ΠΡΑΚΤΙΚΑ
ΔΙΕΘΝΩΝ ΣΥΝΕΔΡΙΩΝ ΑΘΗΝΩΝ ΚΑΙ ΛΕΜΕΣΟΥ
SUMARIOS
DE LOS CONGRESOS INTERNACIONALES DE ATENAS Y LEMASOL DE CHIPRE
Ο
ΑΓΙΟΣ ΓΡΗΓΟΡΙΟΣ ΠΑΛΑΜΑΣ ΣΤΗΝ ΙΣΤΟΡΙΑ
ΚΑΙ ΤΟ ΠΑΡΟΝ
SAN
GREGORIO PALAMAS EN LA HISTORIA Y EL PRESENTE
ΠΡΩΤΟΠ.
ΘΕΟΔΩΡΟΥ ΖΗΣΗ: Η ΧΡΗΣΗ ΤΩΝ ΑΠΟΔΕΙΞΕΩΝ
ΣΤΗ ΘΕΟΛΟΓΙΑ, ΚΑΤA
ΤΟΝ ΑΓΙΟ ΓΡΗΓΟΡΙΟ ΠΑΛΑΜΑ.147
LA
UTILIZACION DE DEMOSTRACIONES EN LA TEOLOGIA SEGÚN SAN GREGORIO
PALAMÁS
(Por el
protopresbítero Teódorο Zisis, catedrático de la universidad
teológica de Salónica)
1. El tema
básico e importante de la tradición Patrística
En
todos ya es conocido que el estudio y la investigación de la
enseñanza de san Gregorio Palamás en los últimos decenios han
suscitado un avance asombroso. Esto que intentaron hacer el siglo 18º
los representantes del movimiento filocálico, los llamados
“Kolivades”, sobre la colección y edición de las grandes obras
del padre y didáscalos Palamás, se está realizando ahora en
nuestros días. La edición de las obras casi se ha terminado y en
nuestros días circulan no sólo en el helénico clásico, sino
traducidas también al moderno heleno. También se han escrito
multitud de estudios de los temas básicos de su enseñanza. Los
“Kolivades” san Nicodemo Notarás, san Nicodemo el Ayiorita y san
Atanasio Parios, observaban un peligro claro; es decir, que de parte
del renacimiento europeo fuera introducido secretamente al espacio de
la teología ortodoxa el racionalismo y el escolasticismo; de esta
manera sería ignorado el método de teologizar de la tradición
patrística ortodoxa, transformada en una teología dialéctica
(discursiva) y filosófica.
Esto en parte no se ha conseguido evitar
mucho, tal como se ha demostrado de muchos ponentes durante el 1º
congreso de Teología Ortodoxa en 1936 que se hizo en Atenas; donde
se han señalado muchas influencias occidentales y se recalcó la
necesidad de retorno a la casa de los padres de la Iglesia.
La
enseñanza de san Gregorio Palamás, suministra ahora
satisfactoriamente casi todas las ramas de la Teología, que la
devuelve sobre la línea tradicional; puesto que san Gregorio no
innovó ni creó un sistema propio de teología, sino simplemente
codificó y organizó en unidades, lo que anteriormente los Padres
enseñaron sobre los temas que había provocado el monje humanista
Barlaam de Calabria, trayendo en Constantinopla y en Tesalónica
mentalidad occidental y problemática. Por eso tal y como se ha
recalcado, no se justifica el uso por parte de los Ortodoxos del
término “Palamismo” o “Teología Palamista”, como hacen los
Occidentales, quienes consideran heréticos sus consideraciones; Por
eso junto con el Arrianismo, el Nestorianismo y otras herejías
colocan al Palamismo como innovación personal de San Gregorio
Palamás. Simplemente recordaré aquí, para demostrar la verdad de
lo dicho, que en los índices del Cavallera, la conocida llave que
utilizamos todos para la “Patrología Craeca” del abad Ming,
coloca al hisijasmo entre las herejías. (Teólogos de Tesalónica,
pág, 6).
El
estudio de la enseñanza e instrucción del Santo ha conseguido hasta
hoy presentar realmente los temas más básicos e importantes;
esencia (usía) y energías, creado e increado, pazos y apazia (sin
pazos), zeoptía (visión divina o de Dios), teología, zéosis,
gnosis (increada) de Dios, monaquismo, áskisis (ascesis, ejercicio
espiritual), luz e iluminación, metamorfosis, sabiduría divina
(increada) y humana, Santa Trinidad y muchos más. Especialmente
tomos de congresos y tomos selectivamente coleccionados han ofrecido
muchas cosas para el estudio del Santo Padre. Como sin duda alguna
ofrecerá en el presente este brillante congreso, que organiza el
Santo Monasterio Batopedi de Athos en honor del gran monje ayiorita,
quien empezó sus luchas ascéticas como obediente del famoso asceta
Nicodemo al exterior de la gran laura del Monasterio Batopedi; allí
recibió también la primera correspondencia divina a su insistente
pedido místico hacia la Santísima Zeotocos: «Φώτισόν μου,
το σκότος, φώτισόν μου το σκότος, Κύριε!
Kirie fótison to skótos mu
Señor ilumina mi skotos
(oscuridad e ignorancia)».
Dentro
de la multitud y el grueso de temas que hay actualmente sobre su
bibliografía, pocas cosas se han escrito sobre el tema del método
demostrativo que ha utilizado San Gregorio Palamás en su teología,
frente al método dialéctico (discursivo) o silogístico del
oponente Barlaam de Calabria. Este tema se encuentra en el punto de
salida de sus luchas teológicas, puesto que con este empezó el
conflicto de dos mundos, del Oriente Santo-Espiritual y del Occidente
Humanístico, en las dos personas adversarias; pero también con la
inmediata composición del tema básico: el discernimiento entre
ουσία (usía, esencia, sustancia,) y energías en la deidad;
esto nació por el planteamiento y tratamiento distinto del tema de
la utilización de demostraciones en los debates sobre Dios, es
decir, en el tema de Teología en su principal sentido y concepto. El
Calabrés Barlaam negaba totalmente el método demostrativo; mantenía
como base lo de Aristóteles: en que
todas las cosas de Dios no se someten en demostraciones, son
indemostrables y “superiores a la demostración”;
adoptando así un agnosticismo teológico, convirtiendo la teología
en una especulación (o tratado de posibilidades), puesto que no
tiene para apoyarse algo estable que se demuestra, sino sólo en las
cosas lógicas, fácilmente vulnerables e inestables que se deducen
durante las discusiones o debates sobre temas de la fe.
San
Gregorio Palamás, auténtico teólogo tradicional, conoce de la
anterior tradición patrística que en sus escritos, los Santos
Padres y los demás teólogos, utilizan el método demostrativo y la
terminología demostrativa, tanto en los títulos de sus temas como
durante la negociación; como por ejemplo, san Juan el Damasceno que
ha resumido la enseñanza patrística en su conocida obra “Edición
exacta de la fe ortodoxa” y también Efzímio Zigavinós en su
“Armadura Dogmática”.
Recordamos
inicialmente para la mejor comprensión del tema que uno de los
primeros capítulos de la Dogmática de san Juan el Damasceno tiene
el título “Demostración que Dios existe, es y está”, con
análogo contenido demostrativo del cual resulta que: no sólo los
que aceptan la Santa Escritura sino también multitud de los Elenos
no dudan de la existencia de Dios, que la recibe obligatoriamente el
nus
humano, el que no está oscurecido por el pecado, porque “la gnosis
del ser o existencia de Dios está engendrada naturalmente en
nosotros”, pero también porque “de la misma naturaleza nuestra,
la cohesión, el mantenimiento, el funcionamiento y el gobierno nos
enseñan lo que es Dios...”. La incredulidad, la falta de fe y el
ateísmo, no se deben en la debilidad de la Teología en formular
logos (tratado) demostrativo, como pretexto de que no existen
demostraciones, sino al funcionamiento incorrecto del nus
(energía o espíritu del corazón humano) de los que no creen, los
cuales deben ser tratados como enfermos (e infectados de virus). La
incredulidad y el ateísmo no tienen ningún soporte lógico, es
paraloyismós (insensatez, absurdidad) y locura; Los incrédulos no
son lógicos, son muy ilógicos, insensatos y parálogos (absurdos,
irracionales), por eso son oprobiados por el profeta David por su
imprudencia: “dijo el insensato, imprudente en su corazón que Dios
no existe”2
(Sal 13,1).
Los
Santos Padres no omiten en recalcar también que la incredulidad de
la existencia de Dios se debe a la mala astucia y malicia de los
hombres, quienes quieren pecar libremente como si no existiera Dios
que vigila y observa la vida de ellos, por eso los que pecan
continuamente por costumbre niegan a Dios, aunque no lo digan con su
boca3.
2.
Cimentación hagiográfica
Aparte
de la invocación de la tradición patrística a favor de las
demostraciones, san Gregorio sugiere a Barlaam quien afirmaba que no
hay gnosis (conocimiento) y demostración sobre las cosas divinas
4 sino que la Teología sólo se
apoya a la fe; también le sugiere que estudie lo que dice el Apóstol
Pablo en su primer capítulo de la epístola hacia los Romanos; allí
califica de aconfesionales los infieles helenos y no los fieles
judíos. Los cuales helenos con su sabiduría tendrían que
conducirse a Dios y a la vida y gobierno por Dios, a pesar de esto
resultaron a la impiedad de la idolatría y en distintos pazos,
vicios y malicias. Son injustificables, a pesar de que vivan fuera
del espacio del Antiguo Testamento, afrontarán la ira de Dios,
porque «lo conocido de Dios está manifestado a la vista de ellos,
porque el mismo Dios lo ha revelado a ellos.» Explicando el Apóstol
cómo Dios manifiesta y demuestra su existencia y su sabiduría, dice
la conocida y clásica tesis: que el invisible Dios se ve mediante
las creaciones visibles. “Porque las
cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas
por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues
habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le
dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su
necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron
necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de
imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí
sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la
mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador,
el cual es bendito por los siglos, amén” (Rom
1, 20-26). Pero también en los Hechos de los Apóstoles, Pablo
hablando hacia los habitantes idólatras de Listra, quienes después
del milagro de la terapia de un cojo, creyeron que él y Bernabé
eran dioses y estaban preparándose a ofrecer sacrificios. Pero los
instruyó hacia la verdadera teognosía, diciendo que Dios dejó a
los pueblos de antes de Cristo a seguir libremente el camino de la fe
o la infidelidad, a pesar de que existían testimonios y
demostraciones de su existencia y presencia; es decir, no se dejó a
sí mismo sin demostrarse ni testificarse. “El
cual ha permitido en las pasadas generaciones que todas las naciones
siguiesen sus caminos; sin embargo, no ha cesado jamás de dar
testimonio de sí mismo haciendo el bien, mandándonos desde el cielo
lluvias y estaciones fructíferas, saciándonos de comida y llenando
nuestros corazones de felicidad” (Hec
14,16-17). Si, pues, el único camino de conocimiento de Dios es la
fe y nadie se conduce a Dios con silogismos demostrativos, que están
basados en las energías (increadas) y las acciones de Dios al mundo,
entonces los que están fuera de la fe deberían estar justificados y
no ser considerados aconfesionales y dignos de la ira de Dios, tal y
como enseña Apóstol Pablo7.
Aquí
permitidme apuntar que estas tesis dan respuesta también a la
pregunta que se formula y se proyecta hoy por muchos, pero es cierto
que la mayoría de las veces se debe en la disposición singretista
(comparativa) de aniquilación de todos los hombres, sea que
pertenezcan a una religión o no, o en el deseo de los que han
conocido a Dios dentro a la Iglesia de aligerar sus
responsabilidades. Y la pregunta es: ¿qué pasará con los que no
son Cristianos y los que están fuera de la Iglesia? ¿Tienen ellos
también alguna responsabilidad y tendrán que dar cuentas sobre su
infidelidad, puesto que no conocieron a Dios? La contestación con
base lo dicho es sencilla. A Dios todos deben conocer y aceptar,
porque es innata su gnosis, pero también porque sobre su existencia
y su sofía-sabiduría truena y clama el mundo, la creación y la
grandísima armonía del cosmos-universo, “porque
lo conocido de Dios está manifestado y revelado en ellos”.
Nosotros que vivimos en la Iglesia simplemente tenemos mayor
bendición y donación, pero también mayor responsabilidad; porque
nuestra gnosis (conocimiento) no está basada sólo en medios
naturales, no es sólo gnosis natural, sino que está apoyada también
en los logos de Cristo, que están testimoniados por testigos
presentes y auto-demostrados por Él, de los Apóstoles y los Santos;
en la persona manifestada Cristo Dios, que está apocaliptándose=
revelándose continuamente dentro en la Iglesia, con las
expectaciones, visiones divinas y las experiencias deificantes de los
Santos.
3.
El método doble. Esencia y energías.
San
Gregorio Palamás sin duda conoce y admite que no todas las cosas de
Dios son conocidas y demostradas. Barlaam generalizaba enseñando que
todo sobre Dios es desconocido e indemostrable; san Gregorio no
comete el error de Barlaam en generalizar, yendo al otro extremo y
enseñar que todo sobre Dios es conocido y demostrable; así al lugar
del agnosticismo barlámico, que podría restablecer de nuevo la
gnosiología de Ario y Evnomio; según esta gnosiología, el nus
humano puede comprender también la esencia de Dios, puede
introducirse en el espacio (o parte) de la deidad que es lo
desconocido, lo inconcebible y lo secreto u oculto. Justifica a
Barlaam cuando apela a los versículos de la Santa Escritura, como “a
Dios jamás le ha visto nadie” o “ha puesto la oscuridad para
esconderse”, y observa que realmente existe el lado desconocido e
indemostrable de Dios, lo cual permanece inconcebible e inefable para
el hombre. Pero explota el discernimiento entre esencia y energías
en la deidad, el cual discernimiento ya habían desarrollado los
Padres Capadocios y particularmente san Basilio el Grande, quien
enseñó que “nosotros a Dios por las energías le conocemos y
hablamos y la esencia ni acercarnos nos atrevemos. Porque las
energías de Él descienden hacia nosotros, en cambio la esencia
permanece ininteligible, inaccesible y no contemplativa”.
Respondiendo san Basilio precisamente a la pregunta: si en la
Teología precede la gnosis de la fe, dice que realmente precede la
gnosis (conocimiento): “Precede el concepto y significado sobre lo
que es Dios, y esta gnosis la resumimos de las creaciones. Porque lo
sabio, lo fuerte, lo bondadoso y todo lo invisible de la creación
del cosmos entendemos y reconocemos10”.
Con la
base pues, de este discernimiento entre esencia y energías, Dios no
es solamente desconocido, tampoco solamente conocido; es a la vez las
dos cosas, conocido y desconocido, demostrado y no demostrado,
desconocido sobre su esencia y conocido sobre sus energías. Aquí
tenemos la famosa dualidad, el doble método de los Padres, que la
desarrolla en magnitud san Gregorio Palamás, pero nosotros nos
limitaremos en unas pocas descripciones suyas.
Frente
a la insistencia de Barlaam que de las cosas divinas nada es
demostrable, san Gregorio dice que “por un lado, una parte de las
cosas divinas se conocen y lo que se busca es lo que se demuestra,
por otro lado, también existen otras cosas totalmente
ininvestigables e inescrutables”11.
Lo que es indiscutible y de acuerdo con la Santa Escritura es que las
cuestiones divinas son y no son demostrables. Unas, lo son y otras no
lo son y repite que unas se conocen y se demuestran y otras son
inconcebibles e inescrutables. Por eso es un error que uno insista
que no hay demostración sobre ninguna de las cosas divinas; lo
divino es demostrable e indemostrable12.
En este conexo apela también a los escritos de san Dionisio el
Areopagita, de los que también apela Barlaam pero unilateralmente,
para consolidar sólo lo desconocido e inconcebible de Dios. Le dice
pues, que el escritor “enseña claramente que la forma de la
teología es doble: una es mística, celebrativa, ceremonial,
inefable, indecible que actúa, opera y está establecida en Dios con
sus mistagogías (instrucciones místicas) no enseñadas; y la otra
manifestada, clara, filosófica y demostrativa, la que convence,
explica y demuestra la verdad de los logos o dichos.”13
Incluso
en la insistencia, que alega Barlaam, sobre que el hombre no puede
sostener que tiene demostraciones sobre Dios, porque las
demostraciones se limitan sólo a las cosas sensibles que son
homogéneas del hombre, “Dios no es homogéneo del hombre”,
entonces san Gregorio alega la experiencia de la visión, expectación
divina de los Santos, la que por la jaris (gracia increada) y la
energía (increada) los transforma en homogéneos de Dios y los
deifica o glorifica. “Los limpios, sanados y purificados del
corazón conocen por el divino alumbramiento, hecho en sus corazones,
que existe Dios y es como luz, o más bien, como fuente de luz
espiritual e inmaterial.” Ellos al haber hecho la catarsis,
(sanación, purificación) del corazón, les constituye en receptores
e indicadores del divino esplendor. Por supuesto que los que no han
avanzado a la zeoría (expectación, contemplación) y a la zéosis o
glorificación, pueden por la providencia ver y conocer el común
proveedor de todo, de los bondadosos la autobondad, de los
vivificados la auto-vida, de los sabios la auto-sabiduría, y
simplemente el ser real del todo y el que transciende todo, es
aquella suprema esencia poliónima (de muchos nombres) y anónima”.
Con todo esto como prueba, se forma la demostración inequívoca que
“uno es el promovedor, provisor, pre-eterno de todo, pantodínamos
(omnipotente, todopoderoso), omnipresente, vigilante de todo, genio
supremo, bondad plena, causa de todo, etc.”14
4.
Los dogmáticos contemporáneos barlamizan (o siguen y hacen teología
de Barlaam.
El
tema de la utilización de demostraciones en la teología tiene
también un lado interesante que se refiere a la teología
contemporánea, principalmente la dogmática. San Gregorio Palamás
insiste que Barlaam de Calabria es el único caso de teólogo en
todos los siglos que encontró y el primero que enseñó que no
existe demostración para nada de las cosas divinas. Esto realmente
se ve que sigue siendo válido en todos los períodos de la tradición
hasta el siglo 18º. Si uno lee los manuales meta-bizantinos, lo
“Teológico” de Eugenio Búlgaris, y “Resumen sobre los dogmas
divinos de la fe” de san Atanasio de Paros, durante la esclavitud
turca, comprobará que continúa la tradición patrística y también
la utilización de demostraciones y la aceptación de la teología
dual, es decir, el doble método de gnosis (conocimiento), que el
Dios es desconocido de su esencia y conocido por sus energías.
Pero
esta situación ha cambiado el siglo 19º y este cambio afecta aún
en parte hasta hoy. El predominio de nuevo-helenos iluminadores en la
educación con su giro paralelo en cultos antiguos-helénicos y el
clasicismo, como también la introducción del método escolástico
de teología a las escuelas helénicas por estudiosos maestros con
títulos Occidentales y con la progresiva disminución del interés
para los Padres y sus enseñanzas, han creado una herida seria para
la continuación de la tradición dogmática; Consecuencia pues de
esto es que ahora no sea sólo Barlaam el que insistía sobre Dios no
valen las demostraciones y el método demostrativo no es válido. Los
más jóvenes teólogos dogmáticos que ignoran el discernimiento
patrístico entre esencia y energía, ignoran también el doble
método teológico. Cuando en sus tesis dogmáticas examinan el tema
sobre las demostraciones se encuentran incómodos y perplejos, porque
saben que las demostraciones son útiles y ayudan, pero atrapados en
la opción filosófica escolástica sobre el Dios, como sobrenatural
es superior a cualquier demostración, aceptan que las demostraciones
no pueden conducir a Dios, sino reforzar la fe preexistente, que
permanece así como el único camino de teognosía; pero como hemos
demostrado y dicho que la gnosis precede la fe y se reduce
demostrativamente medio las creaciones...
(Sobre
este tema estamos en una investigación que aún no hemos terminado,
debemos decir también que en la actualidad hay muchos manuales que
muestran la teología demostrativa).
Epílogo
San
Gregorio Palamás desarrolla extensamente el tema del método
demostrativo en muchos de sus textos. Los dos “logos demostrativos
sobre la procedencia del Espíritu Santo” dieron lugar por su
título sólo empezar la discusión sobre el tema. Lo desarrolla en
cantidad y con gran claridad a las dos cartas enviadas a Akíndinos y
en otras dos a Barlaam. Nosotros simplemente hemos señalado el
problema en su dimensión fundamental precisamente en relación con
la contemporánea dogmática. Vale la pena subrayar lo que muchos han
señalado: La Teología no es una ciencia teórica, sino una ciencia
positiva y empírica. No sólo porque las mismas creaciones truenan y
claman y nos conducen a Dios, la misma naturaleza y la grandísima
armonía del cosmos, pero también la verdadera experiencia de los
Santos, los amigos de Dios, quienes mientras han hecho su catarsis o
sanación, vieron a Dios, quien se apocalipta=revela a los sanados,
purificados, dignos y merecedores. Ellos testigos presentes de la
grandeza divina nos aseguran sobre la existencia y la bondad de Dios
de modo y logos demostrativo y no de logos reflexivo y dialéctico (o
discursivo). Amín.
Protopresbítero
Teódorο Zisis, catedrático universidad teológica de Salónica
Traducido por: χΧ
jJ www.logosortodoxo.com
(en español)
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