ΚΑΤΑ
ΙΩΑΝΝΗΝ
ΕΥΑΓΓΕΛΙΟΝ
El
Evangelio de San Juan
Capítulo
21
(En
letra normal traducción más literal del texto original en griego
clásico y en letra cursiva en griego moderno ampliando un poco el
sentido de cada frase, por memorable Panagiotis Trémpelas,
teólogo y catedrático, cualquier error por favor avisarnos).
1-3 Los
discípulos otra vez a la pesca. 4-14 La aparición del Señor en la
ribera del lago Tiberiades. 15-16 El restablecimiento de Pedro. 20-25
Logos sobre Juan.
1
Después de esto Jesús se apareció de nuevo a los discípulos en el
mar de Tiberiades; y se manifestó de esta manera:
2
Estaban juntos Simón Pedro y Tomás, el llamado Mellizo; Natanael,
el de Caná de Galilea, y los hijos de Zebedeo y otros dos
discípulos.
3
Les dijo Simón Pedro: “Voy a pescar”. Le contestaron: “Nosotros
también vamos contigo”. Salieron y subieron a la barca. Pero
aquella noche no pescaron nada.
4
Al amanecer, estaba Jesús en la playa; pero los discípulos no se
dieron cuenta de que era Jesús.
5
Les dijo Jesús: «Muchachos ¿tenéis algún pescado para comer?»
Le respondieron: No.
6
Él les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y
encontraréis.» La echaron, y ya no la podían sacar, por la gran
cantidad de peces.
7
Entonces aquel discípulo (Juan) a quien Jesús amaba, dijo a Pedro:
¡Es el Señor! Simón Pedro cuando escuchó que el que estaba
parado allí era el Señor, se ciño la túnica, porque al estar
pescando se había despojado de ella y se lanzó al mar, para
llegar lo antes posible al Señor.
8
Y los otros discípulos vinieron con la barca, ya que no estaban
lejos de la tierra, a unos doscientos codos, arrastrando la red con
los peces.
9
Al saltar en la tierra, vieron encendidas brasas y un pez encima de
ellas, y a lado pan.
10
Les dijo Jesús: «Traed de los peces que acabáis de pescar.»
11
Subió Simón Pedro y sacó a tierra la red, llena de 153 ciento
cincuenta y tres peces grandes. Y aún siendo tantos peces y grandes,
la red no se rompió.
12
Les dijo Jesús: «Venid y comed.» Y ninguno se atrevía a
preguntarle: ¿Tú quién eres? Conociendo muy bien que era el Señor.
13
Entonces Jesús se acercó, tomó el pan y les dio; y asimismo el
pescado.
14
Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos,
después de haber resucitado de entre los muertos.
15
Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de
Jonás ¿me amas más que éstos?, tal como has sostenido aquella
noche de mi detención» Le respondió: Sí Señor, tú conoces
que te amo. Le dijo: «Apacienta mis corderos lógicos de mi
rebaño espiritual»
16
Por segunda vez le dijo: «Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?». Le
dice Pedro: Sí Señor, tú conoces que te amo. Entonces le dice:
«Pastorea mis ovejas lógicas»
17
Por tercera vez le dijo: «Simón, hijo de Jonás ¿me amas?» Pedro
se entristeció porque tres veces le dijo Jesús, “¿me quieres?
Porque creyó que Jesús dudaba de su agapi-amor y Pedro respondió:
Sí Señor, tú sabes que te amo. Jesús le dijo: «Pastorea mis
ovejas lógicas. (Puesto que con esta triple afirmación, borró
totalmente su triple negación y le restableció al axioma
apostólico.)»
18
Amín, Amín, de verdad en verdad te digo que: «Cuando eras joven,
tú mismo te ceñías la túnica con el cinturón e ibas por donde
querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus manos, y otro te
ceñirá, y te sujetará la túnica, y te llevará allí a donde no
quieras.»
19
Esto lo dijo el Señor indicando con qué muerte Pedro iba a
glorificar a Dios; dicho esto, añadió: «Sígueme.»
20
Volviéndose Pedro, ve que les seguía el discípulo preferido de
Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado y le
había dicho: ¿Señor quién es el que te va a entregar?
21
Viéndolo, pues Pedro dice a Jesús: ¿Señor qué pasará con éste,
qué será de su futuro?
22 Dice
Jesús a Pedro: «Si yo quiero que éste permanezca en vida hasta que
yo vuelva otra vez ¿a ti que te importa? Tú sígueme.»
21.
Dice Jesús a Pedro: «Si yo quiero que éste permanezca en vida
hasta que yo vuelva otra vez, en mi segunda Parusía- Presencia, ¿a
ti que te importa? ¿Qué beneficio espiritual tienes sabiendo esto?
Tú sígueme y cuídate de ti mismo, lo que yo te digo y lo que
concierne tu salvación.»
23
Y entre los hermanos se corrió la voz de que aquel discípulo no
moriría. Jesús no le dijo a Pedro que el discípulo no moriría,
sino: «Si yo quiero que él permanezca en vida hasta que yo venga, a
ti ¿qué te importa?»
24
Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas y el que las
ha escrito en su Evangelio; y conocemos bien que su testimonio es
verdadero.
25
Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús Cristo. Si se
escribieran una por una, creo que en el mundo entero con sus
bibliotecas no cabrían los libros que se escribieran. Amín.
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