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Σάββατο 6 Δεκεμβρίου 2014

El Evangelio de San Juan Capítulo 5

ΚΑΤΑ ΙΩΑΝΝΗΝ ΕΥΑΓΓΕΛΙΟΝ
El Evangelio de San Juan
Capítulo 5
(En letra normal traducción más literal del texto original en griego clásico y en letra cursiva en griego moderno ampliando un poco el sentido de cada frase, por memorable Panagiotis Trémpelas, teólogo y catedrático, cualquier error por favor avisarnos).
1-15 La terapia del paralítico en Bitsesdá. 16-18 Acusaciones maliciosas del congreso. 31-42 El valor de sus obras y el testimonio del Padre. 43-47 La causa de la incredulidad de los judíos.
1 Después de esto había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.
2 Allí en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas de la muralla, había un estanque de agua, llamada en hebreo Bithesdá, el cual tiene cinco pórticos.
3 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua;

4 Porque el Ángel del Señor descendía de tiempo en tiempo al estanque y agitaba el agua y el primero que bajaba y tocaba el agua después de la agitación, quedaba sano de cualquier enfermedad que padeciese.
5 Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo;
6 Cuando Jesús le vio yaciendo en el suelo y supo que llevaba mucho tiempo así, le dice: ¿Quieres curarte?
7 Respondió el enfermo: “Sí, quiero Señor, pero no tengo a nadie que al moverse el agua me meta en el estanque, y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo”.
8 Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y anda.»
9 Al instante quedó el hombre sano y tomó su camilla y se fue caminando. Aquel día era sábado.
10 Y los judíos decían al hombre que había sido sanado: “Es sábado y no te es lícito llevar la camilla”.
11 Él les respondió: El que me curó me dijo: Coge tu camilla y anda.
12 Ellos le preguntaron: ¿Quién es el hombre que te dijo: toma tu camilla y anda?
13 Pero el curado no sabía quién era, porque Jesús había desaparecido entre la muchedumbre que allí había.
14 Más tarde, Jesús le encontró en el templo, y le dijo: «Mira, estás curado, no vuelvas a pecar más para que no te suceda algo peor.»
15 Se fue el hombre y dijo a los judíos que le había curado Jesús.
16 Por eso los judíos perseguían a Jesús y buscaban matarle, porque hacía estos milagros en sábado.
17 Pero Jesús les contestó: «Mi padre trabaja continuamente y yo también como él.»
17. Pero Jesús respondió a los judíos los pensamientos que tenían en sus mentes contra él: «Mi Padre trabaja sin cesar, porque no sólo creó al mundo sino también lo gobierna. Además, yo su Hijo, también trabajo continuamente para la sanación y salvación de los hombres, ni siquiera el sábado interrumpo mi obra.»
18 Por eso los judíos con más ahínco buscaban matarle, porque no sólo quebrantaba la ley judaica del sábado, sino que decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
19 Respondió Jesús y les dijo: «Amín, amín, en verdad de verdad os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo que no vea hacerlo el Padre; y todo lo que el Padre hace, lo hace igualmente el Hijo, (de modo que es común la voluntad, la fuerza y la energía increada del Padre y del Hijo).
20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y le mostrará aún obras mayores que estas, de tal manera para que os asombréis.
21 Como el Padre resucita a los muertos y les hace revivir, así también el Hijo tiene poder ilimitado y puede dar vida a quien quiere.
22 El Padre no juzga ni condena a nadie, sino que todo el poder de juzgar lo ha entregado al Hijo;
23 Para que todos honren al Hijo, como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que le envió al mundo.
24 Amín, amín, en verdad de verdad os digo: el que escucha el logos de mi enseñanza y cree en el Padre que me ha enviado, éste ha ganado la vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte (espiritual del pecado) a la vida eterna.
25 Amín, amín, en verdad de verdad os digo: viene la hora, y en ella estamos, en que los hombres muertos (espiritualmente) escucharán la voz del Hijo de Dios y los que escuchen y acepten los logos de su enseñanza vivirán (por los siglos de los siglos cerca de Dios).
26 Como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo tener vida en sí mismo.
26. Como el Padre tiene la vida increada eternamente en su interior y es la fuente increada de la vida, así también al Hijo, quien se ha hecho hombre de modo único dentro en toda la creación, tiene en su interior la vida y la transmite también a los demás.
27 Y le ha dado poder para juzgar y actuar como Juez, ya que él es el Hijo del hombre, (el Logos e hijo unigénito que se ha hecho hombre y es Juez de los hombres).
28 No os extrañéis de esto, porque llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz;
28. No os asombréis de todo esto que os he dicho. Ocurrirán cosas aún más admirables que estas, porque llegará la hora en que todos los muertos que en aquel momento estén en los sepulcros oirán la voz del Hijo de Dios y los ordenará resucitar;
29 y saldrán fuera, y los que han obrado bien, pasarán a la resurrección de la vida eterna y feliz. Y los que han obrado mal, para la resurrección de juicio y condena.
30 Yo no puedo hacer por mí mismo nada; según lo que oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque yo no busco hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
31 Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, diríais que mi testimonio no es verdadero;
32 pero es otro el que da testimonio de mí, y yo sé que el testimonio que da de mí es verdadero.
32. Pero es otro el que testifica de mí, es mi Padre celestial, al que yo conozco perfectamente y yo sé que es verídico el testimonio que da de mí.
33 Os recuerdo que enviasteis mensajeros preguntar a Juan el Bautista y él dio testimonio de la verdad (trascendental).
34 Pero yo no dependo del testimonio de ningún hombre, digo estas cosas para que os salvéis.
34. Pero yo no necesito el testimonio de ningún hombre, aunque éste sea Juan el Bautista, el mayor de los profetas, yo tengo el testimonio del Padre directamente. Pero os digo esto para que os convenzáis de Juan, que le consideráis hombre de vuestra confianza, y así encontraréis la sanación para que os salvéis.
35 Aquel era simplemente la lámpara, que el Espíritu Santo encendió y alumbraba. Y vosotros quisisteis recrearos por un tiempo en la luz de su enseñanza.
36 Pero yo tengo testimonio mayor que el de Juan, y este testimonio son los maravillosos milagros, que el Padre me ha encargado a realizar (como encarnado Logos e Hijo Suyo.) Estas obras, pues, que yo realizo, dan testimonio sobre mí, de que el Padre me ha enviado al mundo.
37 Y el Padre que me ha enviado, es el que ha dado también testimonio de mí (desde mucho tiempo, a través de la Santa Escritura.) Pero vosotros nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su forma,
38 tampoco el logos de su enseñanza, que está en la Escrituras, lo tenéis estable en vuestro interior, porque no creéis al que él ha enviado.
38. Porque la enseñanza del logos de Dios que está en la Santa Escritura no habéis aceptado con todo vuestro corazón, de modo que habite permanentemente en vuestro interior. La demostración es que no creéis en él, es decir, al Padre que me ha enviado al mundo.
39 Escudriñad, estudiad las Escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna, ellas son las que dan testimonio de mí.
39. Escudriñad, investigad y estudiad las Escrituras y esforzaos a concebir, percibir y entender profundamente los conceptos de ellas. Porque vosotros os quedáis en la letra y el exterior de las Santas Escrituras y creéis que con una simple lectura tenéis vida eterna. Pues, ellas mismas son las que dan testimonio de mí;
40 Y vosotros no queréis venir a mí para tener vida eterna, (a pesar del testimonio de las Escrituras.)
41 Yo no busco recibir doxa-gloria de los hombres.
42 Pero os conozco tan bien y he visto que no tenéis en vuestro interior la verdadera agapi (amor desinteresado, energía increada) de Dios.
43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y vosotros no me recibís; si otro viene usurpando mi nombre, a ése le recibiréis.
43. Esto se testifica por el hecho que, mientras yo he venido en nombre del Padre, vosotros no aceptáis ni creéis en mi divina misión y enseñanza. Pero si viniere algún pseudomesías usurpando mi nombre y se moviera por su propia egolatría y vanagloria, aquel lo aceptaríais porque estaría halagando vuestras debilidades y vuestros pecados.
44 ¿Cómo podéis creer vosotros en la verdad, puesto que buscáis y recibís doxa-gloria u opinión y honores los unos a los otros y no buscáis la verdadera doxa (gloria, luz increada) y logos que viene del único Dios?
45 No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa y éste es Moisés, en quien tenéis puesta vuestra esperanza.
46 Porque si creyeseis en Moisés, creerías en mí. Porque sobre mi venida él escribió, y de mí proyectó y prototipizó muchas cosas.
47 Pero si no creéis en sus escritos, ¿cómo creeréis en mis logos?»

Reflexiones y referencias, capítulo 5

Archimandrita Timoteo Kilifis

13. Desapareció: Zigavinós dice: desapareció místicamente dentro del mundo, para evitar la admiración y los elogios y para cortar la envidia de los ingratos.
19-21 Jesús que es el Logos e Hijo de Dios se confiesa y les demuestra la igualdad y la unión que hay entre él y el Dios, al cual llama su padre. Dios le ama y no le guarda nada secreto, “así en ellos todas las cosas que están según el modo de Dios son comunes” (Zigavinós).
25...los muertos oirán... Podemos entender como muertos: 1) los muertos espiritualmente que escucharán su kerigma y se convertirán y se salvarán. 2) los muertos físicamente que con su voz les llama y les resucita, por ejemplo, a Lázaro... 3) todos los muertos resucitarán y serán juzgados de manera que sólo Dios conoce.
30 Mi unión con Dios Padre es perfecta. No como de un profeta sino como yo, hijo de Dios, que tengo la misma voluntad con el Padre. (Aquí habla de primera persona). Todos estos puntos son de máxima atención. El misterio de la deidad Trinitaria requiere mucha fe y gran humildad para que sea vivido en nuestro interior.
34-37. La ley Moisaica requería doble testimonio. Por eso Jesús aquí proclama 1) el testimonio de Dios, 2) sus obras e inmediatamente 3) el testimonio de Juan. Después en poco al 39 y 46 añadirá 4) el testimonio de los profetas y 5) el de Moisés. Pero desgraciadamente ellos abrían típicamente las Escrituras, veían la letra y no la misericordia increada como agapi (amor desinteresado y energía increada) de Dios.
35. La enseñanza para los hebreos, los helenos y romanos se compara como luz. Los que han escuchado a Juan sintieron gozo de su enseñanza, pero provisionalmente, porque tenía como propósito a indicarles el Cristo. Pero como ellos no le escucharon y no creyeron en Cristo, entonces esta luz provisional no les sirvió de nada.
Traducido por: χΧ jJ www.logosortodoxo.com (en español)

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