ΟΣΙΟΥ ΝΙΚΟΔΗΜΟΥ ΤΟΥ ΑΓΙΟΡΕΙΤΟΥ
ΑΟΡΑΤΟΣ
ΠΟΛΕΜΟΣ
La guerra invisible, san Nicodemo el Aghiorita
SEGUNDA PARTE
Capítulo B. 4
La
Comunión Espiritual y mental, es decir, como se comulga y se conecta
con el nus espiritual y mentalmente
con el Cristo.
Kοινωνία
(kinonía)
comunión, conexión y unión
con Cristo y la energía increada de Dios Trinitario.
Nus
espíritu y energía perceptiva del corazón psicosomático de la
psique-alma, (siendo corazón esencia, nus energía, percepción
interior y atención y psique naturaleza espiritual humana que
contiene el nus (corazón) y el logos).
Aunque
mistéricamente o sacramentalmente no podemos recibir a nuestro Señor
más que una vez al día, en cambio espiritualmente con el nus
(nuestro espíritu del corazón) y mentalmente podemos estar
recibiéndole cada momento y cada hora mediante el trabajo de todas
las virtudes, aplicación de los logos (mandamientos) y especialmente
con la divina oración sobre todo con la oración monologa del
corazón o de Jesús (99).
99.
Porque todas las demás virtudes con la
similitud que tienen hacia el Dios hacen al hombre virtuoso capaz de
unirse con el Dios, pero no le unen. En cambio la oración Noerá o
del Corazón o de Jesús tiene este tipo de fuerza y energía de unir
con el Dios (ver también el capítulo 45). Y de una manera todas las
demás virtudes se asemejan con los instrumentos que ajustan y
enderezan dos planchas, mientras que la oración se asimila con el
pegamento que une las dos planchas enderezadas. Por eso también san
Gregorio Palamás el gran obispo de Salónica dijo que: “la fuerza
de la oración oficia la elevación y unión del hombre con el Dios,
porque es un lazo entre las creaciones lógicas y el Creador”
(Filocalía).
También
como el Señor se encuentra oculto dentro en sus santos mandamientos
y logos, y aquel que hace una virtud o realiza un mandamiento, recibe
inmediatamente en el interior de su psique-alma también al Señor
que está escondido en estos, el cual ha prometido que habitará
junto con su Padre en el interior de aquel que aplicará y guardará
sus logos (mandamientos), diciendo: «El que me ama, aplicará y
cumplirá la enseñanza de mi logos, y mi Padre lo amará y vendremos
a él y en él nos alojaremos permanentemente, metamorfoseando,
convirtiendo su corazón y su cuerpo en templo vivificado del Dios
vivo» (Jn 14,23) (100).
100
De este versículo san Máximo el Confesor
concluye que aquel que trabaja y aplica los logos (mandamientos) del
Señor, no recibe sólo al Señor en su psique-alma, sino junto con
él al Padre que está junto e inseparable del Espíritu Santo.
Recibe en su interior toda la Santa Trinidad y se convierte su casa.
Esta
κοινωνία (kinonía) comunión, conexión y unión no
puede quitarla o desconectarla de nosotros ninguna creación, sino
sólo nuestra indiferencia o cualquier otro error nuestro. Y algunas
veces esta Comunión es tan fructífera y tan agradable a Dios, que
ninguna otra es comparable de las muchas comuniones misteriosas que
otros reciben. Pues, las veces que estás bien dispuesto y preparado
para una κοινωνία (kinonía) Comunión semejante,
encontrarás bien dispuesto y preparado al Hijo de Dios para
alimentarte solo él espiritualmente con sus propias manos.
Para que te
prepares, pues, a esta comunión con el nus (espíritu del
corazón humano), haz lo siguiente: Gira tu mente y tu nus con
su atención a Dios y mirando con una ojeada rápida por un lado tus
pecados y por otro lado a Dios, aflígete por el perjuicio que le has
provocado y con toda humildad y fe ruégale que acepte a venir en tu
humilde psique-alma para sanarte y fortalecerte contra los enemigos.
O cuando
tratas de ejercitarte y fortalecerte contra algún deseo tuyo o para
realizar alguna nueva praxis de virtud o para aplicar y guardar algún
logos (mandamiento), todo esto hazlo con el propósito de preparar tu
corazón para el Dios que siempre te lo pide. Y después girando tu
atención hacia Él, invócale con gran deseo y anhelo que venga su
jaris (gracia, energía increada) para sanarte y liberarte de
los enemigos, para que sólo él tenga tu corazón en su poder.
O
acordándote de las oraciones de la comunión de los misterios, que
antes nos hemos referido, di con corazón ardiente: “Cuándo, Señor
mío, te recibiré una vez más, cuándo, cuándo…” Y si
quisieras comulgar espiritualmente de una forma aún mejor, prepárate
y pon desde la noche anterior todos tus esfuerzos físicos, las
praxis de las virtudes y cada obra tuya buena que piensas hacer con
este propósito, es decir, lo de aceptar y recibir espiritualmente tu
Señor. Y por la mañana, cuando amanezca, piensa, ¡qué bien! ¡Qué
felicidad y riqueza! ¡Qué bienaventuranza hay en la psique aquella
que dignamente comulga mistéricamente el santísimo Misterio de la
Efjaristía! Porque con esto se adquieren de nuevo las
virtudes que se han perdido, y otra vez la psique-alma retorna en su
anterior belleza y ella se hace partícipe de las recompensas,
salarios del pazos (padecimiento, pasión) del Hijo de Dios,
(en la psique-alma se comulgan los frutos y los salarios del
pazos-pasión del Hijo de Dios). Y de la comunión mistérica
o sacramental pasa a la mística κοινωνία (kinonía)
comunión, conexión y unión y reflexionando espiritualmente,
disfrutas de los mismos bienes que la comunión mistérica, y procura
a encender en tu corazón con un gran deseo y anhelo en recibirle
espiritualmente con el nus y la mente y cuando te colmes de
este deseo gira hacia tu Señor y di esto: «Señor mío, como no
puedo recibirte mistéricamente este día, hazlo tú, que eres
bondad, fuerza y energía increada, en recibirte dignamente ahora
espiritualmente , cada hora y cada día dándome fuerza nueva y jaris
(energía) increada para combatir contra todos mis enemigos, y sobre
todo contra aquel pazos del enemigo al que me opongo y hago la
guerra con tu ayuda (101).
101.
Pero los que quieren muy a menudo y no pueden
recibir la mistérica (sacramental) Divina Comunión, es decir,
comulgar a Cristo que se encuentra dentro en los Misterios, o porque
se encuentran en un lugar solitario donde no existen sacerdotes ni
altar ni Iglesia; o se encuentran en el mundo pero por sus guías
espirituales están impedidos no por algún error propio, sino por la
costumbre pervertida que domina, estos como desean y quieren recibir
a Cristo mistéricamente o sacramentalmente en sus interiores, pero
por todo que se ha dicho y por otras razones no puedan, pues, que
reciban a Cristo en sus interiores mental y espiritualmente, como
dice san Nicolás Kabásilas en la interpretación sobre la Divina
Liturgia (capítulo 42). Porque el Cristo que se encuentra en los
misterios espiritualmente y sin ser visto les transmite
invisiblemente la santificación, divinización y la divina jaris
(energía increada) de los misterios de forma que el mismo conoce.
San
Nicodemo el Aghiorita, autor de la Filocalía.
Traducido
por: χΧ jJ
www.logosortodoxo.com
(en español)
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