ΚΑΤΑ
ΙΩΑΝΝΗΝ
ΕΥΑΓΓΕΛΙΟΝ
El Evangelio de San Juan
Capítulo
13
(En
letra normal traducción más literal del texto original en griego
clásico y en letra cursiva en griego moderno ampliando un poco el
sentido de cada frase, por memorable Panagiotis Trémpelas,
teólogo y catedrático, cualquier error por favor avisarnos).
1-17 Jesús lava los pies de sus discípulos.
18-30 El alejamiento de Judas. 31-38 La última enseñanza del Señor
hacia sus discípulos, indispensable su separación de los doce por
la Pasión.
1 Antes de
la fiesta de la Pascua, como Jesús conocía claramente que había
llegado la hora predeterminad, por Dios para ofrecer su gran
sacrificio y pasar de este mundo al Padre, Jesús, habiendo amado
perfectamente a los suyos que estaban en el mundo y ahora se
quedaban aquí, les amó hasta el fin.
2 Y cuando
cenaban, el diablo ya había metido al corazón de Judas el
Iscariote, hijo de Simón, y el mal pensamiento de entregarle a sus
enemigos;
3
conociendo Jesús que el Padre había puesto en sus manos todas las
cosas, y que había salido de Dios para venir al mundo y a Dios
volvía,
4 se
levantó de la mesa, se quitó la ropa exterior, tomó una toalla y
se la ciño.
5 Luego
puso agua en un barreño y comenzó a lavar los pies de sus
discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.
6 Al llegar
a Simón Pedro, éste le dijo: Señor, ¿tú mi maestro me lavarás
los pies?
7 Respondió
Jesús y le dijo: «Lo que yo hago, tú no lo conoces ni lo
entenderás ahora; lo comprenderás después de todo esto.»
8 Le dijo
Pedro: Jamás en este siglo tú me lavarás los pies. Le contestó
Jesús: «Si no te los lavare, no tendrás parte conmigo.»
9 Simón
Pedro le dijo: Señor, no sólo los pies, sino también las manos y
la cabeza.
10 Jesús
le dijo: «El que se ha bañado no necesita lavarse más que los
pies, pues está completamente limpio (espiritualmente); Y
vosotros estáis limpios (espiritualmente), aunque no todos.»
11 Porque
conocía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No todos estáis
limpios.»
12 Después
de lavarles los pies, se puso la ropa exterior y se sentó de nuevo
en la mesa, diciéndoles: «¿conocéis el sentido y significado de
lo que os he hecho?»
13 Os lo
explicaré. «Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien,
porque de verdad lo soy.
14 Pues si
yo os he lavado los pies, siendo vuestro Maestro y Señor, vosotros
también debéis de lavar los pies los unos a los otros.
15 Y os he
dado el ejemplo, para que vosotros hagáis también como yo he hecho.
16 Amín,
amín, de verdad, en vedad os digo: no es el siervo mayor que su
Señor, ni el apóstol o enviado es mayor que el que le envió.
17 Si
conocéis bien esto que os he dicho, seréis bienaventurados y
felices si lo practicáis y aplicáis.
18 No lo digo de vosotros. Yo sé muy bien a
quienes he elegido; pero debe cumplirse la Escritura: Aquel que come
conmigo en la misma mesa, ha alzado su pierna contra a mí o se ha
vuelto contra mí.
18. Estas cosas no las
digo de vosotros, porque no todos están bien dispuestos a
cumplirlas. Yo conozco desde el principio, que tipo de personas eran
los que he escogido como estrechos colaboradores míos para el axioma
de Apóstol. Conocía muy bien que un indigno se ha introducido entre
vosotros para que se cumpla la profecía de la escritura: “Aquel
que come continuamente conmigo el pan en esta mesa como amigo,
levantó contra mí su pierna y me dio una patada”.
19 Os lo
digo ahora antes de que suceda, para que cuando suceda la traición
creáis que YoSoY, o yo soy el que soy, el Cristo, el que
han anunciado los profetas.
20 Amín,
amín, de verdad en verdad os digo, aquel que recibe al que yo
enviare, a mí me recibe. Y aquel que recibe y acepta a mí, recibe
al que me ha enviado. Por lo tanto, aquel que os recibe y acepta
como discípulos y apóstoles míos, es como si recibiese a mí y a
mi Padre.»
21 Al decir
esto Jesús, se conmovió interiormente su espíritu, (porque vio
con claridad y gran tristeza, el terrible resultado del alumno
traidor) y testimonió claramente sobre el traidor, y dijo:
«Amín, amín, de verdad en verdad os digo que uno de vosotros me
entregará.»
22 Entonces
los discípulos se miraban con inquietud y miedo el uno al otro,
dudando de quién hablaba.
23 En aquel
momento había recostado a lado de Jesús uno de sus discípulos a
quien Jesús amaba especialmente.
24 A éste
le hizo señas Simón el Pedro para que preguntase de quién habla.
25 Al
haber caído con cariño y devoción aquel discípulo al pecho de
Jesús le dijo: “Señor, ¿quién es el que te va a traicionar?”
(Era san Juan el escritor de éste Evangelio, pero por humildad no
nos dice su nombre.)
26 Jesús
le contestó: «Es aquel a quien yo antes le mojaré un trozo de pan
y se lo daré;» Y realmente mojando un trozo de pan, lo ha dado a
Judas el Iscariote, el hijo de Simón.
27 Después
Judas tomó el bocado de la mano del Maestro, al mismo instante se
introdujo en él el satanás y le dominó completamente. Jesús le
dijo: «Lo que tengas de hacer, hazlo pronto.»
28 Ninguno
de los discípulos que estaban sentados en la mesa conoció por qué
le dijo esto.
29 Algunos
pensaron que, como Judas tenía la bolsa, le decía Jesús: Compra lo
que necesitamos para la fiesta o que diera algo a los pobres.
30 Él,
tomando el bocado, se salió luego. Ya era de noche.
31 Tan pronto como Judas salió, dijo Jesús:
«Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y el Dios ha sido
glorificado en él.
31. Cuando Judas salió
de la sala de la cena, Jesús dijo: Ahora que Judas va a traicionarme
y empieza mi pasión, se ha glorificado el hijo del hombre mediante
la muerte por crucifixión, puesto que con ella anula el pecado y la
muerte espiritual. Y Dios se ha glorificado con toda la vida del hijo
del hombre y sobre todo por su obediencia hasta la muerte en la cruz.
32 Si Dios
ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí
mismo, y le glorificará pronto.
33 Queridos
hijos míos, voy a estar ya muy poco con vosotros; Me buscaréis,
pero como dije a los judíos, así os digo ahora vosotros: que adonde
yo voy, vosotros no podéis venir ahora. (Es decir, que me
buscaréis y no me encontraréis, porque yo estaré en los cielos, en
cambio vosotros estaréis por bastante tiempo aún en la tierra, para
que prediquéis enseñando, como apóstoles o enviados míos, la
sanación y salvación a los hombres.)
34 Un
mandamiento nuevo os doy: «que os améis los unos a los otros como
yo también os he amado.
35 En esto
se convencerán y conocerán todos que sois mis discípulos: si
tenéis la agapi (o amor desinteresado) entre vosotros.»
36 Le dijo
Simón el Pedro: Señor, ¿adónde vas? Respondió Jesús: «Adonde
yo voy no puedes tú seguirme ahora; más tarde me seguirás, (cuando
cumplas tu misión en la tierra.)
37 Pedro le
dijo: Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi psique,
(mi vida o lo que sea) por ti para seguirte.
38 Jesús
le contestó: «¿Darás tu vida por mí? De verdad en verdad te
aseguro que no cantará el gallo, sin que me hayas negado tres
veces.»
Traducido
por: χΧ jJ www.logosortodoxo.com
(en español)
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