ΠΡΑΚΤΙΚΑ
ΔΙΕΘΝΩΝ ΣΥΝΕΔΡΙΩΝ ΑΘΗΝΩΝ ΚΑΙ ΛΕΜΕΣΟΥ
SUMARIOS DE LOS
CONGRESOS INTERNACIONALES DE ATENAS Y LEMASOL DE CHIPRE
Ο ΑΓΙΟΣ
ΓΡΗΓΟΡΙΟΣ ΠΑΛΑΜΑΣ ΣΤΗΝ ΙΣΤΟΡΙΑ ΚΑΙ ΤΟ
ΠΑΡΟΝ
SAN GREGORIO
PALAMAS EN LA HISTORIA Y EL PRESENTE
ΑΡΧΙΜ. ΖΑΧΑΡΙΑ:
Ο ΗΣΥΧΑΣΜΟΣ ΤΟΥ ΑΓΙΟΥ ΓΡΗΓΟΡΙΟΥ ΠΑΛΑΜΑ
ΚΑΙ Η ΑΣΚΗΤΙΚΗ ΤΩΝ ΑΝΑΤΟΛΙΚΩΝ ΘΡΗΣΚΕΙΩΝ.277
Archimandrita Zacarías Doctor de la
Universidad de Thesalónica:
El hisijasmo de san Gregorio Palamás
y la ascética de las religiones occidentales.
Nuestro
tema es doble y su segunda parte es inmensa. Muy pocos pueden
reivindicar la gnosis empírica de estas dos tradiciones
espirituales. Los estudios comparativos que salen a la luz en
Occidente, presentan en su mayoría un defecto serio, están
encadenados y vinculados en la indeterminación y la inexactitud de
la perspectiva teológica meta–Agustínea (después de Agustín).
Sobre todo muchas veces acaban a la negación del hisijasmo y la
conciliación y acuerdo con lo absoluto del carácter de la
revelación=apocálipsis cristiana.
En la
primera parte de esta introducción intentaré a exponer las tesis
básicas del pensamiento de san Gregorio Palamás sobre el hisijasmo,
tal y como son desarrolladas en la Tríadas y abordaré los
siguientes temas:
- El método de oración y su significado antropológico
- El propósito de la oración y su perfecto cumplimiento.
- Y sus presuposiciones y condiciones teológicas.
En la
segunda parte sobre todo intentaré comparar e interponer las tesis
anteriores con algunas características de la espiritualidad
hinduista. El tema básico es la demostración si la experiencia de
Dios, por la que habla san Gregorio Palamás, es única al
cristianismo, o existen experiencias paralelas también en otras
tradiciones religiosas. Se ha señalado1
que las dos experiencias, del cristianismo y del hinduismo, persiguen
la extrema perfección. Un escritor contemporáneo romanocatólico
escribe sobre todo categóricamente que: Si el cristianismo no puede
adherir la experiencia espiritual hinduista a la luz de una verdad
superior, la conclusión es que la advaita (la experiencia anterior)
contiene y supera la verdad del cristianismo y funciona a un nivel
superior del nivel del cristianismo2.
Volveremos sobre este asunto más abajo.
Al
final del siglo 13º y al primer medio del siglo 14º el ideal
hisijasta llegó a su cima y se relacionó con un método técnico,
donde la memoria del nombre de Jesús se acompaña de una vigilancia
disciplinada de la respiración3.
San Gregorio Palamás (1296-1359) en su obra “sobre los Santos
hisijastas” y en otros escritos suyos, fue el que expuso el
cimiento teológico y antropológico de la oración hisijasta y
recalcó su valor como medio que constituye al hombre capaz de
introducirse a la unión y kinonía
(comunión, conexión) con Dios.
La
ascesis de la oración empieza con la metania
y conecta inseparablemente con los mandatos evangélicos y el trabajo
por las virtudes4.
A lo referido sobre el método técnico de la oración, san Gregorio
recalca que es necesario que el orante delimite su nus
(la energía del espíritu del corazón) dentro en el cuerpo, porque
“nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo en nosotros” 1ª
(Cor 6,19). Así, ya que el Espíritu Santo habita al cuerpo humano,
no es despreciable para el nus humano que él habite a su interior6.
Aún recalca que el asceta puede conseguir la deseada unión con Dios
dentro de sí mismo, porque “la Realeza increada de Dios está en
nuestro interior” (Lc 17,21). San Gregorio persiste en la sintética
antropología bíblica y sostiene que la psique y el cuerpo del
hombre se han credo muy bien y están predestinados hacia la
inmortalidad. Malos son los loyismí
carnales y el hecho de que el nus
puede ser cautivado de ellos 8.
El asceta debe liberar su nus
de la tiranía de ellos. En el camino de la lucha las dinamis
(potencias y energías) de la psique y del cuerpo se limpian, se
purifican y se metamorfosean, pero no se anulan. La apacia (sin pazos
malos, viciosos) se consigue con la sustitución de la ley del pecado
que está instalada en los miembros del hombre por la observación y
vigilancia del nus.
Como
lugar del nus
se define por san Gregorio el corazón. Este es el centro de la parte
logística de la psique y el primer órgano logístico carnal.
Siguiendo la terminología de san Dionisio el Aeropayita de los tres
movimientos del nus,
el Santo habla sobre dos de los tres movimientos del nus: el directo
que después de la caída es engañoso e induce a error y el
cíclico10
que es natural, inequívoco e inconfundible. El primero provoca el
esparcimiento del nus hacia fuera y el segundo hace al nus regresar a
sí mismo y operar y actuar correctamente. El propósito de la
oración de Jesús es la unión con Dios, por eso la ayuda de la
divina Jaris
(gracia, energía increada) es imprescindible.
Un
medio exterior que nos ayuda a retornar el nus
en sí mismo es la reunificación cíclica del cuerpo. Con esto se
fija la atención al pecho o al ombligo y la fuerza y la energía del
nus baja al corazón. De esta manera se ayuda la adquisición del
movimiento cíclico del nus y la consecución de la “uniforme
reunificación unitaria”, porque “el hombre interior ha caído
preso y se ha asimilado a las imágenes exteriores después de la
caída”12.
Pero generalmente el método corporal para la oración no es
imprescindible. El mismo resultado se puede conseguir de varias
maneras. Pero cualquiera que sea la técnica exterior, el énfasis
especial se da siempre a la participación del cuerpo a la oración,
para que la santificación del hombre sea plena por el encarnado
Dios13.
Hasta
aquí, a primera vista, uno por lo menos, puede encontrar
extraordinarios paralelismos entre el ejercicio de la técnica
hisijasta y la hinduista. Habiendo destituido todo y habiéndose
purificado en sí mismo con la ascesis (yama
y niyama), entonces el buscador del
brahmavidya (
de la gnosis del Ser Supremo) profundiza hacia su interior. También
éste utiliza el método psicosomático. Sea por le técnica del yoga
clásico, es decir, por la actitud del cuerpo en combinación con la
atención de su respiración (panayama)
para que sea conseguida la auto-concentración. Esto se puede
acompañar con la recitación de un corto mantra.
El propósito es llegar al corazón, porque la «verdad», es decir,
aquella de la experiencia Vedantic
(anulación de cualquier dualidad doble genio) está escondida
allí14.
También aquí se recalca la necesidad del consejo de un guía
(gurrú)
para el principiante. Lo que llama la atención es que lo importante
en la meditación no es la técnica, psicosomática o no, sino su
contenido y su finalidad. De la misma manera, como en el hisijasmo,
también aquí se certifica una analogía entre el agente espiritual
y el somático (corporal) y el valor del último en la búsqueda de
la zeoría
(contemplación).
En
cuanto al perfeccionamiento de la oración hisijasta, san Gregorio
asegura que se corona con la unión con Dios dentro de la visión de
la Luz Increada. El Santo defiende a los hisijastas frente la
acusación de que reciben visiones demoníacas, diciendo que la Luz
es divina, increada y deifica a los dignos y merecidos con su
comunión15. El
hombre colmado de la luz, se convierte el mismo luz y ve la luz
increada dentro y fuera de sí mismo.
Experiencias
en abundania están escritas en la India por los Unipanisads hasta el
Tantrismo. Los participantes de estas experiencias, las perciben como
“repentino esplendor divino” o como visión de luz interior
(antah yoti). La luz principalmente es la imagen el atmán ( es
decir, del sí mismo humano) como también del atmán (Absoluto
Supremo)16.
Un escrito sagrado sabio hinduista dice: ¡Condúceme de lo falso a
lo verdadero, de la oscuridad en la Luz, y de la muerte a la
Inmortalidad!
Además,
hay muchas colecciones sagradas y textos que dan a entender que el
hombre se hace Dios. Vamos a examinar por ejemplo lo siguiente: El
que conoce lo supremo Braham se ha hecho el mismo realmente Braham,
porque este hombre ha desaparecido en la gloria, este que quería
conocer la gloria; tal y como la mariposa que cayó en la llama y la
misma se hizo llama y desapareció18.
Pero,
vamos a ver por separado el contenido del hisijasmo y el de la
meditación hinduista.
La
oración hisijasta es por excelencia la imploración, y como tal está
cimentada en la enseñanza dogmática de la Iglesia Ortodoxa. Es
verdad que la teología no se puede separar de la gnosis y la
experiencia19,
tal como sostiene Floroski. Viceversa también es válido: La vida
espiritual ortodoxa y la experiencia se cimientan en “el dogma
ortodoxo, en la doxa=gloria correcta”. Como muy correctamente
apunta Floroski que: toda la enseñanza de san Gregorio Palamás
presupone la energía increada y el acto de Dios Personal20.
El Dios que crea desde la nada, y la desunión del abismo que existe
entre lo creado y lo increado. El discernimiento de San Gregorio
entre esencia y energía lógicamente es posterior del hecho que Dios
antológicamente es personal21.
Mientras que Dios permanece absolutamente trascendental sobre Su
esencia, pero crea, mantiene, metamorfosea y se apocalipta=revela
mediante Sus energías. Básicamente la zéosis del hombre, por la
que antes hemos hablado, es una donación del Dios Personal. El
hombre se ha creado con destino o finalidad su zéosis. Y a pesar de
esto el hombre en la zéosis permanece creado y el Dios permanece lo
que es, increado.
De la
misma manera la espiritualidad hinduista está basada a su propia
“teología”, cosmología y antropología. Pero a contrario que el
cristianismo, en las religiones hindúes el concepto de Dios Creador
está ausente. La génesis del mundo es más bien emanación que
creación. El cosmos de una manera emana del Divino Principio, movido
por una fuerza centrífuga. Así no hay un discernimiento claro entre
los dos. Por un lado los antiguos Upanisads eran claramente
panteístas, por otro lado, los posteriores se imaginaban una Divina
trascendencia tan metacósmica, de modo que se hace exocósmica,
(exo, fuera, exterior) la única Realidad que excluye todas las
demás. Por lo tanto, a causa del carácter por esencia impersonal
del Absoluto, el mundo tiende a fusionarse junto con este. El axioma
básico es: “Si existiera algo que no es Dios, Dios no sería
Dios”23.
Cierto que en ninguna parte de los Upanisads el panteísmo no se ha
superado totalmente. Tal como correctamente observa Zaehner, en los
Unipanisads “el monismo, el panteísmo y el monoteísmo coexisten y
se consideran como inconciliables recíprocamente 24.
Lo impersonal del Absoluto hinduista presupone y condiciona la
ausencia de cualquier contrario dentro al mismo Absoluto. Para el nus
hindú “el infinito es un océano de quietud, sin horilla y ola que
serían posibles de medir o el encuentro de orientación” 25.
Básicamente la ausencia de contrario significa superación de cada
cualidad, esencialmente aquella del bien y del mal y finalmente
aquella del Ser, de modo que el Absoluto se derrumbe de una manera
dentro en el No Ser. Por consiguiente, se concluye que el dialogismo
o meditación hinduista se diferencia muy mucho del hisijasmo
cristiano, porque se imagina un Principio Causa impersonal y por esta
razón la imploración o invocación no es con el mismo concepto y
sentido como al cristianismo. Es sabido que en la meditación
predomina plenamente la relajación del cuerpo, en cambio en la
oración cristiana el cuerpo y el nus se encuentran en tensión
completa durante su comparecencia delante del Dios Personal.
Todo
lo anterior nos conduce al siguiente punto. La oración hisijasta es
esencialmente cristocéntrica. Se realiza por la imploración del
nombre del Salvador y Sanador Jesús Cristo y es una búsqueda de
unión con Él. El argumento central de san Gregorio Palamás contra
sus acusadores es exactamente que la luz increada de Cristo que ven y
participan los hisijastas, es la misma luz (increada) que fue
revelada por Él a sus alumnos al monte Thavor, la lun increada de la
Metamorfosis y se revelará a los santos durante su segunda
Presencia26.
La condición básica de la enseñanza de san Gregorio Palamás, y es
cierto que es de toda la tradición patrística, es que sin la fe a
la deidad de Cristo, no se puede dar la verdadera visión de Dios. El
Yérontas Sofronio manifiesta categóricamente que los Apóstoles se
hicieron dignos a introducirse en la esfera de la Divina Luz increada
en la Metamorfosis del Monte Thavor, puesto que antes confesaron la
deidad de Cristo27.
También
recalca que la misma visión Divina testifica sobre la deidad de
Cristo, tal y como esto ha ocurrido con Apóstol Pablo al camino de
Damasco28.
Para san Gregorio también todas las visiones de la luz de lo
Absoluto que están testificadas en las Escrituras son
cristocéntricas. De esta manera interpreta el Nuevo y Antiguo
Testamento29.
De acuerdo con la enseñanza de san Gregorio Palamás, la oración
hisijasta es inseparable de la historia de la salvación, dentro de
la que se ha encarnado el Divino Logos para nuestra sanación y
salvación. Está claro que la meditación o dialogismo hinduista no
tiene un contenido de este tipo. No está orientado hacia un Dios
Personal y no constituye el clamor para la redención con el
significado y sentido cristiano.
Tal y
como ya hemos señalado, el fruto de la oración hisijasta para san
Gregorio Palamás es la unión del hombre con Dios y la consecuente
zéosis o glorificación del hombre (por la increada Jaris). Esto
ocurre con una extensión o éxtasis del nus (espíritu del corazón
humano) superior de su naturaleza. Pero Dios también se mueve hacia
el hombre rodeándolo con su Jaris de un modo de éxtasis o extensión
condescendiente de agapi (amor energía increada), sin que por esto
deje su inefable, invisible luz increada, en la que habita
eternamente. Siguiendo el pensamiento de San Dionisio el Aeropayita
escribe: “Por un lado nuestro nus sale de sí mismo y así se une
con Dios. Por otro lado Dios también se sale de sí mismo y se une
con nosotros por condescendencia...”30.
El
Dios energiza y actúa libremente y llama al hombre a contestar en
una praxis de sinergia (cooperación de voluntades). En esto vemos
una relación dinámica de Dios y el hombre, persona a Persona o cara
a Cara. Durante la zéosis del hombre la unión no anula el
discernimiento de Dios y el hombre. 31(Tal
como en la encarnación, así
también en la zéosis, la unión se hace firme, inalterable,
indivisible e inseparable). Además,
cuando esta unión se consigue, la autognosía o autoconocimiento del
hombre no sólo no se anula, sino que adquiere una percepción
espiritual clarividente sin precedentes: La visión de una
contradicción terrible entre él mismo como creación caída y el
Dios Misericordioso. San Gregorio escribe: «Vence
las fantasías y las imaginaciones más, los pensamiento de ellas...
y siempre piadosamente con devoción y con amor a Dios... colócate
como “sordo y mudo”... frente a Dios... así te construyes en
creación sublime...»32.
Lo que
ocurre a continuación es que el hombre, mientras ha crecido a una
medida perfecta y se ha hecho “hombre realmente”, se ha
acostumbrado ya ...en este trabajo verdadero”.
Con la
energía increada y la conducción de la luz increada “es conducido
sobre montañas eternas” (Sal 75) y de manera admirable se
convierte en visionario de cosas hipercósmicas. Entonces con la
inenarrable percepción escucha “logos, verbos inenarrables” y
“ve las invisibles... como verdadero ángel, convertido como otro
Dios en la tierra. Y Esto no es el final. Además, se hace
intermediario entre el Dios y la creación…”34.
De esta manera se realiza con exactitud el “como semejanza” y
testifica que el trabajo real del hombre deificado es la intercesión
entre creación y Dios. Este ensanchamiento o crecimiento ontológico
es el interminable perfeccionamiento y realización del hombre como
persona. La misma experiencia expresa también el Yérontas Sofronio,
escribiendo que mediante la energía increada de esta Luz increada
dentro del metanoizado
(arrepentido y convertido) hombre brota una flor admirable: La
Persona- Hipóstasis35.
Al
contrario en el dialogismo o meditación oriental, el sabio
regresando hacia su interior se libera de todas las cosas
incluyéndose a sí mismo. El propósito de la meditación es
conseguir la autoconciencia o el conocimiento de “la realidad
pura”. Pero esto finalmente significa que el “Ego o yo” de la
persona que se introduce en el dialogismo no existe ya; su “ego”
es el “Ego” del Absoluto.
Tal
como el agua limpia que se echa dentro al agua se hace uno con este,
así lo mismo se hace también el sí mismo el yo del que sabe la
silenciosa fusión36.
Es una
tensión que tiene como finalidad “la anulación de las
fluctuaciones de la conciencia”37.
Al contrario que al hisijasmo, donde la persona deificada se
introduce en una relación nueva con el Salvador Dios, la relación
hijo y Padre, novia y Novio, nueva creación y Creador, en cambio en
el dialogismo o meditación es anulación de cualquier relación
incluida también la relación con el Absoluto. La muerte de la
persona humana se describe de la siguiente manera: “Finalmente el
Arunachala (otro nombre del Absoluto) ya no es Padre, ni Amante,
tampoco Creador. Existe sólo el Sí Mismo. ¿Quién otro falta por
el que podría ser Padre, Amante o Creador?38.
Esto significa que el hinduismo tiene carácter negativo de la fuga o
salida del hombre de el mundo, de el cuerpo y finalmente de sí
mismo.
¿Pero
cuál es la naturaleza de la luz que contempla el asceta hinduista?
En sus escritos san Gregorio discierne entre distintos tipos de
luces. Aparte de la divina y deificadora luz, también existe la luz
natural del nus humano (del espíritu del corazón psicosomático o
de la psique humana) y la luz demoníaca. Lo referido a la luz
intelectual, el Santo sostiene que el nus creado “como imagen de
Dios” tiene naturaleza iluminada y, por consiguiente, puede verse
como luz con medios naturales39.
Lo referido sobre la última luz nos muestra que proviene de engaño
demoníaco y se puede discernir de la luz increada de la Jaris por
sus “energizaciones, operaciones y actos”. Sobre todo no trae
“energía bondadosa” en la psique, ni paz, ni alegría, ni
humildad. A pesar de nuestro respeto sobre el ascetismo oriental y
por la fuerza de los argumentos que hemos desarrollado anteriormente,
la posibilidad de la visión de la primera luz, es decir la divina
increada, en esta tradición queda excluida. No parece ser la luz
increada del Hacedor, Creador Dios. En relación con las últimas dos
posibilidades es posible que la selección no sea tan clara. Es
interesante apuntar aquí que el escritor Aldous Huxcley para
adquirir la experiencia religiosa de Vedic, le fue necesario tomar el
narcótico mescalín41*.
Así se distingue que esta experiencia se puede obtener por medios
técnicos naturales. También sería relativo aquí que el catálogo
de virtudes del yoga no se refiere a la humildad, tampoco el orgullo
o la soberbia como impedimento de la experiencia42.
(42*
La hierba mascalín es una hierba de los
indios Chamanes (mascaleros) de Méjico. En toda América central y
sur y generalmente en el mundo del chamanismo, los Chamanes utilizan
distintas plantas para sus experiencias exteriores. El mismo fenómeno
lo tenemos también el los antiguos misterios helénicos como de
Eleusís, Orficos etc.)
Generalmente,
con todo lo que se ha dicho anteriormente, se da la solución al
dilema que están luchando los teólogos occidentales. La experiencia
del ascetismo hinduista no sólo es inferior de la experiencia del
hisijasmo, sino que tiene procedencia y contenido totalmente
distintos. Presupone y condiciona una teología radicalmente opuesta
o más bien presupone una ausencia de teología, y la existencia de
una cosmología y antropología distinta. Los aparentes paralelismos
permanecen al nivel de lo físico y la técnica. Pero existe una
desviación de la orientación espiritual tan grande y distanciada
tanto como la diferencia de lo creado y lo increado.
Archimandrita Zacarías Doctor de la
Universidad de Thesalónica
Traducido por: χΧ
jJ www.logosortodoxo.com
(en español)
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