ΚΑΤΑ
ΙΩΑΝΝΗΝ
ΕΥΑΓΓΕΛΙΟΝ
El
Evangelio de San Juan
Capítulo
9
(En
letra normal traducción más literal del texto original en griego
clásico y en letra cursiva en griego moderno ampliando un poco el
sentido de cada frase, por memorable Panagiotis Trémpelas,
teólogo y catedrático, cualquier error por favor avisarnos).
1-12
Curación del ciego de nacimiento. 13-34 Tumulto e investigación de
los judíos. 35-41 La fe del ciego de antes.
1
Pasando por medio de la ciudad el Señor, vio a un hombre ciego de
nacimiento;
2
y sus discípulos le preguntaron: Maestro, ¿quién pecó, él o sus
padres, para que haya nacido ciego?
3
Respondió Jesús: «Ni éste pecó, ni sus padres, sino para que se
manifiesten en él, el poder y las obras milagrosas de Dios.
4 Es
preciso que yo haga las obras de aquel que me envió al mundo,
mientras es de día; cuando llega la noche ya nadie puede trabajar.
4.
Yo debo trabajar para la salvación del hombre las obras de Dios,
quien me ha enviado al mundo, mientras sea de día, es decir,
mientras estoy en la vida presente. Viene la vida futura, que es como
la noche que los hombres paran de trabajar, es decir, cuando yo me
vaya, los hombres paran sus obras, así también en la vida futura
nadie de los hombres podrá trabajar ya para el cumplimiento de su
misión. Por lo tanto no debo perder ni un momento.
5
Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo.
5.
Mientras estoy en el mundo con mi enseñanza, los milagros y mi forma
de vivir, soy la luz del mundo.»
6
Diciendo esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y untó
con el barro los ojos del ciego,
7
y le dijo: «Ve a lavarte en el estanque de Siloam, que significa el
enviado.» El fue, se lavó y regresó viendo.
8
Los vecinos y los que antes le conocían que era ciego, decían: ¿no
es éste que estaba sentado pidiendo limosna?
9
Unos decían: es él. Otros no, sino que es uno que se le parece. Él
decía: yo soy el ciego de antes.
10
Entonces le decían: ¿Cómo se te han abierto y sanado los ojos?
11
Él respondió: Ese hombre llamado Jesús, hizo barro, me untó los
ojos y me dijo: «Ve a lavarte al estanque de Siloam.» Fui, me lavé
y recibí la vista.
12
Le dijeron: ¿Dónde está él? Él dijo: No lo sé.
13
Llevaron a los Fariseos al que antes había sido ciego,
14
y era sábado el día que Jesús había hecho barro y le abrió los
ojos.
15
De nuevo le preguntaron los fariseos, cómo había recobrado la
vista. Él les dijo: Un hombre me puso barro sobre los ojos, me lavé
y veo.
16
Dijeron entonces algunos de los fariseos: Éste hombre no viene de
Dios porque no guarda reposo el sábado. Otros decían: ¿Cómo es
posible un hombre pecador hacer semejantes señales y milagros? Y
hubo desacuerdo y división entre ellos.
17
Otra vez dijeron al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió y curó
los ojos? Él respondió: Que es profeta.
18
No querían creer los judíos que aquél había sido ciego y que se
había curado la vista, hasta que llamaron a sus padres,
19
y les preguntaron: ¿Es éste vuestro hijo, de quien vosotros decís
que nació ciego? ¿Cómo es que ve ahora?
20
Respondieron los padres y les dijeron: Sabemos que éste es nuestro
hijo y que nació ciego;
21
pero cómo ve ahora no lo sabemos; quién le sanó la vista de los
ojos lo ignoramos; preguntadle a él que es mayor de edad, puede
hablar por sí mismo.
22
Sus padres hablaron así por miedo a los judíos, ya que habían
decido expulsar de la sinagoga si alguno reconocía que Jesús era el
Cristo.
23
Por eso sus padres dijeron: Ya es mayor de edad, preguntádselo a él.
24
Volvieron a llamar al que había sido ciego y le dijeron: Da gloria y
gracias a Dios por tu sanación; nosotros conocemos que ese hombre es
pecador.
24.
Llamaron, pues, por segunda vez el que había sido ciego, y le
dijeron: Da gloria y gracias a Dios que te ha sanado. Pero cuidado
con éste hombre al que llamó antes profeta, nosotros a causa de la
posición y el axioma que tenemos, podemos conocer y saber bien que
éste hombre es pecador, porque anula el reposo del sábado. Porque
nosotros estudiamos y conocemos la voluntad de Dios.
25
Entonces aquel respondió y les dijo: no sé si es pecador o no, sólo
sé bien y reconozco que yo era ciego y ahora veo.
26
Le volvieron a decir: ¿Qué terapia te hizo? ¿Cómo te abrió los
ojos?
27
Él les respondió: ya os lo he dicho y no me habéis escuchado.
¿Para qué queréis oírlo otra vez? ¿Es que queréis también
vosotros haceros discípulos suyos?
28
Y le injuriaron, y dijeron: tú eres su discípulo, pero nosotros
somos discípulos de Moisés.
29
Nosotros (como estudiosos y soberanos del pueblo) sabemos que
Dios habló a Moisés. En cuanto a éste, nos es desconocido y no
sabemos de dónde es y de dónde viene.
30
El hombre les respondió: “Es curioso: que vosotros no sepáis de
dónde viene, si es de Dios o no, pero él me ha abierto mis ojos y
veo”.
31
Sabemos todos muy bien que Dios no escucha a los pecadores. Pero si
uno es piadoso, temeroso y respetuoso con Dios y cumple Su voluntad,
a ése le escucha.
32
Desde que existe este mundo, jamás se ha oído decir que alguien
haya abierto y sanado los ojos de un ciego de nacimiento.
33
Si él no fuera enviado de Dios, nada podría hacer, ni el mínimo
milagro.
34
Aquellos enfadados le dijeron: Has nacido todo entero en pecado, ¿y
te atreves enseñar a nosotros? Y le expulsaron fuera del consejo de
la sinagoga.
35
Oyó Jesús que le habían expulsado, y encontrándose con él, le
dijo: ¿Tú crees, en el Hijo de Dios, (a pesar de lo que te
dijeron los soberanos del consejo de los judíos)?
36
Respondió él y le dijo: ¿Quién es, Señor, para que yo crea en
él?
37
Le dijo Jesús: «Le estás viendo, el que habla contigo, él es.»
38
Respondió, (iluminado por la jaris, la energía increada de
Dios): “Creo Señor” con todo mi corazón, se postró ante él
y le adoró.
39 Dijo
entonces Jesús: «Yo he venido a este mundo para un juicio, para que
los que no ven, vean, y los que ven vuelvan ciegos.»
39.
Dijo entonces Jesús: «Yo he venido a este mundo para que se haga
juicio y distinción entre los hombres buenos y los malos. Así que
aquellos que por lo estudiosos de la ley los intelectuales y los
fariseos, son considerados como ignorantes y ciegos espiritualmente,
serán iluminados por la luz increada y conocerán la verdad. Y
aquellos que se presentan presumiendo como conocedores de la
Escritura y por sí mismos iluminados, a causa de su altanería,
serán cegados espiritualmente.»
40
Escucharon esto algunos fariseos que estaban con él, y le dijeron:
¿acaso nosotros también somos ciegos (física y
espiritualmente)?
41 Jesús
les dijo: «Si fuerais ciegos no tendrías culpa o pecado; pero como
decís que veis, seguís permaneciendo en el pecado.»
41.
Les dijo Jesús: «Si fuerais ciegos espiritualmente no conoceríais
las escrituras y no tendríais pecado por vuestra incredulidad. Pero
ahora decís: Vemos y conocemos las Escrituras, por eso vuestro
pecado permanece imperdonable, porque se hace con conocimiento.»
Δεν υπάρχουν σχόλια:
Δημοσίευση σχολίου