ΓΕΡΟΝΤΟΣ
ΑΘΑΝΑΣΙΟΥ ΜΥΤΙΛΗΝΑΙΟΥ
CONCIENCIA y
SUBCONSCIENTE
Por el Yérontas
Atanasios Mitilineos.
Copyright: Monasterio
Komnineon de “Dormición de la Zeotocos” y “san Demetrio”
40007 Stomion, Larisa, Fax y Tel: 0030. 24950.91220
Traducido y transcrito de
las homilías, de griego hablado a español escrito por: χΧ
jJ www.logosortodoxo.com
(en español).
CONCIENCIA Homilía 59
80. Συνείδηση
(sinídisi), conciencia:
la palabra proviene del verbo συνοίδα (sinida, reconozco o
co-conozco), συν-οίδα (más o con y conozco) quiere decir que
conozco con alguien más, es decir, con Dios. Etimológicamente de
aquí proviene sinídisis-conciencia. Tenemos la conciencia ética y
la gnóstica. Por lo tanto, cuando decimos conciencia gnóstica
entendemos, la gnosis-conocimiento del mismo yo, de mi propia
existencia y que yo soy yo. La conciencia ética es la voz innata
(logos) de Dios. Es aquella que nos informa que lo que estamos
haciendo es correcto o no.
En la
enseñanza de la Iglesia, es la fuerza de la psique como un testigo
interior, juicio, control e inspección, como una ley divina
"escrita" en el corazón (Rom.2:15), que ayuda al hombre a
discernir lo bondadoso de lo malo y preferir lo primero.
Por eso san
Zalásio en la Filocalía nos dice: “la conciencia, es el verdadero
maestro, el que la escucha y la obedece no tropieza”. La conciencia
se hace y se convierte en "bondadosa" y " καθαρή
kazarí
limpia, pura, clara, purificada" (Hechos 23:1; 1ªTim. 3.9)
mediante la ascesis o ejercicio espiritual en Cristo y el
cumplimiento de los mandamientos de Dios, que catartizan, sanan y
purifican el corazón de los pazos. Cuando el corazón está lleno de
pazos, apasionado, malicioso, entonces también la conciencia, está
analógicamente "maliciosa mal astuta" y "enferma"
(Ebreos 10:22. 1ªKor.8:7), entonces deja de controlarnos y se
autoengaña.
La
conciencia es como el ángel de la guarda que nos da Dios.
CONCIENCIA
Después de la infracción
del mandamiento de Dios el texto sagrado dice:
“Y escucharon la voz
del Señor (Yahvé, Logos) Dios que se paseaba, andaba en el paraíso
por la tarde, y Adán y su mujer se escondieron de la cara, persona
del Señor Dios entre el bosque del paraíso” (Gén 3,8).
Veis como el drama de la
existencia humana se desarrolla con la base siempre de la libertad
humana. Podríamos decir que la historia entera del hombre de la
caída y también del restablecimiento, no es sino la peripecia de la
libertad. Y toda esta peripecia de la libertad humana resulta de la
agapi (amor desinteresado y energía increada) de Dios, porque el
mismo Dios ha dado la libertad y el hombre no puede profundizar y
comprender qué fondo tiene esta libertad.
De todos modos Dios creó
al hombre, conociendo realmente qué sería el hombre. Y ahora
después de su caída el hombre es digno de muerte, por consiguiente,
es desgraciado. A pesar de esto, Dios no sólo crea al hombre, sino
que de manera admirable interviene exactamente para que el hombre
retorne. Porque lo que el Dios crea no es vano. Demostración de que
no es vano, al final de la historia el Dios renovará la creación,
no se perderá nada y tendremos resurrección de los muertos. Pero
resurrección de todos los hombres, otra cosa es que habrá el eterno
infierno para los que habrán negado a Dios obstinadamente en sus
vidas. Mientras tanto después de la vergüenza y el miedo a Dios
donde vemos los primeros creados que se esconden, Dios ahora
interviene en la vida de ellos con el propósito de desarrollarse en
ellos la metania (conversión, confesión y arrepentimiento). La
metania es un elemento fundamental para la renovación del hombre.
Por eso Dios crea dialogo de metania.
Recordaos cómo el Señor,
tratando de salvar aquella mujer samaritana, abrió con ella un
diálogo (Jn 4 4-30). ¡Es admirable la manera de acercamiento que se
hizo entre el Señor y la Samaritana! El Señor abre una conversación
y se hizo con la frasecita: “dame de beber agua”. Ella se
sorprende, porque veía a un judío, mientras que ella era samaritana
y los samaritanos con los judíos no se tragaban, no tenían ninguna
relación entre ellos. Porque había una historia antigua. Y de allí
empieza el diálogo y al final esta mujer, que no era de buena
conducta ética, dejó el pecado y se hizo creyente. Nos dice la
tradición de nuestra Iglesia que esta mujer se bautizó, se llamó
Φωτεινή (Fotiní-Iluminada), y toda su familia y sus parientes
se bautizaron y ella se hizo ierapóstol-misionera. Es realmente
asombroso, como el Señor se acerca a ella en el pozo y la dice
bellamente y muy psicológicamente: Llama a tu marido que venga. No
la dice mala mujer, tú que eres tal y cual, nada malo. Ciertamente
dices que no tienes marido porque no estás casada. Pero el que
tienes ahora es el quinto hombre sin ser tu marido. Ella se asombró,
se perdió y mareó totalmente. (Jn 4,4-26)
5 Veis pues, diálogo de
aproximación, pero no olvidemos que el diablo también abrió
diálogo de aproximación a los primeros creados. Así que tenemos el
diálogo de satanás, quién esclaviza y mientras que parece como si
proclamara la libertad, en realidad trama y hace cadenas de hierro. Y
tenemos el diálogo de Dios que en esta cuestión Dios visita a los
primeros creados. Es como aquello que diríamos hoy, que estos han
hecho algo feo, vamos a visitarlos a ver qué pasa. Todavía por
parte de Dios se hace una llamada: ¿Adán dónde estás? Todas estas
cosas para que conduzcan a la metania y el restablecimiento. Acordaos
aún, cómo el mismo Señor abre diálogo con Nicodemo (Jn 3,1-21),
aquel destacado diputado y hombre importante. El diálogo que se
abrió entre el Señor y Nicodemo, fue un diálogo de fe, no de
metania. Este diálogo fue tan magistral, de modo que llegara
Nicodemo a entender que significa renovación, renacimiento en
Cristo. Además, Nicodemo dijo aquella frase tonta: Es decir,
“¿...tengo que volver a entrar otra vez al vientre de mi madre y
nacer de nuevo?” (Jn 3,4). Y le contesta el Señor: «¿Tú eres
maestro reconocido de Israel y no sabes cómo se hace un
renacimiento?» (Jn 3,10).Veis, pues amados míos, que tenemos estas
formas de diálogo de Dios y del diablo.
Debemos de tener mucho
cuidado sobre el diálogo con el satanás. Hemos hablado mucho en
otros temas sobre este diálogo de satanás. Cómo intenta engañar,
cómo promete libertad pero no da libertad. Muchas veces Dios crea
limitaciones, pero los límites que pone, los pone con el fin de la
salvación de la existencia dentro del espacio de la libertad.
(Dependencia de la libertad de Dios para ser independiente, libre).
Cuándo, por ejemplo, si eres joven y te dice hijo mío ten cuidado
no vayas allí, ¿por qué lo dice esto? Es un compromiso, obligación
pero compromiso que salva. Porque cuando te pone la obligación o
compromiso es exactamente para que no te esclavices a los pazos, para
que seas de verdad hombre libre. Por eso te pone la limitación, para
salvaguardarte la libertad. Pero si no escuchas y pruebas aquello o
lo otro, desgastarás y destruirás tu existencia. Veis que
continuamente hablo sobre las drogas porque ya coexistimos con ellas.
Si, pues, tomas las drogas destruirás tu existencia. Y Dios te dice
un no. Este no, es para salvaguardar la existencia. Veis, pues, que
la libertad de Dios pone unos no. No matarás, no robarás, no darás
falso testimonio, etc... Estos no, tantos no que los de afuera de la
Iglesia se burlan, son salvadores. Cuando ellos dicen que estos “no”,
son represión, haz lo que quieras, entonces te esclavizarás,
entrarás dentro de una esclavitud. Son, como os dije, el diálogo de
satanás.
10 El pecado como sabéis,
tomó parte durante el día, puede ser que fuera por la mañana o por
el mediodía aunque el texto sagrado no nos dice nada. ¿Por qué lo
decimos esto? Porque tiene una importancia. Podemos teologizarlo un
poco. Es conocido que al mediodía hay un deseo de hambre. Por lo
tanto sería más fácil en este caso que probaran del fruto
prohibido. Como sabéis nuestra Iglesia tiene una pequeña misa que
se llama “hora sexta” que corresponde al mediodía. Allí en una
oración pedimos que nos proteja Dios del demonio del mediodía.
¿Cuál es este demonio del mediodía? Es aquello que empuja al
hombre al hambre, a la pesadez, a la pereza y al sueño. Por lo
tanto, existe en aquella hora un aflojamiento de las fuerzas de la
psique del hombre. Con el resultado que hace al hombre caer más
fácilmente. Para sostener lo que os digo, os recuerdo cuando el
Señor estaba en el desierto, ¿cuándo apareció el diablo?. El
Señor está en ayuno cuarenta días y apareció cuando tuvo hambre.
Así que no se excluye que el diablo haya visitado a los primeros en
ser creados al mediodía, que sería la hora que comerían, porque
estaban comiendo frutas. Por lo tanto allí se hizo el diálogo con
el resultado conocido de la caída.
12,20 Pero el pecado toma
parte durante el día y quizá al mediodía. Dios visita a los
primeros creados durante la tarde. Es decir, apenas antes de que
desaparezca el sol, quiere decir que aún queda algo de día. Y
llama: “Adán, dónde estás”. Llamada agraciada. Tal como
llamaríamos a alguien que hemos perdido sus huellas dentro de un
bosque. Si os ha pasado alguna vez, son agraciadas estas llamadas en
busca de las personas queridas. Es pues, agraciada la llamada de Dios
que se hace dentro del bosque del paraíso a Adán. Veis que toda la
frase no indica nada que produzca miedo. ¿Adán dónde estás? Es
como si dijera: yo vengo continuamente a visitaros y os encuentro.
Ahora no os encuentro. Raro, Dios no encuentra a los primeros
creados, pero son situaciones antropomorfas, lo veremos más abajo
esto. ¿Pero qué pasó? Los primeros creados escucharon, tanto la
voz de la llamada como también el sonido de los pasos de Dios dentro
del paraíso. ¿Y qué hicieron? Se escondieron. ¿No era amistosa la
llamada? Si, era muy amistosa pero tenían el peso de la
culpabilidad. Por consiguiente, ahora la voz de Dios no era nada
agradable.
15´
Pregunta san Juan Crisóstomo: “¿Qué dices pues, Dios camina?
¿Tiene piernas, le proyectaremos pies a Dios y no entenderemos algo
superior en Dios?” Y contesta: “El Dios no anda, ¿cómo es
posible que ande aquel que es el omnipresente y el que completa todo?
Andar, quiere decir que no estoy aquí sino allá. Para ir de un
punto a otro camino. Pero Dios que es omnipotente y omnipresente está
aquí y allá. ¿Cómo pues el Dios anda? El Dios tiene como trono el
cielo y pedestal la tierra.
¿Y está contenido
dentro del paraíso para caminar? ¿Qué hombre lógico quería decir
este tipo de cosas? ¿Entonces qué es? ¿Qué significa que Dios
andaba durante la tarde en el paraíso? Quiso provocarles en un
sentido o razón, para meterles en una agonía angustia, exactamente
esto es lo que quería conseguir. ¿Cuál sería esta agonía o
angustia? ¿Qué era esto que debía ponerles en un sentido,
sensación y razón? Era la conciencia. Aquello de que “escucharon
la voz de Dios” ¿dónde la escucharon esta voz? En su interior.
¿No la escucharon de afuera? En su interior, es decir, esto que
llamamos conciencia. Esto lo veremos un poco más abajo. ¿Qué es la
conciencia? El que tengamos conciencia es un privilegio grande y
pesado, porque los animales no tienen. 18´ Sólo el hombre tiene
conciencia. Veis que os digo textos de la Iglesia porque no quiero
que seáis ajenos de ella.
Dice san Crisóstomo:
“Porque el juez insobornable, me refiero a la conciencia, con voz
ilustre, limpia y fuerte viene a sublevar a Adán y le acusa, le
indica y le pone delante a los ojos del acusado. Es decir, aquel que
sufre los toques de los remordimientos de la conciencia, le pone
delante de él los pecados, has hecho esto o lo otro. Por eso el
filántropo Dios, cuando creaba al hombre, le hizo de modo que
tuviera conciencia. Es decir, que Dios le puso la conciencia de
manera que tenga un acusador para que no pueda alguna vez hacer
alguna otra cosa paradójica y le avise que: eh aquí has hecho mal,
allá no está bien. Tener esta voz de Dios en su interior, en su
existencia, aunque quiera escapar y eludir de la atención de los
hombres o de aquel que ha hecho un mal, -esto puede que lo consiga-,
pero escapar de aquel acusante que es la conciencia es imposible.
Este juez insobornable en tu conciencia tráele los regalos que
quieras, no se soborna nunca por nada. Y continuamente está
contenido en el interior del hombre, le molesta, le pica, le pega y
nunca le deja en paz. Sea que estés en tu casa, sea en el mercado o
en compañía de otros, sea en la mesa o en la cama durmiendo, tienes
este acusador que es la conciencia que te persigue continuamente
detrás.”. Es una descripción muy bella que hace san Crisóstomo
sobre la conciencia.
23 Así ¿qué fue lo que
llevó a los primeros en ser creados a esconderse? ¿La presencia de
Dios no les era familiar? ¿Tuvieron miedo a la presencia de Dios?
No. Era la conciencia que les decía que no estaban bien o de acuerdo
frente a Dios y fueron a esconderse. Pero aquí quiero que tengáis
cuidado de algunas cositas. Adán tenía conciencia próspera,
vigorosa, porque es el primer hombre y no había situaciones de
desgaste de su conciencia. Pero con el paso del tiempo la conciencia
de los hombres empezó a enfermarse. Antes de analizar esta
conciencia enfermiza, debemos de aclarar que la conciencia se
distingue en conciencia ética y gnóstica.
¿Cuál es esta
conciencia gnóstica? Sabéis que la palabra συνείδησις
(sinídisis, conciencia) proviene del verbo συνοίδα (sinida,
reconozco o co-conozco), συν-οίδα (con y conozco) quiere decir
que conozco con alguien más, es decir, con Dios. Etimológicamente
de aquí proviene sinídisis-conciencia. Por lo tanto, cuando decimos
conciencia gnóstica entendemos la gnosis-conocimiento del mismo yo,
de mi propia existencia y que yo soy yo. Atención, esto es muy
importante, sólo el hombre lo tiene esto, es decir, que yo soy yo,
tengo conciencia de mí mismo, tengo autoconciencia, conozco quién
soy y que yo existo, soy el que soy, no de parte ética sino de parte
de existencia. Tal y como el Dios dice en la sagrada Escritura
aquella frase admirable que se analiza de todos lados tanto
psicológicamente como filosóficamente: “Yo Soy el Ων (on) el
ser, el existente”, que expresa la autoconciencia de la existencia.
Así también el hombre como icona, imagen de Dios, tiene este gran
privilegio a decir lo mismo. Por ejemplo yo soy Atanasio, yo soy José
etc. Yo soy, tengo conciencia que soy yo. Sin la autoconciencia es
imposible la vida espiritual y también la cultura. Aún tenéis que
saber que el hombre que está privado de autoconciencia, tiene que
estar loco o paranoico de todos modos no tiene conciencia de sí
mismo. Es muy interesante, que Dios nos guarde, si el hombre pierde
su autoconciencia, el que yo soy este. Es una cosa terrible la
pérdida de la autoconciencia.
Pero tenemos también la
conciencia ética. ¿Qué es esta?. Es esta que estamos hablando
ahora, es decir, es la voz innata (logos) de Dios. Es aquella que nos
informa que lo que estamos haciendo no es correcto. Es un gran
capítulo la conciencia ética. Pero si tenemos en cuenta a Adán, es
obvio que disponía de conciencia, porque el Dios creó el hombre con
conciencia, según san Crisóstomo. Las generaciones posteriores,
¿pero cuántas generaciones después de Adán? Aquí haré un
inciso. Hace tiempo ya lo habíamos dicho que la historia del género
humano no debe ser más de quince o veinte mil años. Por muchísimas
razones. Es decir, la historia de Adán no es muy antigua. Si uno
puede, dentro de la historia del universo, ver la historia del hombre
verá que es reciente. No podemos hablar de algo que está millones
de años atrás, como puede ser que os hayan enseñado de algunos
falsos manuales, unas pseudoteorías que existen; además en los
colegios, siento decirlo, sobre la teoría del desarrollo que el
hombre se hizo del mono. Sabéis por la teoría del desarrollo que el
hombre se hizo de mono a hombre, cierto que tiene necesidad de
crédito de tiempo. Este crédito de tiempo según los que
desarrollan esta teoría, debe ser de algunos millones de años,
tanto necesitan los hombres. Así finalmente colocan al hombre que es
de algunos millones de años. No es así. Si ahora me decís que con
unos antrax (carbones) nuclearizados por los que miden huesos etc.,
pues, lo que os dije, no es teológico, es antropológico. (Yo no
creo que una máquina insensata, ilógica que empieza a poner ceros,
pueda decirme la verdad.) Hay científicos que sostienen que la vida
del género humano no debe ser más de quince o veinte mil años. Y
vuelvo al tema.
29´ Si tenemos en cuenta
de generación a generación en un estado pecaminoso continuado, poco
a poco los criterios correctos de la vida empezaron a retroceder. Así
empezó la conciencia ética del hombre a falsearse, enfermarse. Por
lo tanto, podemos decir que la conciencia humana presentaba y
presenta hasta hoy distintas formas de enfermedad. Me gustaría que
pongáis atención a estas formas de enfermedad, porque son muy
útiles. Así podemos orientarnos y evitar una enfermedad de nuestra
conciencia. Evitarla nosotros que llevamos la conciencia, no que nos
sane otro. Obviamente que una sugerencia de algún otro es útil.
30´ Y os aseguro que en temas psicológicos el mejor médico es el
mismo enfermo. El médico se alegra cuando colabora con su enfermo.
Porque si colaboro con mi paciente quiere decir que el enfermo
entiende, si no entiende no tiene autoconciencia y el médico ya no
puede colaborar con él. Entonces la terapia no puede ser por la
comunicación sino sólo con unos fármacos. Pero en el campo de la
psicología, como saben, los fármacos no sanan, simplemente retienen
unas situaciones, o tranquilizan algunas situaciones, no sanan, esto
es conocido. Pero es importante para que uno pueda colaborar. Esta
colaboración es útil. Cuando una persona me indica que tengo una
conciencia enferma, yo deberé de localizar la enfermedad, comprender
esto y empezar yo a arreglar las cosas y yo mismo empiece a sanarme.
Por eso os he explicado, por favor cuidado.
La conciencia aparece y
se manifiesta de cuatro formas. Una es como amplia, ancha. Significa
que una conciencia así no tiene cuidado de los puntos finos o
detalles de la vida ética. Cuando a uno le dices que esto es una
infracción, te contesta: no pasa nada, estos son detalles no tiene
tanta importancia. A menudo encontramos en los humanos la conciencia
amplia. Para que sea comprendido mejor un ejemplo. Tomamos la
conciencia como un tamiz o coladero de alambre. Y entonces el tamiz
que tenga agujeros grandes. Por lo tanto por el tamiz se cuelan
muchas cosas y sólo quedan las cosas muy gordas dentro del tamiz. Si
escucháis a un hombre decir que ético es aquel que no roba y no
mata, está claro que este hombre tiene conciencia amplia. Es decir,
los agujeros del tamiz son grandes y se cuela todo lo demás. Si le
dices que tiene que hacer ayuno, contesta que esto son detalles que
no tienen mucha importancia, o tiene que hacer oración, tampoco
tiene importancia, así que tanto no tiene importancia aquello o lo
otro, quiere decir que este hombre dispone de conciencia amplia. Si
alguna vez lo encontramos esto en nuestra vida, de que no nos
molesten cosas que las consideramos insignificantes, nimiedades o
nulas, esto es una muestra que tenemos conciencia amplia. Cuando
decimos: ¿por qué yo tengo que ir cada domingo en la Iglesia? No
hace falta. Esto significa que dispongo de muy amplia conciencia y es
muy peligroso.
Después tenemos lo
contrario de la conciencia amplia que es la conciencia estrecha. Y
esta resulta ser una conciencia miedosa que es terriblemente
castigadora para el que la tiene. Aquí el tamiz tiene los agujeros
muy pequeños. Como cuando tamizo harina que tiene salvado. Pero yo
quería que pasara la harina y quedara el salvado pero no pasa ni la
harina. Aquí significa que cualquier cosa la veo como pecado. No
tocar, no probar, no esto no lo otro, esto lo decían también los
maniqueos, todo es pecado. Imaginaos que cosa más terrible es que
uno lo vea casi todo como pecado. Desgraciadamente hoy hay mucha
gente que padece de la conciencia miedosa. Debo deciros que los
primeros con la conciencia amplia no resultan al psiquiatra. Los
segundos con conciencia estrecha, miedosa a menudo acaban en el
psiquiatra y los psiquiátricos. Cuidado. Si descubrís conciencia
miedosa enseguida a sanarla. Atención, tened miedo de esto.
Tercer caso de la
conciencia se manifiesta como elástica o farisaica. ¿Cuál es esta
conciencia elástica? No es lo que decimos: éste es muy elástico,
en el sentido que este le puedo convencer, no es eso. Viene del
elástico, al que agrandamos o empequeñecemos, según queremos.
Significa que al tamiz de la conciencia agrandamos o empequeñecemos
los agujeros como nosotros queremos. ¿Con qué criterio? Con el
criterio de nuestros intereses y propiedades, es decir, criterios
subjetivos. ¿Por qué se dice también farisaica? Porque los
fariseos juzgaban los hechos de los demás con tamiz estrecho. Sus
propios actos los juzgaban con tamiz ancho. Cuando veían a uno hacer
alguna injusticia o perjudicar a alguien, le recriminaban y los
mismos eran injustos y perjudicadores. Una de las peores conciencias,
de las más sucias y de las que Cristo machacó sin piedad es esta
conciencia, la elástica, la farisaica. ¿Saben lo que dijo Cristo
sobre la conciencia elástica? Dijo a Sus alumnos: “Lo que os dicen
los Fariseos hacedlo y lo que ellos hacen, vosotros no lo hagáis;
Sobre todo tener cuidado de la levadura de los Fariseos”. Significa
que no disponen de conciencia buena, correcta y saludable y se muevan
de esta manera. Por esta razón, os dije que tengamos mucho cuidado,
porque es una de las peores conciencias. A esta conciencia dirigió
Cristo aquellos ¡terribles ay! (Mt 23). Con el calificativo de
hipócritas. “Ay de vosotros intelectuales y fariseos hipócritas”
(Mt 23,13). Veis que el hipócrita dispone de un tipo de conciencia
como esta, la elástica.
Cuarto. Tenemos la
conciencia depravada, corrupta o embotada. ¿Qué es la conciencia
corrupta? Es aquella conciencia que se ha mortificado,
insensibilizado. No hay ningún criterio de control en una conciencia
de este tipo. Este tipo de persona puede cometer un crimen y después
con tranquilidad fumarse un cigarro y si le dicen qué has hecho,
éste está sonriendo. ¿Puede haber humanos bestias, hombres que
disponen de esta conciencia depravada? Pues, sí, queridos míos,
desgraciadamente en nuestra época hay muchos depravados en su
conciencia. Siempre había, pero nuestra época parece que tenga más
que nunca. Este punto, debemos de tenerlo mucho cuidado.
¿Qué debemos de
disponer? Pues, conciencia saludable, la cual se llama bondadosa,
ésta debo tener. Dice san Pedro: “...teniendo conciencia
bondadosa...” (1ªPed 3,16), que nos informe nuestra conciencia
bondadosamente. Y san Pablo dice: “La finalidad de todo lo que te
he dicho es agapi-amor desinteresado del corazón sanado, limpio y
conciencia bondadosa y fe sin hipocresía” (1ªTim 1,5). Por lo
tanto, nosotros los cristianos debemos disponer de conciencia
bondadosa. Si la conciencia nos dice que esto que hacemos está mal,
no se debe agrandar ni empequeñecer el mal, tal y como dijimos,
conciencia no estrecha o estricta, ni miedosa, ni ancha o amplia.
Tampoco agrandar el mal y estirarlo, tal y como gusta al elástico;
ni verlo como si no existiese como una conciencia depravada,
embotada. Así pues, debemos de tener una conciencia saludable, que
se sana y se consigue con una instrucción relativa. Si quieres tener
una elasticidad al cuerpo, dicen que tienes que hacer cada día
ejercicio. Para adquirir una conciencia buena, debemos de tener una
instrucción y ejercicio de buena conciencia. La buena conciencia se
hace con la continua autognosía-autoconocimiento y la continua
metania (cambio de mentalidad, giro visión hacia dentro de
uno mismo y conversión, arrepentimiento y confesión). Con el
continuo autoconocimiento me estaré preguntando siempre ¿esto que
digo y hago es bueno? Y aún si es malo, haré la metania, me
confesaré y me arrepentiré. Los santos Padres dicen “siempre
metania continua” o “estoy en principio de metania o
empiezo la metania”, cada día y cada momento. Aquel que cada
momento pone principio o empieza la metania, éste humano sin duda
tiene conciencia sana, saludable y no peca casi nunca es impecable.
No existe mayor, bien, privilegio y regalo, que el hombre tenga
conciencia bondadosa y sana.
42
Pero ¿cómo la conciencia humana está rayada, es decir, está rota?
Un ejemplo claro. Es como un altavoz que el papel está roto y lo que
llega allí lo transmite deformado y así se crean criterios
subjetivos. ¿Y cada uno que dice? Dice que esto es bueno o malo. No
puede juzgar. Entonces deben existir también criterios objetivos.
¿Estos
criterios objetivos cuáles son?
Estos son, la apocalipsis (revelación)
de Dios. Yo el hombre, ya no puedo juzgar y encontrar lo justo y
correcto. Cada uno juzga lo correcto solo por su cuenta. Por lo
tanto, no, no de su cuenta, sino de lo que apocalipta (revela) el
Dios, es la apocálipsis (revelación) en el Sinaí de la Ley del
Antiguo Testamento y la apocálipsis de la ley Evangélica en el
Nuevo Testamento por la humanización del Logos de Dios. Entonces, la
conciencia bondadosa se cultiva sólo de la apocálipsis de la ley
Dios.
Así
también muchas veces nos referimos también a la libertad de la
conciencia. ¿Qué es esta libertad de la conciencia? Libertad de la
conciencia es cuando hago algo no por presión o empuje de otro, sino
porque lo quiero hacer yo, sea bueno o malo. Además, el bien, lo
bondadoso cuando se realiza libremente sólo entonces tiene valor.
Pregunta san Juan el Clímaco: ¿Qué es virtud? Y dice: Es ergon
trabajo u obra hacia Dios por libre voluntad o preferencia”. La
virtud es ergon-obra (praxis) y este ergo debe tener su dependencia
de Dios y está hecho por voluntad, es decir, en libertad.
Dependencia para la independencia, la libertad dependiente de Dios,
la verdadera libertad. (De la palabra helénica ergon viene la
palabra energía en-ergon).
Por lo tanto conciencia
bondadosa, buena y saludable dentro del espacio de la libertad. Esto
es lo que hace al hombre correcto, perfecto y pleno en Cristo, en
Espíritu Santo, hombre libre con bondadosa y buena conciencia. Esto
sólo y sólo esto. Amín.
LA CREACIÓN DEL
SUBCONSCIENTE (homilías 63, 64)
“8 Y escucharon la
voz del Señor (Yahvé, Logos) de Dios que se paseaba por el paraíso
a la brisa de la tarde y Adán y su mujer se escondieron de la cara,
persona o vista del Señor de Dios entre los árboles del paraíso.
9 Y llamó Señor
(Yahvé, Logos) de Dios al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás?
10 Y él respondió:
Caminando sobre el paraíso, escuché tu voz y tuve miedo, porque
estaba desnudo y me escondí.
11 Y le dijo Dios:
¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del
árbol del que yo te mandé que no comieses?
12 Y Adán respondió:
La mujer que tú me diste por compañera me dio el fruto del árbol y
yo comí”
24´ Dice san Juan el
Crisóstomo: “No eches la culpa de todo lo ocurrido sólo a la
mujer sino a tu propia negligencia”. Pero con el traspaso de la
responsabilidad a Dios, qué dijo Adán: “La mujer que tú me
diste, ella tiene la culpa”. Con este traslado que hace a Dios y a
la vez al ofender a Eva en que ella es la culpable, Adán no reconoce
su culpabilidad, sino que la traslada a Dios y a Eva, en aquel
momento por primera vez en la historia de la humanidad se adquiere el
subconsciente. Adán en aquel momento adquiría subconsciente. ¿Qué
es este subconsciente? En este punto os ruego que estéis muy atentos
porque es interesante.
Para captar y entender lo
que es el subconsciente, es obvio que debemos de analizar ciertos
términos y algunos conceptos. Los cuales puede que distintamente os
sean conocidos, porque más o menos los escuchamos y los leemos.
Hemos dicho que Adán negó su culpabilidad, diciendo que no es culpa
mía sino de la mujer que me has dado y el peso cae en el “que me
has dado”, es decir, la culpa es Tuya. Pero al trasladar la
responsabilidad y al adquirir subconsciente, creaba en sí mismo y en
sus progenitores una tragedia. Esta tragedia existe hasta hoy y
cuanto más avance la humanidad cada vez se irá haciendo más
profunda y más amplia, al grado que el hombre no sé si ya podrá
aguantarla. A continuación del tema lo veréis cuánto ha crecido
esta tragedia humana.
Cuando Dios estaba
creando al hombre, le puso la conciencia gnóstica, ésta es innata.
Y al lado de ella le colocó la conciencia ética que es también
innata. ¿Qué es la conciencia gnóstica? La conciencia gnóstica es
la autoconciencia de que yo soy yo, como la manera de conocer lo que
voy a conocer. Esto se llama conciencia gnóstica. Συνείδησις
(sinídisis, conciencia) proviene del verbo co-conecer, que significa
co-gnosis-conocimiento con. Pero conocimiento de mí mismo, de mi
propia existencia. Cuando por ejemplo, Dios dice: YoSoY el Ων
(On el ser) o el Existente. Este “YoSoY”, es muy importante,
muestra que tenemos un Dios que es persona y tiene autoconciencia. No
podemos conocer la persona sin autoconciencia, es decir, que una
persona no se conoce a sí mismo, esto es una cosa incomprensible.
Porque si no tuviéramos autoconciencia de la persona, no tendríamos
persona. Así que tenemos la conciencia gnóstica que yo soy yo y
vosotros sois vosotros y que yo no mezclo el yo mío con vuestro yo.
Esta, pues, la autoconciencia es lo más importante y principal de lo
que ha hecho Dios a la persona humana.
29, 30 Pero os dije que
Dios creó al hombre también la conciencia ética. ¿Qué es esta
conciencia ética? Es la gnosis-conocimiento de la relación con Dios
buena o mala, normal o anormal. Conocer si tengo buenas o malas
relaciones con Dios. La conciencia ética, pues, es esto. Sabéis que
la conciencia ética es el punto de salida de todo el mal.
Evidentemente que no es culpa de la conciencia ética, sino que de
ella empieza el reconocimiento de mis malas relaciones con Dios y mi
insistencia de no arreglar las cosas, llegando a lo que sea, es
decir, llegar a la tragedia que antes os he dicho. Por lo tanto, la
conciencia ética es conocer, tener información en mi interior, si
tengo buenas o malas relaciones con Dios. Esto, tanto si queremos
como si no, es una realidad. Porque hoy aceptamos la conciencia ética
pero no queremos aceptar que esta conciencia ética tiene su
referencia a Dios. Hablamos de un súper-ego, tal y como dicen
grandes psiquiatras pero eso es abstracto. El hombre tiene su
referencia a Dios. El hombre es una existencia teológica, tiene
dimensiones metafísicas, tiene moléculas divinas. Algo que va hacer
o hace, siente que tiene relación con Dios. Esto le acerca o le
aleja de Dios.
Así que cuando Adán
pecó frente a Dios, entonces se creó una culpabilidad. Sintió,
pensó y vio que las cosas con Dios no han ido bien. Que a él mismo
con Dios no le ha ido bien, porque infringió el mandamiento de Dios.
Así la relación entre Adán y Dios se estropeó. Esto se llama
sentimiento de culpabilidad. Examinado, pues, Adán de Dios, porque
le dijo: “Adán ¿dónde estás? Contesta: “Escuché tu voz y me
he escondido, me asusté porque estoy desnudo”. ¿Quién te ha
dicho que estás desnudo, por qué razón te has ido a esconder?
Todas estas cosas indican situaciones de culpabilidad. Inmediatamente
se crearon dentro de Adán, el miedo, la confusión y posteriormente
si estos llevan tiempo empieza la ansiedad, la angustia y la
depresión, conceptos y palabras que conocéis muy bien. ¿De dónde?
De la culpabilidad. Así cuando Dios le dice: Adán ¿dónde estás?
En aquel momento Adán se encontró en un cruce de caminos. Había
dos opciones. Una era aceptar su culpabilidad, confesarla y pedir
perdón a Dios, diciendo: sí Señor me he equivocado, he trasgredido
tu mandamiento, no sé cómo me ha pasado esto, perdóname. La otra
opción sería negar su culpabilidad y echar la culpa a Dios y a su
prójimo y en este caso Adán esto es lo que hizo. No siguió el
primer camino sino el segundo. Es decir, no reconoció su
culpabilidad, sino que la negó y dijo que no es culpa mía, tú
tienes la culpa porque me has dado la mujer, por lo tanto si no la
tuviera a ella, yo no habría sufrido este daño. Así echa la
responsabilidad a Dios y también a la mujer. Traslado y negación de
culpabilidad, esto es un fenómeno que lo vemos cada día. También
es un fenómeno que lo observamos mucho en los niños, porque son
egocentrísimos. Algunas veces que me traen niños a la confesión y
para ayudarlos les digo: ¿Quizá, alguna vez has dicho alguna
mentirilla? El niño contesta: No, yo no, mi hermana dice mentiras.
Yo entonces sonrío porque veo delante de mí a Adán. No sería
bastante decir una de dos, sí o no, limitarse a sí mismo. ¿Por qué
dice, no yo sino mi hermana? Porque quiere quitarse la
responsabilidad; estaros seguros que cuando uno dice como este niño,
no yo sino mi hermana, seguro que miente. Entonces traslada la
responsabilidad y la culpa al otro.
Así que, para que Adán
llegara a negar su culpabilidad, algo habrá pasado, puesto que de
todas maneras la culpabilidad ocurrió. Esto quiere decir que esta
culpabilidad fue repelida, empujada del espacio de la conciencia
ética a otro lugar. Porque mi conciencia ética no le gustaría, no
aguanta, no quiere y no tolera que yo haya hecho el daño o el
estropicio, no acepto que yo soy culpable. Así que tomo la
culpabilidad de mi conciencia ética y voy y la coloco en un lugar
bajo o a lado de la conciencia. Es decir, esto que en la psicología
lo hemos llamado subconsciente, o sea, es una para-conciencia
(contra-conciencia, subconciencia), otro espacio que no es la
conciencia ética. 40´ Así en aquel momento cuando Adán negaba su
culpabilidad frente a Dios, la empujaba a este subconsciente. ¿Qué
es pues el subconsciente? El subconsciente no es otra cosa que lo que
no querría la conciencia reconocer y aceptar como culpabilidad, es
decir, no reconozco que esto es culpabilidad o culpa mía. Desde el
momento que la conciencia niega esta cosa, esto baja al sótano de la
casa. He dicho sótano, porque este tema que ahora hablamos, todos lo
presentan con esta imagen. La conciencia con el subconsciente se
consideran como una casa con dos plantas, una la parte arriba u otra
el sótano. La parte de arriba de la casa se ilumina y esto dice que
es la parte de la conciencia ética. Si ocurre una culpabilidad o
infracción, el hombre inmediatamente puede juzgar y decir que esto
no es correcto. Entonces bajo la luz de la conciencia ética, la ley
de Dios etc., entendemos que esto no es correcto. Si esto no nos
gusta lo negamos mientras que lo hemos hecho. Entonces abrimos un
agujero, cogemos la culpabilidad de los pelos quiera o no y la
tiramos por el agujero del sótano cerrándole por encima. Ahora el
agujero es el subconsciente. Cuando dormimos, la conciencia está
floja; y aquello que durante el día negué como pecado y no lo
quise; aquello que he arrebatado y tirado al sótano, al
subconsciente cerrando herméticamente el agujero, por la noche
cuando estoy durmiendo con la conciencia floja, esto viene
tímidamente, levanta el tapón y sale al espacio de la conciencia.
Entonces veo sueños que no son sino la voz del subconsciente. ¡Cosa
terrible! Así que, cuando uno ve sueños angustiosos, no es otra
cosa que de manera simbólica aparecen estas cosas del subconsciente
en la conciencia dentro de los sueños. Por eso un sueño no tiene
valor, en el sentido del intérprete de los sueños, como por ejemplo
he visto una rana y por eso lloverá. Sin embargo, tienen un valor
porque reflejan el hombre interior, esto también lo dice la
Sabiduría Sirac del Antiguo Testamento. ¿Qué hombre interior? No
el hombre de la conciencia sino el hombre del subconsciente.
Homilía 64. Decíamos
que Dios no ha hecho el subconsciente, sino la conciencia. El
subconsciente es una situación o estado post caída. Es el estado
aquel que agota y fatiga al género humano. La culpabilidad en el
subconsciente, el cual ahora tenemos necesidad de estudiarlo, es ya
un régimen, una realidad, todo esto hace falta estudiarlo. Si
tenemos psicología, psiquiatría etc., todo esto se debe a la
presencia del subconsciente.
Si la culpabilidad
permanece mucho tiempo en el subconsciente se hace crónica, entonces
esta culpabilidad se olvida o se “pierde”. La palabra, “pierde”,
la pongo entre comillas. Entonces la conciencia ya no puede descubrir
esta culpabilidad. Puede que a continuación tengamos consecuencias,
concretamente neurosis; es decir, tenemos esta enfermedad pero se ha
perdido la causa. Porque cuando la culpabilidad se ha hecho crónica
al subconsciente no es fácil encontrarla. Entonces a causa de esto
muchas veces vamos al psicólogo o al psiquiatra.
Permitidme hacer esta
distinción, psicólogo es aquel que investiga los fenómenos
psicológicos sin utilizar fármacos, al contrario el psiquiatra es
aquel que investiga los fenómenos psicológicos y a cambio utiliza
fármacos y es médico, ha estudiado medicina.
Entonces si vamos a un
psicólogo, como habréis escuchado muchas veces, allí el enfermo
pasa por un psicoanálisis. ¿Qué quiere decir psicoanálisis? Pone
al enfermo a sentar en una silla cómoda y le dice que diga lo que
quiera. Puede que le haga dos o tres preguntas, pero le deja decir,
decir y decir y él está sentado, no habla e intenta descubrir,
pescar qué pueda haber dentro del subconsciente. Esto parece la
imagen que antes hemos dicho de la casa con el sótano. O también
como un lago oscuro que uno mete su mano y empieza a intentar pillar
lo que sea. Si coge algo lo saca a la superficie y dice, ay no es
eso. Otra vez y otra hasta pillar lo que quiere, es decir, hasta que
pesque la causa real que existe dentro del subconsciente. O sea, que
es un trabajo difícil. Más abajo diremos qué hace el psicólogo
cuando haya pescado la verdadera causa de una neurosis. Porque es un
punto crucial y el talón de Aquiles de la psicología. La cual puede
que tenga algunos elementos realmente buenos pero al final lo
estropea todo.
Pero
os he dicho que cuando la culpabilidad o culpa dentro del
subconsciente se hace crónica, el hombre enferma. Decimos, mira este
hombre está enfermo psíquicamente. Generalmente su enfermedad es la
neurosis. Debo deciros que aquí el término neurosis, ya está
establecido, pero en realidad no es un término correcto, porque se
refiere a los nervios, mientras que la culpabilidad no es algo que
está en los nervios sino en la psique. Una cosa es la psique y otra
son nervios, los nervios pertenecen al cuerpo, el que tengan
interacción no hay duda. El término neurosis es desafortunado,
porque antiguamente, en una época de percepción materialista sobre
las cosas, creían que se debía a una rotura del sistema nervioso.
Pero no es rotura del sistema nervioso, sino que dentro de la psique,
dentro en la conciencia o mejor dicho en el subconsciente existe una
causa que molesta.
7´
¿Qué es neurosis?
Es
la desarticulación o la disolución de la personalidad. Es decir, el
hombre realmente se destroza.
¿De
qué está formada la personalidad, lo saben?
Pues, está constituida de tres elementos básicos: La noesis o
comprensión, la emoción y la voluntad. Que corresponden a las tres
partes de la psique, el logístico (o lógico), el anhelante (deseo o
voluntad) y el irascible (o emocional, sentimental) como dicen los
santos padres. Después, la psique entera choca con el cuerpo. Así
que tenemos el caso de contrapuestos, choques y conflictos entre sí
de las fuerzas de la psique o de la psique con el cuerpo.
Ahora voy a tomar las
fuerzas de la psique que es un tema más básico y fundamental. Pues,
cuando vienen en antítesis o conflicto la comprensión con la
emoción o la emoción con la voluntad, es entonces cuando se crean
estos conflictos y tenemos disolución de las fuerzas de la
personalidad, por lo tanto disolución de la personalidad del hombre.
Os diré un ejemplo. Dice un filósofo creo que es Fihte. Dice lo
siguiente: Mi nus dice no, mi corazón dice sí, al final mi
nus cede. En principio qué ha pasado. Un choque, un conflicto
elemental, pero esto no es un síntoma de enfermedad. Pero si este
conflicto permanece o mejor dicho, si este conflicto se rechaza, se
empuja y se deposita en el subconsciente me creará la neurosis. Es
decir, lo que dijimos antes. Que mi nus dice no, mi corazón
dice sí, al final el nus cede y gana el corazón. ¿Qué
quiere decir cede? ¿Ha cedido con comprensión, entendimiento?
Muchas veces no con conocimiento. El nus sólo ha cedido. Este
choque o conflicto con aceptación sin concienciación se tira al
subconsciente y duerme allí y trabaja; y un día el hombre aparece
con una enfermedad psíquica, la neurosis. Veis, pues, que cosa más
terrible son estos conflictos o choques. Pero el núcleo de la
enfermedad de la psique, el núcleo de la neurosis es el plegma o
simplegma, es decir, la red de complejos. Aquí os digo unos términos
que os ruego que tengáis atención. ¿El simplegma (red de
complejos, entramado) qué es? El simplegma lo crea la culpabilidad o
culpa echada al subconsciente. Apenas se eche allí una culpabilidad
o un conflicto, inmediatamente allí se crea un plegma (red,
entramado). El plegma creado (red, entramado), pues, es el núcleo de
la enfermedad.
Ahora voy a hacer un
pequeño resumen para que no nos perdamos. Empiezo por el rechazo y
el envío de la culpabilidad al subconsciente, allí se crea un
simplegma (red, entramado múltiple) y se presenta una enfermedad que
es la neurosis. Esto es todo, así ya tenemos al hombre enfermo.
11´¿Pero el simplegma
(red, tejido de complejos, entramado) qué es? Es esto que en nuestra
época lo tenemos como los chicles, esto que hoy fácilmente decimos
con palabrotas al otro enfáticamente burro, tonto, idiota, etc.
Cierto que digo las palabras más flojas, porque hoy uno escucha
barbaridades, es terrible como se ha convertido el vocabulario. Si
uno quiere comprobarlo, sólo tiene que ir a un colegio cuando acaban
las clases y escuche lo que dicen los muchachos y muchachas,
alucinará.
Pues, tal y como tenemos
como chicle las palabrotas, así tenemos como chicle esto: eres un
acomplejado, es la palabra helénica plegma (red) o símplegma (red
de complejos o entramado). Plegma es algo que lo tejo, es una red.
Como una cesta de caña o una red de pescar. Y simplegma es una red
compleja, múltiple. Entonces este simplegma es un trauma psíquico
que se ha creado bajo la forma de una conmoción o sacudida
emocional. Pero principalmente de un conflicto o choque ético. Un
ejemplo de conflicto ético. Un juez se obliga a tomar una decisión,
obviamente según la ley, no es ilegal, pero esta decisión que ha
salido digamos que era condena a la muerte según la ley. Pero el
juez en su psicología o ética no le va firmar una condena de
muerte. Y así siente que ha actuado bien sobre la ley, pero su
conciencia le dice que a pesar de eso has firmado para matar una
persona. Aquí tenemos un choque, conflicto de naturaleza ética, a
pesar de que la ley dice que tú no tienes culpa de nada. Os dije un
ejemplo normal, porque tenemos otras formas de choques y conflictos
muy fuertes y graves. Hay muchas cosas que pueden crear conflictos
éticos, en cada paso encontramos situaciones que pueden crear
conflictos o choques éticos.
Así que bajo un
conflicto ético y bajo una conmoción emocional tengo un trauma.
Trauma psíquico que es una herida y esta herida no es otra cosa que
el plegma (entramado, red de complejo), es el simplegma (entramado
múltiple). Es exactamente allí donde ahora empieza un
comportamiento del individuo para lo posterior de su vida. Porque si
miramos lo que es el plegma (red, entramado,) veremos que cuando Adán
transgredió el mandamiento de Dios y escuchó Su voz, cuando “...por
la tarde Dios visitó a los primer en ser creados...” (Gen 3,8),
Adán tuvo miedo de confesar y decir sí Señor, yo lo hice. Porque
le dice “...Adán ¿dónde estás?” (Gén 3,9). Y contestó:
“...que me he escondido, porque escuché tu voz y me asusté...
(Gen 3,10)”. Es decir, aquí empieza a justificarse. Por lo tanto
Adán empieza a caer en un plegma (entramado, red) y dijo una excusa.
¿Sabéis cuando no tendría red o entramado en su interior? Cuando
hubiera dicho: Señor he pecado delante de ti, perdóname, así la
red no se puede crear. Pero desde el momento que “me escondí
porque te tuve miedo”, y ¿por qué me has tenido miedo?, le diría
Dios, ¿antes otras veces no me conocías, no me tenías miedo y
ahora me tienes miedo? Y dice Adán, Señor estaba desnudo. Pero Yo
te hice desnudo, no te di ropas para ponerte. Estas justificaciones,
excusas, tuve miedo, fui a esconderme porque estoy desnudo, etc.,
aquí empiezan a entrar las justificaciones, es decir, una red o
entramado muy sufridor, insoportable, una red dolorosa de daño
moral. Para que lo entendáis el apóstol Pablo en su segunda
epístola a Timoteo 2,26 utiliza un verbo que es muy característico
y dice: “...εζογριμένος ό άνθρωπος, cautivo
vivo el hombre a la voluntad del demonio”: Este εζογριμένος
cautivo, quiere decir que estoy detenido en una trampa o red mientras
que estoy en estado vivo. Porque uno puede poner una trampa y ella
matar el animal. Aquí observamos que con el cautivo quiere decir que
está vivo dentro de una red. Cosa terrible. Este verbo especial
“ζώγριμαι cautivo vivo” de san Pablo si lo traspasamos
aquí en la psicología, vemos realmente que es este plegma (red,
entramado) que enrolla al hombre. El plegma (red, entramado), aquí
está lo interesante, no está contenido, sino que contiene, es
decir, el hombre no tiene en su interior el plegma sino que el hombre
está contenido dentro del plegma. O sea, que está mezclado dentro
de este plegma, simplegma o red de complejo o entramado. Así después
tiene un comportamiento análogo. Decimos muchas veces; ¿Por qué
hablas así, estás acomplejado? Es decir, que hablas desde una
situación que se ha creado en tu interior a base de un trauma que
existe dentro de la psique. Veis que es así como hablamos.
¿Y cuál es la causa de
rechazo de la culpabilidad?
Aquí quiero que tengáis
especial atención. Cuál es la causa de esta historia. Es la
arrogancia, el presumir, la soberbia humana, es decir, no quiero
confesar aquello que he hecho. Adán no quería confesar su error.
20´ Las causas que no confieso el error pueden ser muchas. Por no
ser castigado, o no caer a los ojos de los demás, qué dirán los
demás sobre mí si se me revela que tengo una u otra caída. Todas
estas cosas no son otra cosa que la arrogancia, la soberbia humana
que conducen al hombre resultar a este estado muy malo, estando en
peligro de enfermar y alguna vez muy grave. Aún os debo decir que lo
característico de este comportamiento de complejo entramado es la
agresividad. Porque lo rechazado siempre se proyecta. Adán cuando
afronta a Dios y es obvio que Adán es el culpable, pero su
culpabilidad fue empujada, enviada y depositada al subconsciente,
pero su culpabilidad la proyecta a la cara o persona de Dios. Así,
Adán aparece agresivo y proyecta la culpabilidad a la persona de
Dios y le dice: “La mujer que tú me has dado, ella me dio de
comer” (Gen 3,12). Es decir, yo no tengo la culpa, tú tienes la
culpa. Pero ¿esto no es una agresión, no es una proyección de la
culpabilidad a otra persona, a Dios? La misma cosa hará también Eva
posteriormente. No tengo yo la culpa, sino la serpiente que me ha
engañado. Así desgraciadamente a la misma hora tenemos creación de
subconsciente en Adán y también en Eva.
Aún una característica
de este comportamiento acomplejado es la agresividad, sea con
palabras sea con obras. Aquí fijaos en un punto interesante. Aquí
el perseguido de la culpabilidad es el perseguidor, es terrible eso.
Hace unos años hemos hablado del capítulo cuatro del Génesis,
sobre la historia de Caín y Abel. La historia de Caín interpreta
estas cosas admirablemente. Mirad: Caín era culpable, porque asesinó
a su hermano. Por lo tanto, la culpabilidad en su interior ¿sabéis
como la proyectó a Dios y que fue agresivo delante de Dios? Le dice:
Caín “¿dónde está Abel tu hermano...?” (Gén 4,9) Para
removerlo y hacerle arrepentirse. Y dice Caín en tono agresivo: ¿por
qué me preguntas a mí, yo que sé dónde está mi hermano? A mí
nadie me ha puesto de vigilante de mi hermano y ¿tú ahora me pides
cuentas sobre mi hermano? (Gén 4,9). Terrible. Pero sabéis que Dios
le dijo que: tu culpabilidad o culpa te estará persiguiendo en toda
tu vida, no podrás estar tranquilo y en toda tu vida estarás
exhalando y templando (Gen 4,12).
Por consiguiente, tu
culpabilidad, ¿qué te hará?, te estará persiguiendo. Entonces,
pues, aquellos que están perseguidos por la culpabilidad se
convierten también en perseguidores. Es importante esta anatomía
psicológica y la vemos en los que persiguen inocentes. Porque son
culpables. 25´ Dice que alguien tiene la culpa. ¿Pero de qué?. El
mismo es culpable. Esto quiere decir que en su interior tiene
sentimientos de culpabilidad. Y lo veis que está intentando hacerse
perseguidor de otros hombres. Esta es la psicología de los
perseguidores.
Pero también existe el
caso que el carácter agresivo no sea dinámico, en este caso no
tener agresividad dinámica sino agresividad pasiva. ¿Cuál es esta
agresividad y ofensa pasiva? Es cuando el mismo hombre gira hacia sí
mismo para destruirse. Como es el caso de Judas. Judas se sintió
terriblemente culpable. Naturalmente confesó su pecado a los
sacerdotes y les dijo que he entregado a vosotros sangre de hombre
inocente, he pecado. Pero este hombre no pudo superar su situación,
era muy grande el peso de su culpabilidad, pero si hubiese ido a
Cristo sin duda alguna le perdonaría. Pero cayó en la
desesperación. Entonces no giró contra los sacerdotes, como por
ejemplo uno hoy podría poner una bomba en un sitio donde hay hombres
que le han sido injustos, sino hacía sí mismo se puso la bomba. Es
decir, va y se suicida. Aquí tenemos el caso pasivo que conduce a la
auto-exterminación.
¿Cuál es la terapia de
todas estas situaciones? Ya lo hemos dicho. La aceptación y
confesión de la culpabilidad. Debemos confesar nuestra culpabilidad,
el que somos hombres pecadores, que hemos cometido a o b cosa
concreta.
Os dije anteriormente que
existe un talón de Aquiles en la psicología que la convierte en
inútil. Cierto que si alguien escuchara esto sólo me diría que
exagero, no sé si soy exagerado. Sólo tengo que deciros que os
deseo que nunca lleguéis a un psicólogo o un psiquiatra, a no ser
que sea una situación que hace falta fármacos para superar la
enfermedad. Como una gran emoción, conmoción de algún
acontecimiento. Como si vierais por ejemplo matar delante de vuestros
ojos a vuestros hijos, etc. Hay acontecimientos que se han hecho y se
hacen cosas terribles y traen conmoción neurótica y aquí puede ser
que tengamos necesidad de una ayuda terapéutica y se tendrán que
dar unos fármacos. Es decir, que nos proteja Dios, porque no sabemos
lo que nos puede pasar en la vida.
Pero cuando las cosas van
normales y empiezan con una culpabilidad etc., no debemos ir allí. Y
explico el por qué. Cuando el psicólogo haga el psicoanálisis y
haya pescado dentro del oscuro subconsciente la causa de toda la
situación, es decir, la causa de la neurosis que es una
culpabilidad, esta causa la proyecta y la saca fuera, ¿pero afuera
dónde? A la luz de la conciencia. Y dice al enfermo ¿Sabes lo que
tiene la culpa? Dice la culpa es de esto.
Os contaré un caso que
lo refiere un gran psiquiatra, Jung. Una vez fue un joven a decir al
médico que no se siente nada bien en su interior y no sabía lo que
le podría pasar. El psiquiatra pescó diríamos la causa y la
encontró. El paciente había estado unido con una chica que era
maestra. Él la estaba engañando y gastaba el dinero de ella y al
final la dejó. Ella iba con él para casarse, pero él no tenía
este propósito. Gastó mucho dinero de ella y al final la dejó.
Porque muchos que cometen estos pecados en estas situaciones piensan,
esta tonta se le ha acabado el dinero voy a buscar otra víctima. Sí,
pero la culpabilidad se une con la conciencia ética. Y la conciencia
ética tiene delante de ella a Dios. La psicología no habla sobre
Dios sino sobre un súper-yo. Aquí está el error de la ciencia. La
conciencia tiene a Dios porque la conciencia ética la ha creado
Dios. Y el psiquiatra le dice: ahora sabes lo que molesta en toda
esta situación y tienes que reparar el daño que has hecho. Tomar el
dinero que has gastado y devolverlo a la chica a la chica que se lo
has quitado. Aquel se enfadó, no aceptó nada y se marchó. Es
decir, continuó llevando su culpabilidad depositada, porque no la
aceptó, con el resultado de estar permaneciendo incurable. ¿Qué ha
pasado aquí?. Digamos que aquello por lo cual era culpable había la
posibilidad de restablecerse. Pero algo que no se puede restablecer,
por ejemplo, matas a una persona. ¿Esto se puede reparar? No. ¿Cómo
pues aquí puedes decir que has reparado?. Se puede ir y decir a la
persona que te voy a indemnizar pagando mucho o poco por esta muerte.
Aunque así sea, siempre dirás he matado una persona. Por lo tanto,
aquí no te puede disolver la culpabilidad la psicología. Te lo trae
a la superficie pero no te lo disuelve. ¿Por qué? Porque el
psiquiatra no puede hacer el papel de Dios nunca. Aquí decimos que
la psiquiatría se atasca y se imposibilita. Este es su punto débil.
¿Por qué? Porque el hombre es existencia teológica, tiene
moléculas divinas, es existencia metafísica o espiritual y tiene
necesidad de una autenticidad o autoridad. Y esta autenticidad sólo
es Dios. Si sé que Dios me perdona la cosa se arregla. Esto se hace
sólo en el Misterio de la Metania y Confesión. Porque el Cristo ha
entregado a los hombres el Misterio de la Metania y Confesión,
mientras que uno crea que Cristo es Dios. Cuando vaya a confesarme
tendré disolución de la culpabilidad, porque de otra manera tendría
disolución de la personalidad. Antes, pues, que se haga la
disolución de la personalidad, me voy corriendo al Pnefvmaticós
(guía espiritual) digo mi culpa y se disuelve la culpabilidad y no
la personalidad. Todo es posible en la autoría de Dios, el único
que puede perdonar es Dios.
Por eso, amados míos, me
gustaría deciros que el Misterio de la Metania y Confesión es
singularmente valioso. No se puede sustituir por nada. Puede que vaya
a un Pnevmaticós que sea un viejecito analfabeto, puede que no me
diga ni una palabra durante la confesión, pero sólo porque tiene la
santidad del sacerdocio, es decir, tiene el derecho que se lo ha dado
Cristo de desatar, disolver y perdonar pecados. Sólo con el hacho de
ir a depositar mi pecado, mi culpa en su epitrajilio (estola especial
de confesión), en su santidad de sacerdocio, en los pies de Cristo
mediante el Pnevmaticós, me es bastante. No me hace falta que me dé
consejo, el consejo se puede tomar fuera del Misterio de la
Confesión. Principalmente en el tema de la culpabilidad me será
disuelta. Por todo lo que hemos dicho, creo que entendéis cuán
singularmente valiosa es la confesión.
Y regresando a Adán, si
nuestro ancestro Adán reconociese su culpabilidad, tal y como os he
dicho, no adquiriría subconsciente y así la humanidad no entraría
en la tragedia que la rodea y caracteriza. Si se hubiese arrepentido
no perdería el paraíso. Pierde el paraíso, porque con una
conciencia tergiversada, pervertida ya no puede entrar en el paraíso.
Pero aquello que no consiguió Adán puesto que perdió el paraíso,
lo ha conseguido el ladrón en la Cruz. Sobre todo lo sorprendente y
característico de la sabiduría de Dios es que el primero que entra
en el Paraíso es un ladrón. Éste por un momento entró en razón y
se recuperó y gira hacia el otro ladrón, que estaba blasfemando al
Señor, y le dice: “Merecidamente disfrutamos de lo que hemos
hecho, somos culpables”. ¿Qué hace el ladrón?. Reconoce su
culpabilidad, soy culpable dice y a la vez reconoce la absolución de
Jesús Cristo y gira hacia Cristo diciendo: “Acuérdate de mí
Señor cuando vengas con tu realeza”. Es maravilloso. La icona,
imagen de Cristo y la de Adán son dos iconas contrarias. Adán
rechaza su culpabilidad, la envía al subconsciente y pierde el
paraíso, en cambio el ladrón trae en su conciencia su culpabilidad,
la confiesa y entra al paraíso. Es decir, acepta la maldición
crucificante de su culpabilidad y así gana el paraíso.
Conclusión. La humildad
y la humillación del egoísmo abre el camino para que el hombre vea
su culpabilidad, reconocerla, confesarla y restablecer sus relaciones
con el Dios y sanándose salvarse. Los santos luchaban durante toda
su vida para limpiar no sólo sus conciencias sino también sus
subconscientes, o para ser más exacto, hacer desaparecer sus
subconscientes, con la confesión de cada culpabilidad o infracción
y con el intento y esfuerzo de no echar nada al subconsciente de lo
que podían hacer.
Pero podemos hacer un
diagrama más claro de todas estas cosas ya por el lado práctico.
Primero, ante todo pase lo que pase, debemos de mantener la salud
psíquica. Si se enferma hay peligro y si persiste la enfermedad el
peligro es grande. La salud psíquica se asegura negativamente con no
pecar o si se comete el pecado, enseguida concienciarlo y confesarlo
al Misterio de la Confesión y conseguir la absolución. Es decir,
disolver, destruir la culpa. Segundo, desarrollar vida espiritual
positivamente. Es deber que desarrollemos vida espiritual y esta se
desarrolla sobre las cuatro virtudes teológicas. Fe, esperanza,
agapi (amor desinteresado) y oración. El hombre sin fe se siente un
“meteoro”, un enorme vacío, solo, extranjero y pequeño en este
mundo. Se siente indefenso dentro del universo, siente una soledad
terrible. Mirad sobre el tema de la fe: Creo que Dios es Padre, y el
Padre se preocupa, ¿qué tengo que temer? Pero cuando sufro y me
angustio cómo ganaré mi pan, qué comeré o como ganaré y
atesoraré tal y cual cosa, entonces significa falta de fe,
in-creencia y así puedo enfermarme. No es, pues, sólo cosa de
culpabilidad sobre algo, o si queréis en el fondo es cosa de
culpabilidad, porque no creo en la agapi-amor y la providencia del
Dios Padre. El hombre que está sin agapi, éste no crea sociedad con
Dios, ni con las creaciones, así se aísla asfixiantemente, se
enferma porque no tiene kinonía-comunión ni sociedad de agapi. El
hombre que no crea esperanza, está privado de móviles creativos, no
puede hacer nada, su visión metafísica o espiritual sin esperanza
llena al hombre de miedo, angustia y ansiedad. ¿Qué es la muerte,
existe otra vida, qué pasará más abajo, no creo nada, me
convertiré en tierra? Cuando no existe esta esperanza de la
resurrección de los muertos, entonces tenemos un hombre desgraciado,
el cual puede perder su salud psíquica, enfermarse. La paz para este
hombre es fruto de esta esperanza metafísica.
Cuarto, el hombre sin
oración se priva de la energetización de todas las cosas que hemos
dicho. Es decir, que sea hombre creyente, hombre de la agapi (amor
desinteresado) y de la esperanza. La oración, pues, energiza, activa
todas estas cosas. Como percibís y veis, si el hombre no vive esta
vida espiritual, es decir, la vida del Espíritu Santo que es la
piedra angular de nuestra salud psíquica y somático-corporal,
entonces verdaderamente este hombre no consigue nada. Por eso tenemos
que cuidar mucho nuestra salud psíquica, tener mucho cuidado en no
pecar, y si pecamos tenemos que hacer metania y confesión para que
seamos perdonados por Dios, no por el psicólogo. Tenemos que estar
muy ocupados sobre la vida espiritual, la vida de la fe, de la
esperanza, de la agapi y de la oración. Entonces podemos hablar de
una salud psíquica y os deseo de todo mi corazón que nunca pero
nunca la perdáis. Amín.
(Por el traductor xX:
Este texto está transcrito de las homilías o discursos
escuchándolas del griego y escribiéndolas al castellano, perdonad
mis errores. Por eso como ven es muy difícil, sobre todo poner las
comas y los puntos, si puede ayudarme en mejorar el texto con mucho
gusto espero vuestra ayuda).
Copyright: Monasterio
Komnineon de “Dormición de la Zeotocos” y “san Demetrio”
40007 Stomion, Larisa, Fax y Tel: 0030. 24950.91220
Traducido
por: χΧ jJ
www.logosortodoxo.com
(en español).
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