SALMO 22 (Mas. 23)
ΨΑΛΜΟΣ 22 (Μασ. 23)
Salmo de David Ψαλμὸς
τῷ Δαυΐδ.
(En negrita traducción al español
del helénico clásico y en azul del helénico moderno por Ioanis
Kolitsaras)
Ψαλ. 22,1 Κύριος ποιμαίνει
με καὶ οὐδέν με ὑστερήσει.
Sal. 22,1 El Señor me pastorea y
nada me faltará.
Ψαλ. 22,1 Ο Κυριος μου
ως στοργικός ποιμήν με περιφρουρεί, με
συντηρεί, με τρέφει. Τιποτε δεν θα μου
λείψη.
22,1 Mi Señor
como pastor caritativo me protege, me alimenta y me guía. Nada me
faltará.
Ψαλ. 22,2 εἰς τόπον χλόης,
ἐκεῖ με κατεσκήνωσεν, ἐπὶ ὕδατος
ἀναπαύσεως ἐξέθρεψέ με,
22,2 en verdes praderas me hizo
acampar, y con agua de reposo me sustentó
Ψαλ. 22,2 Εις πλουσίους
χλοερούς βοσκοτόπους, εις τόπους ευφορίας
και αναψυχής, εκεί με εγκατέστησε. Με
τα ολοκάθαρα δροσερά νερά έσβησε την
δίψαν μου και με ανεζωογόνησε.
22,2 En verdes
campos ricos de pastoreo, en lugares de alegría y recreo plantó mi
tienda. Con aguas cristalinas apagó mi sed y me revivificó.
Ψαλ. 22,3 τὴν ψυχήν μου
ἐπέστρεψεν. ὡδήγησέ με ἐπὶ τρίβους
δικαιοσύνης ἕνεκεν τοῦ ὀνόματος αὐτοῦ.
22,3 y volvió a dar vitalidad a mi
psique-alma; y me condujo por sendas de justicia y virtud a causa de
su nombre.
Ψαλ. 22,3 Και έτσι εις
την λιποψυχήσασαν ψυχήν μου επανέδωσε
σφρίγος και ζωτικότητα. Με ωδήγησε
στοργικώς στους ευθείς και χαρούμενους
δρόμους της δικαιοσύνης, όχι δια την
αξίαν μου αλλά δια το πανάγαθον Ονομά
του.
22,3 Y así en mi
inconsciente me volvió a dar vitalidad y dinamismo. Me condujo con
cariño por los rectos y alegres senderos de su justicia y virtud, no
por mi merecimiento sino por Su bondadoso Nombre.
Ψαλ. 22,4 ἐὰν γὰρ καὶ
πορευθῶ ἐν μέσῳ σκιᾶς θανάτου, οὐ
φοβηθήσομαι κακά, ὅτι σὺ μετ᾿ ἐμοῦ
εἶ· ἡ ῥάβδος σου καὶ ἡ βακτηρία σου,
αὗταί με παρεκάλεσαν.
22,4 Porque aunque ande en medio de
la sombra de la muerte, no temeré, porque tú estarás conmigo; tu
vara me estará protegiendo y tu sostén apoyando.
Ψαλ. 22,4 Ακριβώς, διότι
συ, Κυριε, είσαι ο στοργικός προστάτης
μου και ποιμήν, εάν βαδίσω και περάσω
δια μέσου σκοτεινών και αποκρήμνων
περιοχών και εάν αντικρύσω τον θάνατον,
δεν θα φοβηθώ μήπως πάθω κάτι κακόν,
διότι συ θα είσαι μαζή μου. Διότι η
ποιμαντική σου ράβδος, η βακτηρία σου,
αυτή θα με στηρίζη, θα με εμψυχώνη, θα
με παρηγορή.
22,4 Precisamente
porque tú, Señor eres mi protector caritativo y mi pastor; cuando
camine y pase en medio de pendientes oscuras y espinadas y tenga en
frente la muerte, no tendré miedo de que me pase algo malo, porque
tú estarás conmigo. Porque tu vara pastoral y tu sostén me estarán
animando, protegiendo y consolando.
Ψαλ. 22,5 ἡτοίμασας
ἐνώπιόν μου τράπεζαν, ἐξεναντίας τῶν
θλιβόντων με· ἐλίπανας ἐν ἐλαίῳ τὴν
κεφαλήν μου, καὶ τὸ ποτήριόν σου μεθύσκον
με ὡσεὶ κράτιστον.
22,5 preparaste mesa delante de mí
en presencia de mis angustiadores enemigos; ungiste mi cabeza con
aceite y tu cáliz me ha embriagado con bebida selecta muy deleitosa.
Ψαλ. 22,5 Συ, Κυριε, εν
τη αγαθότητί σου ητοίμασες ενώπιόν μου
τράπεζαν πλουσίων φαγητών απέναντι και
εις πείσμα των εχθρών μου. Ηλειψας την
κεφαλήν μου με ευώδες άρωμα, πριν
κατακλιθώ στο δείπνον σου, και το ποτήριόν
σου, με το οποίον με εκέρασες, ήτο γεμάτο
από άριστον ευφραντικόν, μεθυστικόν
ποτόν.
22,5 Tú Señor,
en tu bondad has preparado ante mí una mesa de rica comida a
despecho de mis enemigos. Antes de ser llamado en tu cena, has ungido
con aceite perfumado mi cabeza, y me has embriagado con el cáliz
rebosado de bebida deleitosa.
Ψαλ. 22,6 καὶ τὸ ἔλεός
σου καταδιώξει με πάσας τὰς ἡμέρας τῆς
ζωῆς μου, καὶ τὸ κατοικεῖν με ἐν οἴκῳ
Κυρίου εἰς μακρότητα ἡμερῶν.
22,6 y tu misericordia (energía
increada) me perseguirá en todos los días de mi vida, y en la casa
del Señor habitaré por largos e infinitos días.
Ψαλ. 22,6 Το έλεος της
στοργής σου θα με ακολουθή και θα με
καταδιώκη με επιμονήν όλας τας ημέρας
της ζωής μου και έτσι εγώ χαρούμενος
και ευτυχής θα κατοικώ στον ναόν σου
του Κυρίου μου, εις ατελεύτητον μακρότητα
ημερών.
22,6 El efecto de
tu misericordia (energía increada caritativa) me perseguirá en
todos los días de mi vida y así yo alegre y feliz estaré habitando
en la casa o templo de mi Señor a lo largo del infinito de los días.
Filocalía de los
Santos Nípticos Salmo 22 (23)
Tomo 1. Evagrio el Póntico
16. El Señor ha entregado los
conceptos y entendimientos de este siglo al hombre, como las ovejas
al buen pastor. Y está escrito: “Otorgó a todo hombre el
entendimiento en el interior de su nus (espíritu del
corazón)” (Heb 10,16), puesto que ha unido el deseo y la ira con
el hombre, para poder a través de la ira expulsar a los conceptos de
los lobos-demonios; y con el deseo amar a las ovejas, aunque muchas
veces es golpeado por vientos y lluvias. Incluso, el Señor le dio
pastizal para pastar a las ovejas, verdes praderas y agua de
reposo y deleite (Sal 22,2); y también arpa y guitarra, vara y
sostén, para que sea alimentado y vestido de este mismo rebaño
conceptual y recoger también la hierba o pasto de la montaña.
Porque dice: “¿Quién apacienta el rebaño, no toma de la leche
del rebaño?” (1Cor 9,7).
Debe pues, el anacoreta o el cristiano
practicante, guardar y vigilar día y noche este rebaño, no vaya a
ser que a alguna oveja se la coman las bestias o caiga en manos de
algún bandido. Y si ocurriese algo así, en un boscoso barranco de
repente, lo arrebata de la boca del león y del oso (1Re 17,35). Y
entonces, el pensamiento sobre nuestro hermano es comido por las
bestias cuando está pastoreando con odio en nuestro interior; y
también el pensamiento sobre la mujer, si rodea en nuestro cerebro
el deseo indecente; y el pensamiento de oro y plata si habita en
nuestro interior, la ambición y la codicia unida a estos;
y si pastorean unidos los conceptos de los carismas divinos
con la vanagloria en nuestra diania (mente, intelecto,
cerebro) serán comidos por las bestias. Lo mismo ocurrirá con el
resto de los conceptos cuando sean robados por los pazos. Y
debemos vigilar nuestro loyismí (pensamientos simples o
compuestos) no sólo durante el día sino también de noche. Porque
se puede perder a la oveja a causa de la indecente y mala astuta
“fantasía”. Esto es lo que dan a entender las palabras de Jacob:
”Nunca te he traído a la oveja desgarrada por las fieras; yo
restituía el daño de lo robado, tanto de noche como de día. De día
me consumía el calor y de noche el frío, mientras el sueño huía
de mis ojos” (Gen 31, 39-40). Ahora bien, si por el cansancio viene
la acedia (desgana, pereza espiritual), entonces vayamos a la piedra
de la divina gnosis increada (conocimiento), tomemos el arpa y
toquemos con las virtudes las cuerdas de la gnosis. Pastoreemos,
pues, de nuevo las ovejas bajo del monte Sinaí, para que el Dios de
nuestros padres nos llame también a nosotros (Ex 24,10) y nos
apocalipte-revele la gnosis (conocimiento) de Sus energías
increadas y actos sobrenaturales.
San Nilo el Asceta
96. Preocúpate de
tener mucha humildad mental e intelectual, y con tu valor la coacción
de los demonios no tocará tu psique, ni el látigo se acercará a tu
cabaña, porque Dios dará orden a Sus ángeles para que te protejan,
(Sal 90,10-11). Y ellos invisiblemente expulsarán lejos de ti a toda
la energía de los demonios.
97. Ruidos,
tamboreos, voces y sensaciones, producidas por las malicias de los
demonios, escuchará aquel que se preocupa de tener oración pura y
limpia. Pero no caerá, ni traicionará su loyismós,
diciendo a Dios: “Porque aunque ande en medio de la
sombra de la muerte, no temeré, porque tú estarás conmigo; tu vara
me estará protegiendo y tu sostén apoyando”
(Sal 22,4).
98. En tiempo de
este tipo de tentaciones, haz oración breve, intensa y persistente.
Filocalía tomo 2
San Máximo el Confesor
95. “Verde pradera o lugar de
pasto verde” es la práctica de la oración. “Agua de reposo y
deleite” (Sal 22,2), es la gnosis (conocimiento) de las
creaciones.
96. “Sombra de muerte”
es la vida humana. Si uno, pues, está junto con el Dios y el Dios
con él, éste puede decir con certeza: “Aunque ande en medio de
la sombra de la muerte, no temeré, porque tú estarás conmigo...”
(Sal 22,4)
99. “Vara”, según dicen los
Santos Padres significa el juicio de Dios, y el “sostén”
Su providencia. Aquel que ha adquirido la gnosis de estos
dos, ya podrá decir: “Aunque ande en medio de la sombra de la
muerte, no temeré, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu sostén
me estarán protegiendo y apoyando” (Sal 22,4).
Filocalía tomo 3
San Elías Ekdikos
41. El practicante de la oración bebe
de la fuente de la compunción, mientras que el zeorítico o
contemplativo se embriaga con el cáliz de vino excelente (Sal
22,5). El primero filosofa sobre las cosas naturales, sin embargo, el
otro mientras hace la oración se ignora hasta de sí mismo.
Filocalía tomo 4
San Nikitas Stizatos
90. En la vida espiritual, la
lectura de las Escrituras se lee según sean: principiantes; los que
han progresado y han llegado a un estado intermedio; y por último,
los que se van acercando a la perfección.
En los primeros, la lectura se
convierte en pan de la mesa de Dios que sostiene sus corazones (Sal
103,15) y los fortifica en la lucha contra los espíritus malignos,
éstos activan los pazos y los distingue en valientes
combatientes contra los demonios, de manera que digan: “preparaste
mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores enemigos”
(Sal 22,5).
En los segundos, la lectura se
convierte en vino divino que deleita sus corazones y les lleva en
éxtasis con la potencia de los conceptos, entendimientos y eleva sus
nus de la rigurosa observancia de la letra de la ley que
conduce a la muerte (2Cor 3,6). Y así, los transporta para
investigar las profundidades del Espíritu, haciéndoles capaces de
generar y descubrir conceptos, entendimientos divinos y que digan
convenientemente: “tu cáliz me ha embriagado con bebida selecta
muy deleitosa” (Sal 22,5).
En los últimos se convierte en aceite
de espíritu divino que unta sus psiques, las alivia, las calma y las
hace totalmente humildes con la hipérbole de los divinos
resplandores, los eleva por encima de sus humildes cuerpos, de manera
que la psique de ellos clame orgullosamente: “…ungiste mi
cabeza con aceite y tu cáliz me ha embriagado con bebida selecta muy
deleitosa; y tu misericordia (energía increada) me perseguirá en
todos los días de mi vida...” (Sal 22,5-6).
San Gregorio el Sinaita
16. Cuando escuchas la Escritura
que habla sobre “vara y sostén” (Sal 22,4), debes
considerar que da a entender el juicio, según el logos profético y
la providencia, en cambio sobre el logos ético se entiende la
salmodia, el canto y la oración. Porque cuando estamos juzgados por
el Señor con la vara pedagógica (1Cor 11,32), esto se hace para
nuestro retorno en Él; cuando los demonios se levantan contra
nosotros, entonces los castigamos con la fortaleza de la vara de la
salmodia y nos sostenemos a la oración. Teniendo en la mano la vara
y como sostén la praxis del nus (espíritu o energía del
corazón), pues, que no dejemos de esforzarnos en instruir e
instruirnos hasta que nos encontremos totalmente bajo de la
providencia de Dios, escapando del juicio actual y del futuro.
95. El logos fue dado para que
toda psique lógica disfrute de él de la misma manera que se ofrecen
muchos y varios manjares. Por eso la psique siente el placer del
logos de distintas maneras: tiene el logos científico como pedagogo
para que vaya formando su carácter y su moral; el logos de la
lectura como agua refrescante para suministrarla reposo y alimento; y
el logos de la praxis como en tierra de verdes praderas para
fortalecerla (Sal 22,2); el logos de la jaris (gracia, energía
increada) como cáliz de vino selecto para embriagarla (Sal 22,5)
y deleitarla con el inefable deleite como aceite que hace su rostro
resplandeciente e hilarante.
Los quince
capítulos sobre la hisijía
y sobre los dos tropos,
modos o métodos de la oración
1. Existen dos
tropos,
métodos o modos de unión, o mejor dicho: dos maneras de
experimentar “la oración del
corazón o noerá”
que el espíritu activa y opera en el corazón.
Con estos tropos,
el nus se
encuentra en el corazón antes de la oración adhiriéndose,
uniéndose al Señor, (1Cor 6,17) (contacto
consciente con la voz en el corazón con el nombre Señor Jesús…)
según la escritura; y el segundo es
cuando la energía de la oración se mueve progresivamente y sientes
el fuego gozoso que atrae al nus
ligándole con la invocación del Señor Jesús y le une a Él.
Porque aunque el
espíritu opera en cada uno como le place (1Cor 12,11), tal como dice
el Apóstol, a pesar de esto, a veces en algunos una forma precede a
la otra, con los tropos,
los modos a los que antes nos hemos referido.
Y otras veces la
energía opera en el corazón, mientras se van reduciendo los pazos
con la continua invocación de Jesús Cristo y reaparece el divino
calor, “porque nuestro Dios es fuego abrasador”, que abrasa los
pazos, dice
la escritura (Heb 12,29 Deut 4,24).
A veces, el Espíritu
atrae el nus
hacía sí mismo, delimitándole en la profundidad de su corazón y
le impide estar por ahí fuera con sus acostumbradas idas y venidas.
Entonces ya no está conducido por los Asirios como preso, lejos de
Jerusalén, sino que regresa admirablemente de Babilonia a Sión de
forma que diga también lo que el Profeta dice: " Dios mío,
abti se te deben himnos en Sion y te ofreceremos nuestra promesa en
Jerusalén (Sal 64,2)" y “Cuando el Señor devuelva los presos
en Sión, se complacerá Jacob y se regocijará el Israel” (Sal
125,1 y 52,7).
Con estos nombres se
sobreentiende el nus
practico y el "zeoritikos",
contemplativo, quien con la ayuda de Dios en la práctica vence los
pazos y
con la zeoría
divina-visión, contemplación ve a Dios, en la medida de lo posible
para el hombre. Entonces el nus,
como está llamado al rico banquete, disfruta con el divino goce y
canta con salmos: “preparaste mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores enemigos; ungiste mi cabeza con aceite
y tu cáliz me ha embriagado con bebida selecta muy deleitosa”
(Sal 22,5).
Filocalía
Tomo 1: Evagrio sobre discernimiento de
pazos y loyismí (V.16 pág. 82)
San Nilo, Sobre oración (V.97 pág 22
Tomo 2: Sal 22, 2· 4 · 5 San Máximo el
Confesor C.2 V.95,96,99 pág. 74,75 y 76
Tomo 3: Sal 22,5 Elías el Ekdikos,
capítulos prácticos y contemplativos V. 41 pág. 47.
Tomo 4: Sal 22,5·6 San Nikita Stizatos C.2
V.90 pág 105
Sal 22, 2 y 5 San Gregorio Sinaita 137
capítulos útiles V.95 pag 193 y 178 Sal 22,5 San Gregorio Sinaíta
V.1 pág 220
Traducido por Jristos Jrisoulas
Dimoula y Elena Jrisoulas Lafuente licenciada en filología
hispánica. www.logosortodoxo.com
(en español)
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