LA
ORTODOXIA ES LA ÚNICA FE VERDADERA, SANADORA Y SALVADORA, por la
Santa Metrópolis de Pireo, 16/oct/2014.
11-28
de octubre semana de lucha antiherética
La
Santa Sínodo de la Iglesia de Grecia con su circular 2958 consolidó
la fecha de 11 hasta 18 de octubre de cada año, como semana de lucha
anti-herética. Aprovechado la ocasión, queremos comunicarnos con el
pueblo creyente y amante de Cristo, para recalcar el máximo peligro
que existe actualmente por la diversidad de herejías con múltiples
nombres, que aparecen como lobos con piel de cordero, corriendo y
combatiendo con ímpetu para devorar las psiques-almas humanas, “por
las que el Cristo murió” (Rom 16,26). Señalar la importancia
que tiene para nosotros los Ortodoxos Cristianos preservar la
enseñanza patrística y hagiográfica de nuestra Iglesia.
En
los esjatos-últimos tiempos actuales que vivimos, ya domina la
demoníaca doxasía (doctrina, veneración y alabanza) de que
supuestamente en ninguna fe religiosa existe la verdad absoluta y la
falsedad absoluta. Que supuestamente todas las creencias religiosas
contienen verdades y mentiras y que realmente la verdad se encuentra
en la combinación y unión de las creencias religiosas.
Además,
esto es el dogma básico del espíritu contemporáneo de ”la
Nueva Era u Orden del Acuario”,
según el cual
podemos
creer lo
que queramos,
siempre y cuando no
se
absolutiza
nuestra fe,
es decir, que no
reivindiquemos la
verdad absoluta,
la que se encuentra
en
todos los credos
religiosos.
Esto
se llama sincretismo religioso, y desgraciadamente la larga
acción corrosiva de las herejías y la prevalencia en buena parte
del espíritu del ecumenismo, han provocado una alteración grave
en la moral de la tripulación Ortodoxa. Desgraciadamente existen
prójimos nuestros, los cuales manifiestan que son “Ortodoxos
cristianos” y a la vez adoptan otras creencias extrañas y
distintas que nuestra Ortodoxia y muchos de ellos ejercen prácticas
de la red o complejo apócrifo-oculto contemporáneo de “la
Nueva Era u Orden”, que absorbe elementos de las religiones
orientales. Por ejemplo, mientras declaran que son “Ortodoxos
cristianos” y llevan a cabo algunos de sus deberes
religiosos, a la vez hacen ejercicios de yoga y meditación
trascendental. Declaran y creen en la reencarnación, en la
astrología, en la práctica de la magia, y en incontables métodos
de magias. Recurren en la “medicina holística” y otros “métodos
terapéuticos alternativos”, que son los elementos básicos
constitutivos de las religiones occidentales y “de la Nueva Era u
Orden”.
Desgraciadamente
el sincretismo religioso, socava también nuestra sana fe Ortodoxa, a
través del espíritu
ecumenista, el cual
domina muchas personas eclesiásticas, patriarcas, obispos, clérigos,
sacerdotes, archimandritas, monjes y teólogos laicos. Se trata del
llamado “movimiento
ecumenista”, que
originalmente
inventó el
popurrí de
los herejes
protestantes, como
intento de unión entre
ellos; este movimiento se ha extendido al herético papismo y
lamentablemente en los últimos años parte en nuestra Ortodoxia como
una situación epidémica. El ecumenismo enseña que ninguna de las
confesiones cristianas es la verdadera Iglesia de Cristo, por tanto
tampoco nuestra Ortodoxia, sino que son “ramas”
de la Iglesia. La verdadera Iglesia consiste en la agrupación y
unión de las “ramas”.
Las particulares kakodoxías de las “iglesias” heréticas se
califican como supuestas “tradiciones
plurales”, y como
“diversidades
plurales de la tradición cristiana”.
¡La herejía para el ecumenismo cristiano se encuentra más allá
del protestantismo!
Pero
para nuestra fe ortodoxa no existen muchas “iglesias” y
muchas verdades. Existe la “Una, Santa, Católica y Apostólica
Iglesia de Cristo”, que no es otra que nuestra Ortodoxia,
porque sólo ella tiene todos los elementos de la Παράδοσις
(parádosis) Entrega y Tradición santa, hagiográfica y patrística.
Sólo ella no se ha desviado de la enseñanza primitiva de la Santa
Escritura y de los Padres Santos y Teoforos (portadores de la luz
increada de Dios). Sólo ella no ha añadido ni ha quitado ni lo
mínimo de nuestra fe de dos milenios de la una Iglesia creada e
increada de Cristo. Creemos como Ortodoxos (y debemos creerlo) que lo
que se autodenomina como “iglesia” fuera de la verdadera
Iglesia que es nuestra Ortodoxia, es herejía y cisma. Creemos que la
Iglesia, como cuerpo de Cristo no tiene errores ni se divide. Creemos
también que nuestra sanación y salvación se realiza en Cristo y
sólo dentro en Su Iglesia verdadera, como caja fuerte,
salvaguardativa y administradora exclusiva de la Divina Jaris
(gracia, energía increada). Al contrario, fuera de la Iglesia no
existe salvación, como correctamente ha dogmatizado el gran Padre y
didáscalos de la antigua Iglesia san Cipriano.
Por
lo tanto, en las herejías del llamado “mundo cristiano”
con sus múltiples diversidades y nombres, no hay sanación y
salvación, porque no hay la sanadora y salvífica Jaris (gracia)
increada de Dios, mucho menos en distintas religiones del mundo.
Llamamos,
pues, a todos nuestros fieles ortodoxos que cierren herméticamente
sus oídos ante los distintos falseadores, tanto como si se presentan
bajo el manto de cristiano, como de otra religión. Porque nuestra
separación voluntaria de la fuente de la vida, de nuestra limpia,
pura y no adulterada autoconciencia ortodoxa, tendrá resultados
devastadores para nuestro camino espiritual y muy posiblemente
también para nuestra misma existencia biológica. Porque, como es
conocido, en el campo de la falsa religión, desgraciadamente existen
también las llamadas sectas catastróficas o cultos desastrosos, que
han dado incontables muestras de destrucción y desastre en muchos de
nuestros semejantes. ¡Por lo tanto, «Στώμεν
καλώς stomen kalós
mantengámonos bien firmes, en pie», porque ese es nuestro
interés real!
Santa
Metrópolis de Pireo, 16/oct/2014.
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