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Τρίτη 16 Δεκεμβρίου 2014

El Evangelio de San Juan Capítulo 13

ΚΑΤΑ ΙΩΑΝΝΗΝ ΕΥΑΓΓΕΛΙΟΝ
El Evangelio de San Juan
Capítulo 13
(En letra normal traducción más literal del texto original en griego clásico y en letra cursiva en griego moderno ampliando un poco el sentido de cada frase, por memorable Panagiotis Trémpelas, teólogo y catedrático, cualquier error por favor avisarnos).
1-17 Jesús lava los pies de sus discípulos. 18-30 El alejamiento de Judas. 31-38 La última enseñanza del Señor hacia sus discípulos, indispensable su separación de los doce por la Pasión.
1 Antes de la fiesta de la Pascua, como Jesús conocía claramente que había llegado la hora predeterminad, por Dios para ofrecer su gran sacrificio y pasar de este mundo al Padre, Jesús, habiendo amado perfectamente a los suyos que estaban en el mundo y ahora se quedaban aquí, les amó hasta el fin.
2 Y cuando cenaban, el diablo ya había metido al corazón de Judas el Iscariote, hijo de Simón, y el mal pensamiento de entregarle a sus enemigos;
3 conociendo Jesús que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas, y que había salido de Dios para venir al mundo y a Dios volvía,
4 se levantó de la mesa, se quitó la ropa exterior, tomó una toalla y se la ciño.
5 Luego puso agua en un barreño y comenzó a lavar los pies de sus discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.

6 Al llegar a Simón Pedro, éste le dijo: Señor, ¿tú mi maestro me lavarás los pies?
7 Respondió Jesús y le dijo: «Lo que yo hago, tú no lo conoces ni lo entenderás ahora; lo comprenderás después de todo esto.»
8 Le dijo Pedro: Jamás en este siglo tú me lavarás los pies. Le contestó Jesús: «Si no te los lavare, no tendrás parte conmigo.»
9 Simón Pedro le dijo: Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.
10 Jesús le dijo: «El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, pues está completamente limpio (espiritualmente); Y vosotros estáis limpios (espiritualmente), aunque no todos.»
11 Porque conocía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No todos estáis limpios.»
12 Después de lavarles los pies, se puso la ropa exterior y se sentó de nuevo en la mesa, diciéndoles: «¿conocéis el sentido y significado de lo que os he hecho?»
13 Os lo explicaré. «Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque de verdad lo soy.
14 Pues si yo os he lavado los pies, siendo vuestro Maestro y Señor, vosotros también debéis de lavar los pies los unos a los otros.
15 Y os he dado el ejemplo, para que vosotros hagáis también como yo he hecho.
16 Amín, amín, de verdad, en vedad os digo: no es el siervo mayor que su Señor, ni el apóstol o enviado es mayor que el que le envió.
17 Si conocéis bien esto que os he dicho, seréis bienaventurados y felices si lo practicáis y aplicáis.
18 No lo digo de vosotros. Yo sé muy bien a quienes he elegido; pero debe cumplirse la Escritura: Aquel que come conmigo en la misma mesa, ha alzado su pierna contra a mí o se ha vuelto contra mí.
18. Estas cosas no las digo de vosotros, porque no todos están bien dispuestos a cumplirlas. Yo conozco desde el principio, que tipo de personas eran los que he escogido como estrechos colaboradores míos para el axioma de Apóstol. Conocía muy bien que un indigno se ha introducido entre vosotros para que se cumpla la profecía de la escritura: “Aquel que come continuamente conmigo el pan en esta mesa como amigo, levantó contra mí su pierna y me dio una patada”.
19 Os lo digo ahora antes de que suceda, para que cuando suceda la traición creáis que YoSoY, o yo soy el que soy, el Cristo, el que han anunciado los profetas.
20 Amín, amín, de verdad en verdad os digo, aquel que recibe al que yo enviare, a mí me recibe. Y aquel que recibe y acepta a mí, recibe al que me ha enviado. Por lo tanto, aquel que os recibe y acepta como discípulos y apóstoles míos, es como si recibiese a mí y a mi Padre.»
21 Al decir esto Jesús, se conmovió interiormente su espíritu, (porque vio con claridad y gran tristeza, el terrible resultado del alumno traidor) y testimonió claramente sobre el traidor, y dijo: «Amín, amín, de verdad en verdad os digo que uno de vosotros me entregará.»
22 Entonces los discípulos se miraban con inquietud y miedo el uno al otro, dudando de quién hablaba.
23 En aquel momento había recostado a lado de Jesús uno de sus discípulos a quien Jesús amaba especialmente.
24 A éste le hizo señas Simón el Pedro para que preguntase de quién habla.
25 Al haber caído con cariño y devoción aquel discípulo al pecho de Jesús le dijo: “Señor, ¿quién es el que te va a traicionar?” (Era san Juan el escritor de éste Evangelio, pero por humildad no nos dice su nombre.)
26 Jesús le contestó: «Es aquel a quien yo antes le mojaré un trozo de pan y se lo daré;» Y realmente mojando un trozo de pan, lo ha dado a Judas el Iscariote, el hijo de Simón.
27 Después Judas tomó el bocado de la mano del Maestro, al mismo instante se introdujo en él el satanás y le dominó completamente. Jesús le dijo: «Lo que tengas de hacer, hazlo pronto.»
28 Ninguno de los discípulos que estaban sentados en la mesa conoció por qué le dijo esto.
29 Algunos pensaron que, como Judas tenía la bolsa, le decía Jesús: Compra lo que necesitamos para la fiesta o que diera algo a los pobres.
30 Él, tomando el bocado, se salió luego. Ya era de noche.
31 Tan pronto como Judas salió, dijo Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y el Dios ha sido glorificado en él.
31. Cuando Judas salió de la sala de la cena, Jesús dijo: Ahora que Judas va a traicionarme y empieza mi pasión, se ha glorificado el hijo del hombre mediante la muerte por crucifixión, puesto que con ella anula el pecado y la muerte espiritual. Y Dios se ha glorificado con toda la vida del hijo del hombre y sobre todo por su obediencia hasta la muerte en la cruz.
32 Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y le glorificará pronto.
33 Queridos hijos míos, voy a estar ya muy poco con vosotros; Me buscaréis, pero como dije a los judíos, así os digo ahora vosotros: que adonde yo voy, vosotros no podéis venir ahora. (Es decir, que me buscaréis y no me encontraréis, porque yo estaré en los cielos, en cambio vosotros estaréis por bastante tiempo aún en la tierra, para que prediquéis enseñando, como apóstoles o enviados míos, la sanación y salvación a los hombres.)
34 Un mandamiento nuevo os doy: «que os améis los unos a los otros como yo también os he amado.
35 En esto se convencerán y conocerán todos que sois mis discípulos: si tenéis la agapi (o amor desinteresado) entre vosotros.»
36 Le dijo Simón el Pedro: Señor, ¿adónde vas? Respondió Jesús: «Adonde yo voy no puedes tú seguirme ahora; más tarde me seguirás, (cuando cumplas tu misión en la tierra.)
37 Pedro le dijo: Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi psique, (mi vida o lo que sea) por ti para seguirte.
38 Jesús le contestó: «¿Darás tu vida por mí? De verdad en verdad te aseguro que no cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.»
Traducido por: χΧ jJ www.logosortodoxo.com (en español)

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