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Τετάρτη 18 Νοεμβρίου 2015

CARTA DE SAN JACOBO o SANTIAGO



ΕΠΙΣΤΟΛΗ ΙΑΚΩΒΟΥ

CARTA DE SAN JACOBO o SANTIAGO

Santiago 1
Saludo
1 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesús Cristo, a los Cristianos que proceden de las doce tribus que están en la dispersión: os deseo alegría y salud.
Los sufrimientos nos ayudan espiritualmente
Hermanos míos, tened por sumo gozo y suprema alegría cuando os caéis y halléis en diversas pruebas y sufrimientos,
sabiendo que la prueba de vuestra fe a Cristo produce constancia y paciencia.
Mas la paciencia que sea inquebrantable y tiene como fruto obra espiritual completa en vuestro corazón, para que seáis perfectos e íntegros, sin que os falte cosa alguna.
La sabiduría que viene de Dios
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría divina, que se la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

Pero que pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la ola del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
Un hombre así desordenado y sin fe no crea ni piense que va a recibir cosa alguna del Señor.
El hombre así es indeciso, de doble moral e inconstante en todo el camino de su vida y en sus comportamientos.

La pobreza no es mala y la riqueza no es una ventaja

El hermano que es de humilde condición, que se jacte por la altura de su ética, moral y gloria, (en la que le elevará Dios por su privación y por su paciencia en los sufrimientos y las pruebas);
10 pero el que es rico, que se jacte no de su riqueza sino de su conducta humilde, que nace del pensamiento de que la riqueza no añade valor real al hombre y no es eterna ni permanente, ya que él también pasará su vida terrenal como la flor de la hierba.
11 Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico a pesar de sus riquezas y gloria en todas sus empresas.
Soportando las pruebas la paciencia será recompensada
12 Bienaventurado y feliz el varón que soporta la tentación con fe, resignación y firmeza; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
13 Cuando alguno es tentado por sus pasiones y emociones interiores, sus pecados y sus debilidades, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
14 sino que cada uno es tentado de su propia concupiscencia y de su deseo malo es atraído y seducido.
15 Entonces la concupiscencia y el deseo, una vez concebidos, producen el pecado; y el pecado, una vez cometido esclaviza la psique-alma, y produce la muerte (psíquica y espiritual).
Dios es la fuente de regalos perfectos.
16 No os engañéis, mis queridos hermanos, nada malo proviene de Dios.
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces increadas, en el cual no hay cambio, ni sombra de variación.
18 Él de su voluntad nos hizo renacer y despertar espiritualmente por el Evangelio que es el logos de la verdad, para que seamos primicias y escogidos entre sus creaciones.
Debemos aplicar el logos divino
19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para escuchar, pero lento para hablar y para airarse por cualquier motivo;
20 porque la ira del hombre le oscurece y embota su mente, no practica ni opera en él la justicia de Dios.
21 Por lo cual, desechando toda inmundicia, vicio y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre y apacibilidad el logos implantado en vosotros por Jesús Cristo, el cual puede sanar y salvar vuestras psiques-almas.
22 Pero aplicad y cumplid el logos, y no os contentéis sólo con escucharlo, engañándoos a vosotros mismos.
23 Porque si alguno sólo oye el logos y no lo practica, éste es semejante al hombre que mira su cara en un espejo.
24 Porque él se ha visto a sí mismo, y se va, y luego olvida de cómo era. (Espejo es el logos de Dios para conocer nuestras faltas; si no las observamos y no nos interesamos para arreglarlas, después de un rato nos olvidamos de nosotros mismos y del logos de Dios).
25 Mas el que mira y se estudia atentamente en la perfecta ley o al logos del Evangelio, el de la libertad, y persevera en él, no siendo oyente olvidadizo, sino realizador de la obra, éste será bienaventurado y feliz por practicar y realizar el logos divino y cumplir la voluntad divina.
26 Si alguno se cree religioso y piadoso entre vosotros, y no refrena su lengua, se engaña a sí mismo y a su corazón, y su religiosidad es vana no vale para nada.
27 La práctica religiosa y piedad pura y sin mancha delante de Dios y Padre consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y en guardarse de los vicios del mundo.

Santiago 2
Amonestación contra los favoritismos
1 Hermanos míos, no la mezcléis con favoritismos y diferenciación de personas, la fe en nuestro glorioso Señor Jesús Cristo (sobre todo en tiempo y lugar del culto).
Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido miserable,
y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado;
¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces injustos con malos pensamientos contrarios a la agapi-amor y a la justicia de Dios?
Mis queridos hermanos, escuchad: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reinado de la realeza increada que ha prometido a los que le aman?
Pero vosotros habéis despreciado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales?
¿No blasfeman ellos con su comportamiento el buen nombre de Cristo que fue invocado sobre vosotros?
Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;
pero si tenéis favoritismos y diferenciáis personas, cometéis pecado, y quedáis condenados por la ley como transgresores.
10 Porque el que guarda toda la ley, pero peca aunque sea un mandamiento, se hace culpable de todos los mandamientos o logos.
11 Porque el Dios que ha dicho: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de toda la ley. (Así has blasfemado a Dios con esta transgresión).
12 Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley que hace al hombre libre y no esclavo de personas y favoritismos.
13 Porque el juicio de Dios será sin misericordia para el que no ha tenido misericordia; la misericordia y la compasión triunfan sobre el juicio.

La fe sin obras es muerta

14 Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe vacía salvarle?
15 Y si un hermano o una hermana no tienen prendas no pudiendo protegerse del frío, y tienen necesidad del alimento cotidiano,
16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué sirven vuestras palabras buenas?
17 Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma.
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
19 Tú crees que el Dios verdadero es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan ante el justo Dios.
20 ¿Quieres saber, oh insensato y vano, que la fe sin obras es estéril y muerta?
21 Abrahán, nuestro Padre, ¿no fue justificado por las obras cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
22 Tú ves que la fe actuaba y cooperaba juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras.
23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.
24 Vosotros veis, pues, que el hombre es ratificado y justificado por las obras, y no solamente por la fe.
25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando con peligro de su vida recibió a los mensajeros de los judíos y para que se marcharan de Jericó los envió por otro camino?
26 Las obras dan valor y vivifican la fe. Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras es inútil porque está muerta.

Santiago 3
Atención a la lengua y las palabras
1 Hermanos míos, no os hagáis ni queráis ser todos maestros, sabiendo que si no aplicamos lo que enseñamos, tendremos un juicio más severo y mayor condenación.
Porque todos ofendemos y todos faltamos muchas veces y de muchas maneras delante de Dios. Si uno no falta ni ofende en palabras, es un hombre perfecto, capaz de refrenar también su carácter y todo su cuerpo.
Mirad cuando nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.
Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un timón muy pequeño, y son dirigidas por donde el piloto quiere.
Así también la lengua es un pequeño miembro, se jacta con arrogancia de grandes cosas. ¡Observad que una pequeña chispa puede incendiar un bosque inmenso!
Y la lengua es un fuego, un mundo y causa de maldad e injusticia. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina e infecta todo el cuerpo, y prende fuego al curso de nuestra vida, y ella misma está incendiada con el fuego del infierno.
Porque toda naturaleza, de bestias, y de aves, de serpientes, y de peces del mar, se doma y ha sido domada por los hombres;
pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal (que provoca muertes físicas y espirituales).
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
10 De la misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así, en la misma boca mezclar maldición y bendición.
11 ¿Acaso, alguna fuente, echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. (Y de la misma lengua que alaba a Dios no pueden salir blasfemias, maldiciones y maldades).
La sabiduría de lo alto y la falsa
13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros, hombre iluminado de Dios? Muestre con su buena conducta sus obras, su sabiduría, su mansedumbre y su dulzura, que regala al hombre la sabiduría divina.
14 Pero si tenéis en vuestro corazón celos amargos, envidia y espíritu de contradicción, no presumáis creyendo que sois superiores, mentís contra la verdad cristiana (por la que os presentáis como maestros);
15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es mundana, terrenal, sensual y endemoniada.
16 Porque donde hay celos y espíritu de contradicción, allí hay perturbación y toda clase de obras perversas y malas.
17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, conciliadora, caritativa, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sin incertidumbre ni hipocresía.
18 Y el fruto de justicia se siembra y se transmite en paz para aquellos que hacen la paz.

Santiago 4
Cómo luchar contra los pazos, pasiones emociones y los vicios del mundo.
1 ¿De dónde vienen las guerras, los litigios, los conflictos y las peleas entre vosotros? ¿No es de vuestros pazos emociones, vicios y resentimientos, los cuales combaten en vuestros miembros y dominan vuestros corazones?
Codiciáis, ambicionáis y no tenéis, entonces matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar nada; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís a Dios con fe aquello que os conviene y es bueno y beneficioso para vosotros.
Y a veces pedís de Dios, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites y caprichos.
¡Oh psiques-almas adúlteras y traidoras! ¿No sabéis que la amistad del mundo pecaminoso es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo pecaminoso, se hace enemigo de Dios.
¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que el Dios ha hecho habitar en nuestros interiores, nos anhela y nos ama celosamente?
Pero él da mayor jaris (gracia, energía increada). Por esto dice: Dios resiste a los soberbios que le abandonan para disfrutar y deleitar del mundo pecaminoso, y da jaris a los humildes.
Someteos, pues, con humildad a Dios; resistid al diablo que os engaña con deleites del mundo pecaminoso, y huirá de vosotros.
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los que estáis entre el Dios y el mundo pecador, los de doble moral, sanad, purificad y limpiad vuestros corazones y vuestras psiques-almas.
Afligíos, lamentad, y llorad por vuestras culpas, faltas y miserias. Vuestra risa por las juergas pecadoras, se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
10 Humillaos delante del Señor, y él os ensalzará y deificará en la vida presente ¡y os glorificará con la luz increada en la vida futura!
Juzgando al hermano
11 Hermanos, no murmuréis ni habléis mal y acuséis unos de otros. El que murmura, habla mal, acusa y juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez y acusador de la ley del amor y de la bondad.
12 Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, hombre miserable, ¿quién eres para que juzgues, acuses y condenes a otro?
No os gloriéis del día de mañana
13 Y ahora vosotros, los que decís: Hoy o mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos dinero;
14 cuando no sabéis lo que pasará mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es una neblina, humo que aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
16 Pero ahora dejando de lado a Dios, os jactáis y presumís en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante, es pecado y mala;
17 y al que sabe hacer el bien, y no lo hace, comete pecado.

Santiago 5
Contra los ricos opresores
1 Y vosotros los ricos, llorad y aullad por las miserias y desgracias que os vendrán.
Vuestras riquezas, donde habéis puesto vuestra esperanza, como se han adquirido injustamente, están podridas, y vuestras ropas que están en vuestros armarios están apolilladas.
A causa de vuestra dureza e interés propio, vuestro oro y plata que habéis acumulado están roñosos; y su roña testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para vuestra condena en los días postreros, del Juicio final.
He aquí, clama el jornal de los obreros que han segado vuestras tierras, defraudados por vosotros; y los clamores y lamentos de los segadores perjudicados, han entrado en los oídos del Señor de las Potencias.
Habéis vivido en deleites, placeres y júbilos sobre la tierra, y habéis sido derrochadores e hijos pródigos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Y como día de matanza y desastre estallará el justo juicio de Dios.
Habéis condenado y dado muerte al inocente y justo, sin que él os opusiera resistencia a vuestra maldad y falta de escrúpulos.
Sed tolerantes, pacientes y orad
Por tanto, hermanos, vosotros que padecéis de las injusticias y opresiones de los duros ricos, mostrad tolerancia y tened paciencia hasta la Segunda Venida-Presencia del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que caiga la lluvia temprana y la tardía.
Sosteneos en la fe y tened también vosotros tolerancia y paciencia, fortaleced vuestros estados de ánimo y los corazones; porque la venida del Señor se acerca (y también nuestra salida de este mundo o la muerte está cerca y el día del gran Juicio que se hará justicia está cerca).
Hermanos, no os quejéis ni culpéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.
10 Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción, de tolerancia y de paciencia a los profetas que hablaron a los hombres en nombre del Señor.
11 He aquí, tenemos por bienaventurados a los que fueron pacientes y sufridores. Habéis oído del sufrimiento y de la paciencia de Job, y habéis visto el designio del Señor, porque el Señor es muy misericordioso y compasivo.
12 Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino decid siempre la verdad y que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en juicio y condenación por parte de Dios.
13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.
14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la Iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
15 Y la oración hecha con fe sanará y salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
16 Confesaos con verdadera metania vuestras ofensas y pecados unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados física y espiritualmente. La oración fervorosa del justo tiene un gran poder y trae resultados admirables.
17 Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.
19 Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad cristiana, y alguno le hace volver al camino de Dios,
20 sepa que el que haga volver al pecador de su camino equivocado, salvará de la muerte eterna una psique-alma, y cubrirá y extinguirá multitud de pecados.
Traducido por: χΧ jJ www.logosortodoxo.com (en español)


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