ΚΑΤΑ ΙΩΑΝΝΗΝ ΕΥΑΓΓΕΛΙΟΝ
El Evangelio de San Juan
Capítulo
3
(En
letra normal traducción más literal del texto original en griego
clásico y en letra cursiva en griego moderno ampliando un poco el
sentido de cada frase, por memorable Panagiotis Trémpelas,
teólogo y catedrático, cualquier error por favor nos avise).
1-21
Conversación con Nicodemo. 22-36 Nuevo testimonio de Juan.
1
Había allí en Jerusalén entre los fariseos un hombre importante
llamado Nicodemo, quien era magistrado del consejo de los judíos.
2
Éste vino por la noche y le dijo: Didáskalos, (Maestro), conocemos
que tú viniste de Dios iluminado como maestro de las más altas
verdades; Porque nadie puede hacer estos actos sobrenaturales, las
señales, los milagros y las cosas maravillosas que tú estás
haciendo, si Dios no está con él. (De ti, pues, esperamos que
nos enseñes la manera que podremos adquirir los frutos de la realeza
increada de Dios).
3
Respondió Jesús y le dijo: «Amín. Amín, de verdad en verdad te
digo, el que no nazca de nuevo de arriba, del cielo, no podrá
conocer, ver y disfrutar de la realeza (increada) de Dios.»
4
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede renacer el hombre siendo viejo, si no
puede volver a entrar otra vez en el vientre de su madre y nacer de
nuevo?
5
Respondió Jesús: «De verdad en verdad te digo, el que no nazca de
agua del bautismo y del Espíritu, no puede entrar en la realeza
(increada) de Dios.
5.
Respondió Jesús: «De verdad en verdad te digo que: si uno no
naciere espiritualmente del agua del bautismo y de la jaris (gracia
energía increada) del Espíritu Santo, no puede ver ni entrar a la
realeza increada de Dios, tampoco puede disfrutar de los frutos de
ella.
6 Lo que
es nacido naturalmente de la carne, carne es; y lo que es nacido del
Espíritu, Espíritu es.
6.
Lo que ha nacido de forma natural de cuerpo y carne esto también es
natural, terrenal y carnal, es decir, está lleno de debilidades y no
puede entrar en esta increada realeza espiritual. Y lo renacido del
Espíritu Santo es espíritu, es decir, está convertido en
existencia espiritualizada por y con la energía increada jaris y
disfrutará de la realeza increada de Dios.
7 No te
asombres de que te haya dicho: tenéis que nacer de lo alto.
7.
No te sorprendas porque te dije que tenéis que nacer de nuevo de la
jaris, la energía increada del Espíritu Santo, la que desciende del
cielo.
8
El viento sopla donde quiere y oyes su voz, pero no sabes por dónde
viene, a dónde va, ni a dónde llegará; Así es todo nacido del
Espíritu. (El modo de este renacimiento es inconcebible,
permanece misterio, pero la energía increada del Espíritu Santo es
energetizante y operativa, y por sus resultados manifiesta y clara).
9
Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo es posible hacerse todo esto?
(Es decir, realizarse este renacimiento espiritual).
10
Respondió Jesús y le dijo: «Tú eres maestro reconocido de Israel
y ¿no sabes esas cosas? (Es decir, no conoces estas cosas que hablan
las Escrituras).
11
Amín, amín, en verdad de verdad te digo, de lo que bien conocemos,
de esto hablamos, y de lo que hemos percibido y contemplado, de esto
testificamos. Pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio.
12
Si os he hablado de cosas terrenales que son fáciles de entenderlas
y no me creéis, ¿cómo me vais a creer y aceptar si os hablara de
altas verdades referidas a los misterios del mundo celeste?
13 Nadie
ha subido al cielo sino el que descendió del cielo, el hijo del
hombre, el Ων (on) el ser (existente) que está en el cielo.
13.
Nadie de los hombres ha subido al cielo para aprender las cosas
celestes y enseñaros estas verdades, sino sólo el que descendió
del cielo y se encarnó haciéndose hijo del hombre, el cual mientras
esté viviendo aquí en la tierra permanece siendo el Ων (on) el
ser (existente) en el cielo y en la tierra como Dios.
14 Y como
Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que
el hijo del hombre sea levantado;
14.
Tal y como Moisés en el desierto colgó alto la serpiente de cobre
para que la vean con fe los Israelitas y sean salvados del veneno
mortal de las serpientes del desierto, así, según el sabio plan de
Dios, es necesario que sea colgado también encima de la cruz el hijo
del hombre;
15
para que todo aquel que en él cree, gane y tenga la vida eterna; (y
no sea condenado a la perdición eterna.)
16 Porque
tanto amó Dios al mundo, que le dio su unigénito Hijo, para que
todo aquel que en él cree no perezca, sino que tenga vida eterna.
16.
Porque de tal manera Dios amó a los hombres del mundo hundido al
pecado, hasta el punto de entregar, por muerte en la cruz, a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree tenga vida eterna y
no sea autocondenado a la perdición eterna.
17
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para juzgar y condenar al
mundo, sino para que el mundo sea sanado y salvo por él, (mediante
su sacrificio.)
18
El que cree en él, no es juzgado, pero el que no cree ya ha sido
juzgado y auto-condenado, porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios, (el hombre incrédulo por sí sólo
libremente se ha eliminado de la sanación y la salvación).
19 Y, ἡ
κρίσις (i crisis) el juicio está en que la luz
(increada) vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas del
engaño que la luz, porque sus obras eran malas.
19.
Mas, ἡ κρίσις (i krisis), la crisis, el juicio está en que
la luz (increada) vino al mundo, es decir, el Hijo y Logos de Dios
vino al mundo, y los hombres entregaron su corazón a la oscuridad, a
las tinieblas y al engaño, amando más las tinieblas que la luz
increada, porque sus obras eran malas astutas.
20 Porque
todo hombre que obra mal, odia y detesta la luz y no viene a la luz
para que no sean reveladas y juzgadas sus obras malas.
20.
Porque todo hombre que obra mal y no está en metania -introspección,
conversión arrepentimiento y confesión- aborrece y rechaza la luz
increada y no viene a la luz para que sus obras malas no sean
reveladas y reprendidas y remordimientos de su conciencia.
21 Pero
el que obra la verdad, viene a la luz (increada), para que sea
manifiesto que sus obras están hechas según el Dios.
21.
Pero el que obra y practica conforme con la verdad de Dios, viene a
la luz increada y se acerca con confianza al Señor Jesús Cristo
para que sea manifestada la calidad y el valor de sus obras y él
mismo sea informado en su conciencia y confirmado por Él, que sus
obras están hechas de acuerdo con la voluntad de Dios.»
22
Después de esto vino Jesús con sus discípulos en la región de
Judea, y permaneció allí con ellos y bautizaba (a los que venían y
estaban dispuestos a creer en él.)
23
Y Juan seguía bautizando también en la fuente de Ainón, cerca de
Salin. Allí abundaba el agua y acudían muchos hombres a bautizarse,
24
porque Juan no había sido aún detenido y encarcelado.
25
Entonces surgió una discusión entre los discípulos de Juan y
cierto judío acerca de la catarsis, (sanación, purificación) que
daban a los hombres estos bautismos de los discípulos de Cristo y de
Juan.
26
Y vinieron a Juan y le dijeron: Maestro el que estaba contigo al otro
lado de Jordán, de quien tú diste testimonio sobre su misión,
ahora está bautizando y todos acuden a él.
27
Juan le respondió diciendo: No puede el hombre recibir y apropiarse
nada, sino le fuere dado del cielo (por Dios.)
28
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo,
(el Crismado o el Mesías), sino que soy enviado (de Dios)
delante de él, (para preparar a los hombres.)
29
El que tiene la novia es el novio; pero el amigo del novio el que
está a su lado durante la boda y le oye, se alegra y goza mucho por
las palabras de alegría del novio. Así pues, esta es mi alegría y
el gozo completo en mí. (Cristo es el Novio y la Iglesia es la
Novia).
30 Es
preciso que él crezca y que yo mengüe.
30.
De acuerdo con el plan de Dios, por el que yo he sido enviado, aquel
debe aumentar en influencia y doxa (gloria, luz increada) y yo
disminuyendo de manera que no sigan a mí, sino a él.
31 El que
viene de arriba, está por encima de todos. El que procede de la
tierra es terrenal y habla de cosas terrenales; el que viene del
cielo está por encima de todos.
31.
El que viene del cielo, es decir, el Cristo está por encima de
todos. Aquel que es de la tierra y de padres terrenales como yo,
habla sobre la voluntad y las obras de Dios como persona terrenal, es
decir, imperfectamente. Pero aquel que viene del cielo, como es
Jesús, es superior a todos.
32
Y lo que ha visto, oído y conocido perfectamente, esto predica y
testifica (con absoluta certeza y claridad.) Pero su testimonio
pocos, casi nadie lo recibe.
33
El que recibe su testimonio, pone su sello certificando que Dios es
veraz.
34 Porque
aquel a quien Dios ha enviado habla los logos de Dios; pues el Dios
no da el Espíritu por medida.
34.
Porque aquel a quien Dios ha enviado, es decir, a Jesús Cristo,
enseña y habla los logos de Dios infaliblemente, porque el Dios la
iluminación y la energía increada del Espíritu Santo no se la ha
dado limitada y con medida o por economía, como a los profetas, sino
que a él se le dio en abundancia, permanente e ilimitada.
35 El
Padre ama a su Hijo, y ha puesto en sus manos todas las cosas.
35.
Y esto porque el Padre ama a su hijo y desde que el hijo se hizo
hombre, el Padre le ha entregado el poder para todo, de manera que
pueda como hombre energetizar, operar y administrar todo para la
sanación y salvación de los hombres.
36 El que
cree en el Hijo tiene la vida eterna. Pero el que rehúsa creer en el
Hijo y no obedece los logos de sus enseñanzas, no verá la vida,
sino que la ira de Dios permanece sobre él.
36.
Así el que cree en el Hijo tiene desde la vida presente asegurada la
vida eterna. Aquel que no cree en el Hijo y no obedece los logos de
sus enseñanzas, no sólo no contemplará, ni heredará la vida
bienaventurada y feliz, sino que la ira de Dios quedará permanente
sobre él.
Reflexiones
y referencias, capítulo 3
Archimandrita
Timoteo Kilifis
Nicodemo:
Juan se refiere tres veces a él, 7,50 y 19,39. Era miembro
magistrado del consejo y maestro de la ley. A pesar de estas
cualidades, no sabía qué quiere decir renacimiento. Su mente va
enseguida al nacimiento natural. Esta conversación que se hizo en
Jerusalén, es el núcleo central de la verdad cristiana.
2.
Noche: Nicodemo vino a Cristo durante la noche, porque tenía miedo a
causa de la envidia y la enemistad que tenían los fariseos contra
Jesús.
2.
Le llama enviado de Dios para instruir y enseñar Su voluntad a
Israel. Quiere decir que es más prudente que los demás, que le
creían como rey terrenal de Israel.
3-8.
Si uno no naciere de nuevo de arriba: si no recibes el Espíritu
Santo mediante el baño del renacimiento no puedes participar en mi
δόξα (doxa, gloria, luz
increada)... El que no ha nacido así no es posible ver y vivir la
realeza increada de Dios. San Crisóstomo explica el renacimiento
así: “Aquí mostrándose a sí mismo, manifiesta a la vez lo que
uno ve, es decir, que son necesarios otros ojos, los espirituales,
para que uno pueda ver a Cristo.” Definiendo el renacimiento
diríamos que es un cambio radical del corazón y del carácter del
hombre con la energía increada del Espíritu Santo y la libre
voluntad del mismo hombre. El ser humano reconociendo su enfermedad
espiritual, su pecaminosidad y su debilidad, solo entonces podrá
sanarse y salvarse y aceptar las condiciones de la terapia, es decir,
metania y fe. Así renace psíquicamente, se sana y se salva;
se convierte en miembro del cuerpo de Cristo... “quien en Cristo es
una nueva creación, lo antiguo todo ha pasado y todo se ha hecho
nuevo” (2Cor 5,7).
5
de agua y espíritu: hasta entonces los judíos habían conocido dos
bautismos. Uno era con el agua que bautizaban a los prosélitos
nacionales que se convertían en la religión judía. Y el otro el
bautismo de metania de Juan el Precursor, que bautizaba los
judíos y los nacionales, para prepararlos, como decía, a recibir el
Mesías y el bautismo del espíritu que les ofrecería Aquel. Como
símbolo de este tercer y perfecto bautismo seguía siendo el agua
como catarsis de la psique y del cuerpo, mediante el Espíritu Santo.
8
Compara la energía increada del Espíritu con el aire. Πνεύμα
(Pnevma, espíritu) en helénico es άνεμος (ánemos,
aire). Encuentra semejanzas de ellos, por ejemplo, la energía y el
acto es totalmente libre, claro y manifestado, la fuente y el final
de la energía es místico, secreto. Quiere ayudar a Nicodemo y a
todos nosotros a que entendamos las realidades espirituales de la
energía o energías increadas, y aunque existen y uno siente y ve
sus resultados, estas no se ven. “Y encuentra para este propósito
o finalidad el flujo del viento que no es un volumen
somático-corpóreo, ni una cosa totalmente incorpórea, sino algo
entre lo incorpóreo y lo corporal como es el soplo del aire,” como
dice san Juan Crisóstomo.
11
Le dice indirectamente no cómo se hace la salvación, sino mediante
quién. A la vez le habla sobre los fariseos, que no aceptan cambiar
nada de los conocimientos comunes humanos, las cosas establecidas,
sus tradiciones y sus intereses. Este era el gran peligro para la fe
de las nuevas verdades. Este peligro también está actualmente.
Aquel que cree que lo sabe todo, ¿cómo va a buscar la verdad?
13...el
Ων (on), el ser, existente, el que está en el cielo. Aquí
confiesa que el mismo es el anhelado Mesías, el sin principio ni fin
Logos del Padre.
14
levantó la serpiente. (Num 21,4-9). Las serpientes venenosas que
mordían los judíos en el desierto simbolizan y prototipizan los
pecados que son la causa de la muerte (espiritual). La serpiente de
cobre cuando la veían – después de su metania y ayuda de
Dios- simboliza y prototipiza la Cruz que se elevó Cristo,
ofreciendo salvación para el género humano. Pero generalmente el
Antiguo Testamento es prototipo del Nuevo. Por eso se insiste
persistentemente que el Nuevo Testamento no se interpreta
correctamente si no se tiene en cuenta el Antiguo y viceversa, los
dos se interrelacionan entre sí, para la sanación y salvación del
género humano.
16
“tanto amó Dios al mundo...”. Este relato es el resumen de todo
el Evangelio y el núcleo de nuestra sanación y salvación. Dios no
quiso que el hombre pecador se pierda. Por su inmensa agapi-amor
ofreció un sacrificio supremo, es decir, sacrificó su hijo
unigénito. Así todos los hombres nacionales, judíos, viejos,
jóvenes, ricos, pobres, blancos, negros etc., puedan sanarse y
salvarse sin impedimentos ni dificultades. Pero deben querer los
mismos hombres. ¡Todo el que cree tendrá la vida eterna...! ésta
es la condición. Porque si no crees, ¿cómo te vas a salvar? Claro
está que junto con la fe es necesario el cambio del corazón del
fiel para hacerse “Nueva Creación en Jesús Cristo”, de manera
que pueda entrar en la realeza increada de Dios y salvarse. Creer,
pues, primero quiere decir que reconozco la Deidad de Cristo y
Salvador del Mundo y segundo que estoy en metania, me
convierto, me arrepiento y acepto la enseñanza de los Profetas y los
Apóstoles, es decir, a Jesús Cristo como mi redentor. Esta es la
base de la fe verdadera.
17
“para juzgar al mundo”: Los judíos creían que el Mesías
juzgaría y condenaría todo el mundo de los nacionales y el pueblo
escogido Israel sería ascendido. Pero aquí nos explica
distintamente, de otra manera quién se salvará y quién se
condenará, como también su agapi para todo el mundo.
18
“ya está juzgado”: Dice san Crisóstomo: “Tal y como el
asesino cuando no ha sido juzgado y condenado por el juez, ya se ha
condenado por la naturaleza de su propio acto, lo mismo también para
el incrédulo. Adán el mismo día que comió el fruto del árbol
murió también (espiritualmente), aunque estuvo vivo físicamente”.
30
“…él crezca y que yo mengüe”. Cristo es el Señor y la fuente
de la catarsis. Y el mismo Juan el Bautista es el siervo. Esta
actitud es la correcta para todo servidor de Dios. Nuestro Señor
debe venir como rey en las psiques de todos los hombres y nosotros
poco a poco ir retirándonos y olvidándonos...
35
A los profetas y a Juan, Dios les daba ciertas energías y fuerzas
increadas “a medida”, es decir, bajo de unas condiciones, un
lugar, una causa, una duración de vida etc. Pero a Cristo como era
Dios no se limita de nada y el Padre le ha concedido todo el poder
para todo. Él tomará la Novia-Iglesia y él es la vida de los
creyentes eternamente.
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