Ἐκκοσμίκευση
(ekosmíkefsi) la mundanación o secularización de la
Iglesia una herejía muy sutil y peligrosa.
Contenidos
1. Αrchimandrita
Crisóstomo Maidonis 2002
¿Qué
es la εκκοσμίκευση mundanación, secularización de la
Iglesia?
Qué es
mundanación-secularización.
La mundanación-secularización enemiga
de la piedad.
2. Metropolita
Ierozeos Vlajos 1999
La secularización
en la Iglesia
La teología ortodoxa y la mundanizada,
c. 14. De su libro Hisjía y Teología
3. Por el padre
Kostantino Stratigópulos 2004
Pastoral y
secularización. Extracto del libro “Iglesia y Secularización “.
Definiciones.
Secularización en
la acogida.
La secularización
en la terapia.
Secularización y
problema
1.
Archimandrita Crisóstomo Maidonis 2002
Protosínguelos
de la santa Metrópolis de Ierisós, de la “Santa Montaña Athos y
de Armaderiu.
¿Qué
es la εκκοσμίκευση (ekosmikefsis
mundanación,
secularización)
de la Iglesia?
El
término
εκκοσμίκευση (ecosmíkefsi) está
compuesto de: Εκ,
(ek) de, desde, por, como de origen o causa
y cosmos-mundo.
55. Κόσμος kosmos mundo: el verbo es κοσμῶ (kosmó)
adornar, ornamentar, es decir, que el cosmos, mundo es un ornamento,
adorno que hizo Dios para él. Cosmos, mundo, la palabra en muchos
pasajes del Nuevo Testamento, manifiesta la conducta carnal, el deseo
malicioso y el comportamiento arrogante de los hombres que están
sometidos al diablo (1ªJn 2,16), cosmos son los pazos parciales, o
un manojo de pazos. Kósmico, mundano, término contenido en los
pazos, en el "sentido del cuerpo", en la moral mundana
cósmica, pero también: "las cosas que pertenecen en este
vanidoso mundo". Cosmos llama la escritura a las cosas
materiales de este mundo y cósmicos mundanos son los que con su nus
se ocupan de estas; según san Máximo el Confesor. (Del gran léxico
ortodoxo heleno-hispano nº55).
Los
cristianos contemporáneos mundanizados-secularizados no estamos de
acuerdo con el logos del Señor en el libro del Apocalipsis: “ven
Señor”, nosotros hoy decimos “Señor no vengas, estamos muy
bien”.
La
mundanación-secularización es la raíz de cada herejía y
pseudo-doctrina. La caída del género humano es la
mundanación-secularización. Así que cada
mundanación-secularización es caída. El mundo absorbe la Iglesia,
no se metamorfosea, ni se transforma a través la Iglesia. La
mundanación-secularización actúa dentro de la Iglesia, quiere
tener la razón y la palabra sobre ella, “marea y confunde” la
autoconciencia de la Iglesia y la desplaza del centro que es el
Cristo al hombre.
El
espíritu de la mundanación-secularización actúa mediante varios
fenómenos, como el pietismo, el puritanismo y el fundamentalismo.
Así que la religión de los contemporáneos cristianos parece que es
una religión de la mundanación-secularización, la religión de la
filaftía (egolatría, excesivo amor a uno mismo y al cuerpo) y no de
la verdad apocaliptada (revelada). La religión del chanchullo y del
acomodamiento.
Qué
es mundanación-secularización.
α) En
la mundanación-secularización se encuentra la Iglesia cuando deja
de ser “la sal de la tierra” y se hace terrenal; entonces la
Iglesia es pisoteada por los hombres y se absorbe por el
cosmos-mundo; se convierte en hijo para todas las voluntades de la
soberana filaftía (egolatría) y de la mundanación-secularización;
se enjaula a la razón o racionalismo y no lo que quiere el Dios,
sino lo que quiere el cosmos-mundo; es un acorralamiento,
esclavización a la corrupción y la muerte. Así que la
mundanación-secularización es un estado de inexistencia y muerte.
La mundanación-secularización quiere que la Iglesia abrace y siga
lo más fácil, simple, mediano y provisional que aman los hombres y
no lo que quiere el Dios.
Clérigos
y laicos sin sabor de la espiritualidad ortodoxa, convertimos la
Iglesia en un organismo humano, una caja o casa de asistencia social,
despacho político activo, que da continuamente entrevistas
manifestándose siempre sobre cualquier cosa creada o ciencia creada,
sonriendo hacia todos, dando conferencias de manera que todos nos
feliciten y ovacionen. Espíritu totalmente antievangélico.
β) La
mundanación-secularización no se manifiesta como negación directa
de Dios, y eso es lo que la hace ser difícil de distinguir. No ataca
cara a cara. No niega los dogmas, pero niega la manera de vida
ortodoxa. Ideologiza los dogmas y no los considera como propuestas de
vida. Separa la vida de la verdad de la fe. Y vive como quiere, como
piensa y como cree. Esto significa cambio de la religión, sin cambio
exterior del dogma.
c) La
mundanación-secularización es la pérdida del espíritu de la
verdadera μετανοία (metania,
cambio de mentalidad, arrepentimiento y confesión, en Cristo), por
lo tanto el hombre permanece en el aquí y no progresa hacia el allí
al cambio de vida. Se pierde el espíritu hisijasta del esfuerzo
ascético, del luto, de las lágrimas y de la lucha por la catarsis
(sanación, terapia, limpieza, purificación).
d) En
la mundanación-secularización el hombre no arde por el deseo de ver
a Dios. No busca algo más alto y más profundo, está contento con
lo menor, lo inferior.
e) La
herejía de la mundanación-secularización valora el culto y la
misma Iglesia entre otras quiere que sea como un organismo para
satisfacción de necesidades especiales. Valora con la medida de la
utilidad social y en comparación con su obra social, como colegios u
otros sistemas sociales de correccionales u reformatorios estatales.
Tergiversa la conducta ética Ortodoxa y falsifica los criterios
eclesiásticos. La cualidad del cristiano entonces no es “tontería
y escándalo”, sino “in o no”. Resulta una corrección
farisaica exterior, de modelos morales, introducción al club de
buenos chicos y al factor de la normalidad, es decir, hipocresía. El
logos de Cristo “los publicanos y las prostitutas nos ascienden a
la realeza increada de los Cielos”, les parece incomprensible. Los
mundanizados cristianos son los de Dostoievski: quienes si Cristo
volviese otra vez, le crucificarían. Son aquellos que a pesar de
estar dentro a la Iglesia, el Cristo dijo de ellos: “no os
conozco”. Ellos son los que combatían al Apóstol Pablo y querían
imponer la circuncisión a todos los cristianos y continúan actuando
y castigando la vida de la Iglesia. Han resultado ser los abogados de
Dios. (De hecho el papismo el Espíritu Santo lo traduce y lo llama
Abogado y el Papa lo ha sustituido por él mismo). El que no está de
acuerdo con ellos es un traidor.
La
mundanación-secularización el enemigo de la piedad.
Así
es. La mundanación-secularización no tiene nada que ver con la
piedad, la fe y la vida eclesiástica. Es más bien impiedad,
hipocresía y burla. Son maquinaciones que utiliza el hombre
cósmico-mundano para que le toque la jaris (energía increada) de
Dios.
α) La
mundanación-secularización es rechazo de la Teofanía (visión de
Dios o luz increada divina) y de la encarnación de Dios.
Acomodamiento en la fe física o natural y no en la apocálipsis
(revelación) de Dios en Jesús Cristo. El cosmos-mundo no confía su
sanación y salvación a Cristo, sino a sí mismo, dentro de la
gnosis y sus logros. Humanismo=ateísmo.
b)
Subestimación del monaquismo, negación de la zéosis y de la lucha
contra los pazos.
c)
Negación del martirio (testimonio), negación del martirio personal
de la vida de los cristianos.
d)
Negación de la agapi al pecador. Absolutismo de la ética.
e)
Negación del sistema sinódico y creación de espíritu papista
dentro del seno de la Iglesia. La mundanación-secularización es
también anulación al respeto a la Jerarquía y la crítica sin
piedad al clero y los jerarcas. La creación de súper-sínodos para
controlar los sínodos (reuniones). La mentalidad de que nosotros
salvaremos la Iglesia. Que la Iglesia tiene necesidad de nosotros y
no nosotros de la Iglesia.
Crisóstomo
Maidonis 2002
2.
Metropolita Ierozeos Vlajos 1999
La
secularización en la Iglesia
En la
última reunión Jerárquica de la Iglesia de Grecia (1999) fue muy
importante, sobre todo sobre el tema de la secularización
(ekosmikefsis)
de la Iglesia. Se habló mucho sobre este fenómeno que es principal
problema de la vida eclesiástica contemporánea.
Pero
el problema es que hablando sobre secularización la delimitamos en
cosas exteriores, por ejemplo, el pendiente de los jóvenes, los
chistes, los medios de comunicación, etc. Pero la secularización no
se agota en estos puntos, sino que expresa una enfermedad profunda,
es la alteración de la eclesiología y la teología ortodoxa.
El
metropolita de Kidonia, señor Irineos, en una introducción a un
simposio con el título “la secularización como acontecimiento y
como amenaza en la Ortodoxia actual”, se refiere detalladamente al
origen y las consecuencias de la secularización.
Escribe
que el término secularización fue utilizado por primera vez el año
1850 por G. L. Holyoke y “la define como un sistema que está
basado sobre los principios tomados de este mundo que vivimos y con
este sistema busca a interpretar la vida del hombre y su sociedad, no
menos también del mundo y de todos los hombres.” Principios que no
conectan ni tienen nada que ver con la fe en Dios, o cualquier dios y
la vida futura”.
Continuamente
hablamos sobre las malinterpretaciones de la moral eclesiástica. El
memorable Jacobo Mainás, entre muchas malinterpretaciones, recalca
tres. Primera la “cosmoteoría cristiana” que conecta con la
agresividad y la competencia con las otras cosmoteorías. Segunda la
“cosmofobia” que tiene relación con una actitud defensora y una
colonia autónoma cerrada en el mundo. Y tercera la “εκκοσμίκευση”
(ekosmikefsis,
secularización) que se basa a la alteración, perturbación entre la
transcendencia y lo mundano, o entre creado e increado.
Principalmente
la secularización que aquí nos interesa es, según el teólogo
anterior, la mentalidad por la que el Dios transcendental se entierra
“dentro del hacerse histórico” y cuando la “acción histórica
usurpa el carácter sagrado y la ética digna del culto religioso”.
Existen dos frases que interpretan la secularización dentro de esta
definición. Una es: “La oración se hace diariamente como la
lectura del periódico”, y la otra está incluida en las palabras
del Heine: “Dejemos al cielo a los curas y los gorriones”,
evidentemente para ocuparnos sólo del espacio social.
En
alguna fase, el cristianismo occidental, no sólo adoptó la
secularización, sino que la legisló como institución desnudando al
Cristianismo del elemento espiritual y esjatológico, y lo convirtió
en una organización social, como una ONG y un sistema moralista.
La
“εκκοσμίκευση” (ecosmikefsis,
secularización), como término se introdujo también en nuestro
espacio para caracterizar un movimiento paralelo que también existía
en nosotros y era parecido al que había en Occidente. Pero con la
diferencia que en nosotros, puesto que existe el dogma inalterable,
los centros de vida espirituales que son las parroquias, los
Monasterios y la rica tradición patrística y eclesiástica, la
secularización no ha podido institucionalizarse, sino que opera a
nivel personal. Podríamos localizar tres partes en las que se ve la
secularización, de manera que podamos percibir la semántica del
término.
Se
habla sobre la secularización de la Iglesia. Naturalmente no
entendemos secularización de la Iglesia como Cuerpo de Cristo, sino
secularización de sus miembros. Tal y como conocemos de toda la
tradición eclesiástica, la Iglesia es el Cuerpo de Cristo y kinonía
(comunión) de zéosis o glorificación y este es su propósito y fin
sanar y conducir al hombre a la zéosis. La existencia de la Iglesia
real se ve del éxito que tiene en la terapia de la personalidad
enfermiza del hombre. Tal y como la medicina científica es
reconocida por el grado del éxito y un médico científico se
demuestra por el grado de la terapia o sanación del hombre enfermo,
lo mismo ocurre también con la Iglesia.
En
esta perspectiva la Iglesia que no es “psicoterapia” o no sana al
hombre, sino que se ocupa de otras obras es secularizada. La Iglesia
se seculariza cuando se considera como una organización religiosa
que satisface las emociones religiosas e intenta expiar a Dios. Una
Iglesia que tiene bellos cultos o celebraciones, sin mantener el
carácter terapéutico hisijasta, es una organización religiosa.
Todavía más, la Iglesia se seculariza cuando se considera como un
espacio ideológico y no como espacio de vida, donde se vence la
muerte con todas sus consecuencias que son las enfermedades, los
pazos, la inseguridad, los miedos y la duda. Porque el fenómeno de
la muerte no es un acontecimiento momentáneo, sino un proceso
tremendo que conecta con la vida entera del hombre y tiene relación
con la corruptibilidad y la mortalidad. Mas la Iglesia se seculariza
cuando se considera como una organización social, que es
imprescindible para la utilidad de la sociedad, porque la necesitan
para adornar varias celebraciones y realizar varias obras sociales.
Una iglesia de este tipo no es rechazada ni por los llamados ateos.
Así que, una Iglesia que crucifica en vez de crucificarse, que busca
la gloria mundana en vez de la gloria de la
Cruz, es una Iglesia secularizada.
Hablamos
también sobre la secularización de la Teología. En la tradición
patrística podemos ver que los teólogos son los θεόπτες
(zeoptes,
visionarios de la luz increada de Dios), que han adquirido
experiencia personal de Dios y hablan inconfundiblemente sobre Él,
inspirados por el espíritu divino. Teología es la voz de la
Apocálipsis (revelación). La señal clara de la secularización de
la teología es la llamada teología escolástica, que fue
desarrollada en la Edad Media, y como método de trabajo impera
también hasta hoy. Y es conocido que la teología escolástica se
basó mucho a la razón o racionalismo, como método de conocimiento
de Dios. Nadie acusa la lógica, pero cuando la lógica o razón se
utiliza para la gnosis de Dios es un fenómeno de caída. La teología
ortodoxa en su esencia es hisijasta, que significa que utiliza una
metodología doble; uno es el método para la gnosis de Dios (por el
nus, el espíritu o energía del corazón psicosomático) y el otro
método distinto es para la investigación de las creaciones (por la
lógica de la mente). ) Así que, cuando la teología no se ocupa de
la solución de los problemas existenciales del hombre y no se
refiere cómo el hombre del “a imagen” progresará hacia “la
semejanza”, sino que se agota en verbalismos, en una obra social
deshidratada y se desarrolla en un sistema moralista, entonces está
secularizada. La teología ortodoxa es la voz de la Iglesia, y
naturalmente como la Iglesia es la clínica terapéutica, por eso la
teología ortodoxa conoce y lucha para sanar, “psicoterapiar” o
curar al hombre.
Exactamente
esta secularización se ve también en la pastoral que tiene gran
relación con la teología. Como la Iglesia es el Cuerpo de Cristo y
la teología es la gnosis de Dios, el logos apocaliptado (revelado),
por eso también la pastoral es la manera por la que el teólogo
trata en la Iglesia al hombre herido y dolorido. San Gregorio
considera la pastoral como la ciencia más difícil y la conecta con
la terapia y la zéosis del hombre. Toda la ocupación de la Iglesia
no se agota en una actividad exterior, ni en un descanso y alivio
psicológico, sino un esfuerzo para hacer la catarsis, sanarse e
iluminarse el nus del hombre. Pero una pastoral que no se hace dentro
de estos marcos, sino que se agota sólo en el moralismo, la
psicología (actual), la socialización del hombre y sólo su
liberación de las drogas, es decir, se mueve dentro de marcos
jurídicos, seguro que es secularizada y conduce inevitablemente a la
autosuficiencia y al farisaísmo.
Se
percibe y se ve, pues, que el problema de la secularización es muy
grande y amenaza la misma existencia del hombre y también el fin o
propósito de la Iglesia. El hombre busca a Dios, y la solución de
sus problemas. No le importa tanto el alargamiento de la vida como la
superación de la muerte. Por lo tanto, cuando la Iglesia no le ayuda
a esta búsqueda, sino que ella también se mueve en los mismos
marcos y niveles que las organizaciones humanocéntricas, entonces
decepciona aún más al hombre. La Iglesia no funciona para competir
con otros estamentos sociales, o quizás, ofrecer mejor producto; se
mueve en otro nivel para ofrecer al hombre lo que los demás no
tienen. Pero sin olvidarse, ni poner de lado la historia y la
sociedad. Pero cuando no corresponde a este fin, entonces provoca
decepción.
La
secularización es el mayor peligro de la Iglesia. Es lo que altera
el espíritu real de la Iglesia, su verdadero ambiente. Está claro
que no altera la Iglesia sino a sus miembros. La secularización no
conduce a la zéosis que es la altísima finalidad de la Iglesia. La
secularización es una consideración antropocéntrica
(humanocéntrica) de la vida, puesto que socializa y legisla al logos
apocalíptico, historiariza ( hace historia) la perspectiva
esjatológica de la Iglesia y relativiza la dinámica
metamorfoseadora o transformadora del logos eclesiástico. La Iglesia
debe introducirse en el mundo, para llevarlo a la Iglesia y no el
mundo en la Iglesia para secularizarla.
Una Iglesia
secularizada es totalmente débil, sin fuerza, ni poder y dinámica
para llevar o atraer al cosmos-mundo a la Iglesia. Los cristianos
secularizados están fracasados en todos los niveles.
La
teología ortodoxa y la mundanizada, c.
14. De su libro Hisjía y Teología
Por
Ierozeos Vlajos, Metropolita.
El
término εκκοσμίκευσι
(ekosmikefsi) secularización, mundanación, viene del
kosmos en el sentido del cosmos- mundo de los pazos.
El término últimamente
se utiliza mucho, pero cada uno lo utiliza para acusar alguna
expresión teológica que se utiliza por otro con quien no está de
acuerdo. En realidad utiliza este término para exaltar su propia
teología que por costumbre la considera auténtica.
Es cierto que el término
εκκοσμίκευσι
(ekosmikefsi) mundanación o secularización, la teología
ortodoxa lo utiliza para calificar la teología occidental, la
escolástica y la protestante, la que se desprendió de la tradición
níptica-hisijasta de los Padres de la Iglesia, con el resultado de
identificarse con la filosofía, la meditación, la logicocracia
(racionalismo) y con el eticismo-moralismo- eticocracia.
Esto por extensión
significa cuando algunos teólogos ortodoxos intentan teologizar con
las condiciones y datos que se dan de la teología occidental.
Principalmente, en realidad se desprenden de la tradición hisijasta
que es el modo ortodoxo de teologizar; entonces viven la
εκκοσμίκευσι
(ekosmikefsi) mundanación, en toda su profundidad. Por lo
tanto, los teólogos con influencias y efectos occidentales expresan
la teología mundanizada.
Repetidamente he
subrayado que la teología de la Iglesia, tal y como la expresaron
casi todos los santos Padres deificados, particularmente aquí tengo
en cuenta a san Dionisio el Areopagita, san Gregorio el Teólogo, san
Gregorio de Nicea, san Simeón el Nuevo Teólogo, san Gregorio
Palamás, san Marcos el Amable, san Nicodemo el Ayiorita, hasta los
Padres hisijastas de nuestra época, la teología de ellos habla
sobre los grados o estadios de la vida espiritual que son catarsis
(sanación), iluminación y zéosis. Por eso, el memorable profesor
Juan Romanidis, profundo conocedor de la teología patrística,
insistía mucho en estos estadios del perfeccionamiento espiritual,
que en realidad es la participación progresiva de la Jaris energía
increada de Dios, unas veces como catártica (sanadora, purificante,
limpiadora), otras como iluminante u otras como deificante,
gratificante o perfeccionador.
Para indicar qué es la
teología ortodoxa, quién es el teólogo Ortodoxo y finalmente qué
es εκκοσμίκευσι
(ekosmikefsi) secularización, mundanación de la
teología, os sugiero leer un libro muy determinante sobre la
teología ortodoxa y en general de la vida, conducta y ética de la
Iglesia. Se trata del libro de san Gregorio de Nicea, con el título:
“En la vida de Moisés”. En una época que domina el desorden y
la gran confusión teológica, libros como este son muy determinantes
y valiosos porque dan sentido nuestra existencia y nos orientan en
nuestro camino eclesiástico ortodoxo.
6. Conclusión
Al final de este texto
san Gregorio de Nicea vuelve a la principal pregunta sobre ¿qué es
la perfección?, y escribe: “el fin alto de la vida es que seas
proclamado familiar de Dios”. Por lo tanto, el perfeccionamiento de
la vida virtuosa es que el hombre sea reconocido de Dios, convertirse
y hacerse amigo de Él. La perfección es que no evitemos el pecado
por miedo al castigo, ni hacer el bien para una recompensa, sino que
consideremos terrible caer y perder la amistad con Dios y aceptemos
como bueno, bondadoso y deseado el hacernos amigos de Dios.
Un amigo de Dios así se
demostró Moisés y como tal adquirió la gnosis (increada),
conocimiento de Dios y naturalmente se demostró como teólogo
verdadero y didáscalos-maestro inconfundible del pueblo de Israel.
El análisis que hace san
Gregorio de Nicea sobre la vida de Moisés muestra claramente que es
la teología ortodoxa, quién es el verdadero teólogo y cuál es su
obra. Muestra extendidamente en qué consiste la teología
mundanizada.
Teólogo mundanizado es
aquel que no es θεόπτις
(zeóptis,
el que ha visto la luz increada) o por lo menos no sigue los santos
deificados, sino que mezcla sus meditaciones y fantasías con los
dogmas de la Iglesia. Teólogo mundanizado es aquel del cual la
teología no es resultado de su catarsis, iluminación y zéosis,
sino producto de la meditación y la fantasía, cosa que es una
cualidad característica de la teología escolástica. Más allá de
la teología de Ον
(on, Ser, existencia), del cual uno participa siguiendo la
metodología de la catarsis ortodoxa, tal y como se describe en la
vida de Moisés por san Gregorio, existe el engaño, porque el “no
ser” es en realidad inexistente, es producto de la meditación o
fantasía y la meditación.
Cristianos mundanizados
son aquellos que no siguen a los teólogos deificados, visionarios de
la luz increada de Dios o por lo menos no siguen pastores que aceptan
los padres visionarios de Dios y no se orientan hacia la visión
divina, sino que siguen a pastores enfermos espiritualmente, los
cuales están poseídos de una teología escolástica o de un
moralismo protestante o de una teología de sus pazos. Pastores de
este tipo conducen a sus hijos espirituales con los aspectos
filosóficos, de la ética humanocéntrica o antropocéntrica, de la
“psicología” académica y no con los frutos de la experiencia y
la enseñanza de los santos visionarios de Dios.
Finalmente creo
absolutamente que la εκκοσμίκευσι
(ekosmikefsi) mundanación-secularización, es el
desprecio de la tradición niptico-hisijasta, que es la condición
imprescindible para la vivencia y experiencia de la teología
verdadera que es una gnosis (increada)- experiencia existencial de
Dios, es decir, la visión de Dios o de la luz increada. Toda
teología que se conecta con la meditación, la imaginación o
fantasía y se aleja de la experiencia de los santos, es teología
del “no ser o inexistencia”, de la meditación, de la fantasía,
de la imaginación, de los fantasmas, de los sentidos físicos y de
las cosas sensibles, por lo tanto es una teología enferma. Toda
teología que no se ocupa de la manera y modo que uno debe seguir
para sanarse de los pazos y llegar a la κοινωνία
(kinonía,
comunión, unión y conexión) y gnosis de Dios, es
mundanizada-secularizada. Toda teología que se encuentra fuera de lo
que describe san Gregorio de Nicea, no es eclesiástica. Una teología
contenida de fraseología bella, de palabras bonitas y de
inteligentes meditaciones que se mueve fuera de los marcos de la
tradición hisijasta, es realmente mundanizada-secularizada.
Y una teología
mundanizada de este tipo que se basa en análisis meditativos,
filosóficos y aún científicos, no conduce los hombres a la
libertad existencial ni a la gnosis personal de Dios. Por eso a pesar
del aprecio que los hombres secularizados o mundanizados puedan tener
a un tipo de teología así mundanizada es una herida para la vida
eclesiástica.
Ierozeos
Vlajos 1999
3.
Por el padre Kostantino Stratigópulos 2004
Pastoral
y secularización. Extracto del libro
“Iglesia y Secularización “.
Definiciones.
Nuestra
Iglesia se encarna y vive en el mundo. Acoge al mundo y lo santifica.
Este objetivo doble, define la pastoral de la Iglesia. El concepto
acogida no niega la presencia de la Iglesia en el mundo, pero a la
inversa niega la acogida de la Iglesia por el mundo-cosmos. La
acogida del mundo por la Iglesia varía comparada con la
secularización y conformación.
El
concepto de terapia no niega la utilización de medios terapéuticos,
pero se opone a la utilización de recursos no eclesiásticos.
El
prefacio de esta colocación ya define que la secularización en la
pastoral es confundir las dos definiciones iníciales: acogida y
terapia.
Secularización
en la acogida.
La
acogida del cosmos-mundo y sus medidas son un punto de referencia
clave en lo referente a la pastoral de la Iglesia. Puesto que la
acogida se hace para la terapia (o psicoterapia, en el sentido
heleno-ortodoxo), entonces se tiene que hacer un claro discernimiento
entre el acogido y los elementos de su vida. La acogida concierne
siempre a personas y no los objetos. La Iglesia siempre acoge la
esencia del hombre y no su fortuna personal.
La
secularización acogería un alto funcionario o mandatario de las
clases sociales altas, con una paralela dependencia de poder del
axioma o mandato y la fuerza de sus componentes económicos. El
énfasis a la fortuna del acogido puede destruir también la esencia
de la terapia salvífica de la persona.
Por
extensión, extrema secularización sería la acogida sólo de la
fortuna, sin ninguna presencia de la persona en el espacio de la
acogida. Las asistencias o donaciones de un mecanismo impersonal,
como programas de progreso empresarial, sólo traerán dependencias y
obligaciones a la Iglesia. La ausencia de la persona-esencia da la
impresión que “la actividad o dinamismo” de la Iglesia se
traspasa de la persona al capital superficial que facilitan
organismos impersonales anónimos. Tal y como en el espacio de la
iconografía Ortodoxa no existe icono sin persona, tanto más no
puede existir pastoral sin persona.
La
pastoral de la Iglesia tiene su eje en el “nada tenemos y todo lo
tenemos” del Apóstol Pablo. La universalidad de la Iglesia
requiere este énfasis “todo lo tiene”. Quiere que todos los
hombres se sanen y salven. La tragedia de la valorización monetaria
de los Misterios de la Iglesia, de las Liturgias, de los nombres de
la proscomidí, de los trisagios y de las memorias a los difuntos,
proyectan una agonía para la obtención y la conquista. La Iglesia
gratis recibe y gratis da. Quiere las personas, no sus dineros. La
secularización en este punto indica muestras de desprecio al
laós-pueblo de Dios y, naturalmente, a los Misterios de la Iglesia.
Todo se paga y todo se hace para teatro y proyección.
La
secularización también revela su rostro al intentar usar “modelos”
de desarrollo económico para la evaluación de la fortuna
eclesiástica. Los métodos del modo científico actual de
funcionamiento de los entes microeconómicos, ignoran o desprecian al
hombre y buscan el máximo beneficio. La estructura administrativa de
la Iglesia no se le permite tomar estas metodologías que subordinan
la persona en intencionalidades de inversiones rentables. La
inversión de la Iglesia es su laós-pueblo y no los horizontes
rentables de las fortísimas compañías anónimas actuales.
La
secularización en el espacio del acogimiento, nace siempre dentro de
variopintos egoísmos. El poder, el beneficio, la proyección de “la
obra que se realiza”, con todas sus extensiones de anuncios y
propagandas, alteran los centros de la pastoral y muchas veces estos
centros se convierten en portadores del poder mundano. La Iglesia no
quiere mostrar que es “buena y ofrece”. En el misterio de la
transformación de la sociedad y la santificación del hombre, no
puede encajar en formas de auto-confirmación y proyección mundana.
La Iglesia “informa” la diaconía llevando en plenitud la verdad
de las cosas que han sido delgadas a ella por el Vivificador Señor.
No intenta demostrar, ni convencer para que sea reconocida. Todo esto
se hace cuando y como se debe, según la donación del Paráclitos.
La Iglesia no tiene metodologías, ni sistemas, ni planos
organizativos exhaustivos. Deposita lo humano y se dirige por el
Dios. Vive como si no tuviese nada pero todo lo tiene.
La
secularización surge del intento a utilizar los “bienes” del
mundo para vivir. Pero nosotros queremos aprender a morir y a la vez
esta muerte sea la gestación de la vida.
La
Iglesia acoge al mundo para “psicoterapia”, terapia y
santificación. Pero no toma los medios que utilizan varios poderes y
estamentos del mundo para acercase y atraer a los hombres y al
pueblo. El cosmos-mundo se acerca al pueblo para halagarle (o hacerle
la pelota). La Iglesia no hace mítines laico-nacionales para su
“base” que es el pueblo, no hace laocracia-populismo y no anuncia
ilusiones que entusiasman a la gente y les atraen con fines de
prestaciones sociales. La Iglesia sirve y se sacrifica para el
pueblo. Incluso si facilita prestaciones sociales no las comunica, ni
las anuncia. Los hechos, las obras y las ofertas sociales
eclesiásticas es un camino abierto para la secularización. (Por el
traductor: esto lo vivimos muy exageradamente aquí en España, donde
el papismo se anuncia por la televisión, con sus ofertas y obras,
pidiendo también que en la declaración de la renta marquemos que
una parte vaya para ellos).
La
secularización en la terapia.
Los
medios terapéuticos de la Iglesia son su misma vida, la apocálipsis
(revelación) y experiencia del misterio de la vida, la vivencia de
los misterios de la jaris (energía increada) del Espíritu Santo.
Los
misterios de la Iglesia no aceptan definiciones, limitaciones,
metodologías, sistemas, clasificaciones y evaluaciones. No
envejecen, no se mejoran, no se arreglan, no se cambian de forma, no
se sub-ayudan y no se someten en planos terapéuticos humanos. Los
Misterios economizan, gratifican o proporcionan la energía increada
jaris, y santifican, metamorfosean, sanan, iluminan y glorifican o
llevan a la zéosis que es el propósito de la vida del hombre.
La
utilización de metodologías humanas en la apocálipsis de la vida
en misterio de la Iglesia, constituye un sacrilegio, profanación o
violación e intervención a la obra de la Divina Economía, la cual
se apocalipta (revela) en el “ahora y siempre” de la Iglesia.
No
puede haber una Divina Liturgia “buena” o “mala”. Los fieles
pueden corresponder o no en el “mantengámonos bien firmes”.
Nosotros entregamos “toda nuestra vida” y la Liturgia se hace
nuestra vida. Ni el sacerdote, ni el cantor, ni las luces, ni las
vestiduras sacerdotales hacen una buena Liturgia. Al contrario todas
estas juntas puede ser que se conviertan en intervenciones seculares
dentro de la Divina Liturgia. Puede que anulen lo humilde, lo sobrio,
lo tranquilo, lo apacible, lo sereno y la brisa de la apocálipsis
regocijante del celebrante Espíritu.
Movimientos
ostentosos y llamativos, proyección de capacidades fonéticas,
exaltaciones fuertes para impresionar, exaltación laica y muchas
más, ponen la piedra de la secularización del misterio de la vida.
Paralelamente
planos humanos egoístas puede ser que quieran hacer un modo de
metania.
El misterio de la metania
se celebra en la jaris
(gracia, energía increada) e iluminación del Paráclitos. Allí no
existen destrezas y metodologías psicoterapéuticas, ni búsquedas
psicoanalíticas. La metania
es misterio y la absolución permanece misterio. No se puede hacer
metamorfosis de la vida sin la aclamación del Paráclitos “Abba,
Padre” en el corazón. El pnevmaticós (guía confesor espiritual)
sirve el misterio de la presencia del Espíritu Santo según el
mandamiento de Cristo, “recibid el Santo Espíritu”. El
pnevmaticós no tiene método, no es juez o analista, es el ecónomo
(o instrumento) del misterio. No tiene manera propia de confesión.
Honra las personas que vienen, ora para la metania
de ellas, abre su boca para funcionar el cuerpo de Dios y sólo, en
los corazones de los hombres. No tiene teorías propias, pero se
convierte en observador del misterio de la metania
y contempla el milagro que se revela delante de él.
En
todos los misterios el pnevmaticós sigue el orden de la tradición
Ortodoxa, no tiene su propio canon o regla. Conoce que no puede hacer
metodologías suyas en los misterios. No evalúa las bendiciones u
oraciones como imprescindibles o no. Se abandona en las manos de la
sabiduría de los Padres teoforos (portadores la luz increada de
Dios) que han compuesto los oficios. No busca renovaciones con
cambios, adiciones o reducciones de los textos. Ora para el
renacimiento de arriba para cada fiel.
Secularización
y problema
La
secularización en la pastoral existe, cuando no permitimos la
apocálipsis (revelación) de lο
único proyectado dentro de la Iglesia, que es la presencia del
Espíritu Santo. Y esto es el problema. ¡Cuánto permitimos que sea
proyectado el Paráclitos en la vida de los fieles o nuestras
técnicas inadecuadas!
La
pastoral de nuestra Iglesia no necesita, ni padece de nuevas ideas,
sino del comportamiento de sus instructores autoproyectados y
problemáticos en relación con el Proyectado Donador de la vida, el
Paráclito, el Espíritu de Verdad, el Omnipresente, el Cumplidor de
todo, el Tesoro de los bienes.
Finalmente,
todas estas cosas significan que la secularización en la pastoral se
define como el intento de crear condiciones o impresiones de
perfección en el espacio donde todo se perfecciona por la ayuda de
arriba y la Χάρις
(jaris
gracia, energía increada). Amín.
Kostantino
Stratigópulos 2004
Traducido por: χΧ
jJ www.logosortodoxo.com
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