Espíritu y el Culto Divino nos quitan la sed (la ansiedad), nos fortalecen y nos estimulan en la nuestra lucha para nuestra vida. Con la Jaris energía increada y la fuerza de los Misterios nos alimentamos, nos vivificamos y nos santificamos.
Esto ha ocurrido también con la Samaritana, que antes era una mujer mundana y desviada. Sin embargo, cuando conoció a Cristo y conversó con Él, se giró hacia la comida espiritual de la Divina enseñanza y su vida cambió radicalmente con la verdadera metania (introspección, arrepentimiento y confesión), se hizo predicadora de las verdades divinas y ha dado testimonio y martirio junto con sus hermanas y sus hijos. Ojalá que tengamos sus intercesiones. Amín.
Metropolita Serafin de la isla de Kízira Fuente: ΑΚΤΙΝΕΣ
Traducido por: χΧ jJ www.logosortodoxo.com (en español)
Evangelio de Juan, cap. 4, 5-42
Domingo de la Samaritana
5 Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
6 Y allí existía el pozo de Jacob. Jesús como venía cansado del camino se sentó sin más al pozo; Era como la ora sexta, (es decir, cerca las doce del mediodía.)
7 Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber.»
8 Porque los discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.
9 La samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? Dijo esto, porque los judíos odiaban a los samaritanos y no querían tener ningún trato con ellos.
10 Respondió Jesús y dijo: «si conocieras el regalo de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías y él te daría a ti agua viva.» (Es decir, los inestimables regalos del Espíritu Santo que mediante la increada energía Jaris, que es el agua insaciable, hace la catarsis, purifica, refresca y vivifica la psique haciéndola brotar y fructificar las virtudes y las obras buenas, más los frutos espirituales que son preciosos y agradables a Dios.)
11 La mujer le dijo: Señor, si no tienes con qué sacar el agua, y el pozo está hondo; ¿de dónde, pues, te viene y tienes esa agua viva?
12 ¿Acaso, eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y del cual bebió él mismo, sus hijos y sus ganados?
13 Respondió Jesús y le dijo: «Quien bebe de esta agua volverá a tener sed;
14 pero, el que beba del agua que yo le dé no tendrá jamás sed, además, el agua que yo le daré se convertirá en agua manantial espiritual de fuente inagotable que siempre brotará regalándole vida eterna.»
15 Le dijo la mujer: Señor dame de esta agua para que no sienta más sed ni tenga que venir aquí a sacarla.
16 Jesús le dijo la mujer: «Anda, llama a tu marido y vuelve aquí con él.»
17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Le dijo Jesús: «Bien has dicho que no tienes marido,
18 porque cinco tuviste, y al que tienes ahora no es tu marido legal; en esto has dicho la verdad.»
19 La mujer le dijo: Señor, de todo lo que me has revelado, veo y considero que tú eres profeta. (Y aprovecharé la ocasión para preguntarte de un asunto religioso serio).
20 Nuestros padres adoraron a Dios en este monte. Pero vosotros decís que el sitio donde se ha de adorar a Dios es Jerusalén.
21 Jesús le dijo: «Mujer, créeme que está llegando la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
22 Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los Judíos.
22. Vosotros los Samaritanos han rechazado la mayoría de los libros del Antiguo Testamento y adoráis lo que conocéis muy poco. Los Judíos adoramos lo que conocemos mejor que vosotros y los demás pueblos. Porque el Mesías quien dará la salvación de todos los pueblos proviene de los Judíos.
23 Pero llega la hora, y esta ya es, cuando los adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así son los adoradores que el Padre quiere.
23. Pero viene la hora, y ya está, en que los auténticos y verdaderos adoradores honrarán y darán culto lógico, verdadero y claro al Padre. Además, no un culto típico y simbólico, sino con el nus, es decir, el espíritu del corazón iluminado y el corazón psicosomático purificado, así serán los verdaderos adoradores y estos son los que quiere el Padre.)
24 Dios es espíritu y los que le adoran han de hacerlo en espíritu y verdad.
24. Porque Dios es espíritu omnipresente y no se limita en lugares. Y aquellos que le adoran deben de hacerlo con todas la potencia y energías interiores de su psique; es decir, con su espíritu, corazón y mente dedicado a él y con verdadera gnosis iluminada de él, y el culto que le merece.»
25 Le dijo la mujer: Yo sé que vendrá el Mesías, que en helénico se llama Cristo; Y cuando venga, aquel nos enseñará y aclarará todo.
26 Le dijo Jesús: «Yo Soy, el que habla contigo.»
27 En esto llegaron los discípulos y se admiraron que estuviera hablando con una mujer. Pero ninguno se atrevió a decirle qué la estaba preguntando o por qué estaba hablando con ella. (Cosa que prohibían los rabinos de los Judíos).
28 Entonces la mujer muy emocionada dejó su cántaro, y fue a la ciudad y dijo a los hombres:
29 Venid a ver a un hombre que me ha adivinado todo cuanto he hecho. ¿Será acaso éste el Cristo?
30 Entonces los samaritanos salieron de la cuidad viniendo hacia donde estaba Jesús.
31 Entre tanto los discípulos le rogaban diciendo: Maestro come.
32 Él les dijo: «Yo tengo una comida que vosotros no sabéis».
32. Mientras tanto Él absorbido en Su suprema obra espiritual e indiferente por la comida material, les dijo: «Yo tengo una comida que vosotros no conocéis ni habéis visto.»
33 Entonces los discípulos, (como no habían captado el significado de los logos del Señor,) se decían unos a otros: A lo mejor las horas que hemos faltado, alguien le habrá dado de comer.
34 Jesús les dijo: «Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envió y completar su obra, (es decir, la sanación y salvación del hombre.)
35 ¿No decís vosotros que aún faltan cuatro meses para la siega? Pues yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos ya dorados para la siega.
35. ¿No decís vosotros que aún faltan cuatro meses para la siega? Pues yo os digo que también existe la siega espiritual, en la cual el logos de Dios puede fructificar en poco tiempo. Y para que os convenzáis, pues, alzad vuestros ojos y ved la multitud de samaritanos que están viniendo, además, los otros pueblos que están listos para venir. Estos son como los campos de personas lógicas, en los cuales aún no se ha sembrado el logos de la verdad, pero que están dorados, preparados ya para la siega. Así también en todas partes del mundo las psiques de los hombres ahora están maduras para recibir la salvación.
36 Y el que siega este campo recibe su salario, se alegra y goza, porque recoge fruto para la vida eterna, para que se alegren el sembrador y el segador.
36. Y el que siega en este campo espiritual, recibe su salario por el Señor y se alegra viendo su cosecha espiritual no sólo ahora aquí sino también en la vida futura, la eterna. Porque está llamando y reuniendo hombres para la vida eterna. Así también por la siembra espiritual que se hace ahora, yo el sembrador me alegro junto con vosotros que segaréis.
37 En este caso se cumple aquel dicho: Uno es el que siembra y otro el que siega. (Yo he sembrado y vosotros mis descendientes segaréis).
38 Yo os he enviado a segar lo que no trabajasteis; otros labraron y vosotros os aprovecháis de su trabajo.
38. Yo, el Señor del campo, os he mandado a segar lo que vosotros no habéis labrado; otros han labrado y sembrado, es decir, yo y los profetas, y vosotros entrasteis en sus labores para segar lo que no habéis sembrado.»
39 Muchos de los Samaritanos de aquella ciudad creyeron en él, por el testimonio de la mujer, que decía: Me ha adivinado todo cuanto he hecho.
40 Entonces cuando vinieron los Samaritanos a él, le rogaron que se quedase con ellos en su ciudad para siempre; y se quedó allí dos días.
41 y muchos más creyeron al escuchar sus logos.
41. Y durante estos dos días por las enseñanzas de los logos, que él mismo les instruyó, creyeron muchos más de los que habían venido al pozo rogándole que se quedara en su ciudad.
42 Entonces dijeron a la mujer: ya no creemos por las palabras que tú nos has dicho. Porque nosotros mismos hemos visto y escuchado, por lo tanto, estamos convencidos de que él es realmente el Sanador y Salvador del mundo, el esperado Mesías, el Cristo o el Crismado, (Jn 4. 5-42).

Traducido por: χΧ jJ www.logosortodoxo.com (en español)



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