Σελίδες

ΚΥΡΙΕ ΙΗΣΟΥ ΧΡΙΣΤΕ ΕΛΕΗΣΟΝ ΜΕ

ΚΥΡΙΕ ΙΗΣΟΥ ΧΡΙΣΤΕ ΕΛΕΗΣΟΝ ΜΕ
ΥΠΕΡΑΓΙΑ ΘΕΟΤΟΚΕ ΣΩΣΟΝ ΗΜΑΣ

ΟΙ ΟΜΙΛΙΕΣ ΜΑΣ ΓΙΑ ΚΑΤΕΒΑΣΜΑ ΣΤΟΝ ΥΠΟΛΟΓΙΣΤΗ ΣΑΣ





ΟΔΗΓΙΕΣ: ΚΑΝΕΤΕ ΚΛΙΚ ΣΤΟΝ ΠΑΡΑΚΑΤΩ ΣΥΝΔΕΣΜΟ:

Δίπλα από το όνομα Κύριος Ιησούς Χριστός που υπάρχει ένα μικρό βελάκι , πατάμε εκεί και μας βγάζει διάφορες επιλογές από τις οποίες πατάμε το Download .
Και γίνεται η εκκίνηση να κατέβουν όλες οι ομιλίες.

Δευτέρα 8 Μαρτίου 2021

LA SUPERACIÓN DEL MIEDO-ΦΟΒΟΣ/FOBOS-TEMOR Por el médico y Archimandrita Sabas el Aghiorita


LA SUPERACIÓN DEL MIEDO-ΦΟΒΟΣ/FOBOS-TEMOR

Por el médico y Archimandrita Sabas el Aghiorita



¿QUÉ ES EL MIEDO-ΦΟΒΟΣ/FOBOS-TEMOR?

Últimamente vivimos situaciones de miedo, en concreto mundialmente y sobre todo en nuestra patria, yo diría terror.

El miedo/temor no es más que cobardía y traición, acosado por su propia conciencia y se condena por su propio loyismós-pensamiento y testimonio, es decir, es un estado o una situación (interior) en la cual nos abandona también hasta la misma ayuda de nuestra conciencia y de la diania-mente, cerebro, (Sabiduría Salomón 17,11). O sea que, el hombre cuando tiene miedo es traicionado por su loyismós (pensamiento simple o unido con la fantasía), energiza y actúa paradójicamente, siempre imagina lo peor, pierde sus estribos y su serenidad y puede llegar al estado del pánico. San Basilio el Grande llama el miedo “otra borrachera”, es decir, una especie de embriaguez. El miedoso se parece al borracho. Es bien sabido que el borracho pierde el control de sí mismo, la vergüenza, el pudor, el equilibrio y toda agilidad. Fácilmente sucumbe a todo pazos (pasión, emoción, vicio, adicción, patología, habito malo) pierde el sano juicio, se trastorna, se auto-fatiga y se auto-tormenta y también se ridiculiza por decirlo de alguna manera. [1].

Y continúa el Logos de Dios: “Cuando en nuestro interior disminuye la esperanza, entonces el miedo/fobos, a causa de nuestra ignorancia, nos hace considerar que son más grandes y peores los males de lo que son en realidad (Sabid. Salomón 17,12). O sea, mientras que una cosa no es nada, como tienes miedo lo ves como algo muy terrible y terrorífico. Tememos y nos angustiamos más por el miedo tonto e insensato, -este estado de niñez o infantilismo de la psique-alma-, que de lo que uno le suceda por los mismos acontecimientos. Observa san Gregorio el Teólogo, “lo que uno tiene miedo de que le suceda, esto es lo que le sucede, y si no le sucede esto, a pesar de eso, se castiga más por sí mismo que por los autores que teme que le torturarán, le castigarán etc.

Y san Juan el Crisóstomo nos enseña que “el miedo-φόβος/fobos-temor es un aumento y engrandecimiento de calamidades esperadas que conectan con la conciencia de culpabilidad”; esperas algo malo, una calamidad y la haces muy grande, muy trágica. Y esto conecta con la conciencia de culpabilidad; nos sucede porque no tenemos arreglada, en paz y en tranquilidad nuestra conciencia. Así que el miedo-φόβος/fobos-temor está ligado y conectado también con el pecado y los sentimientos de culpabilidad que tenemos en nuestro interior. Por eso veis que los Santos eran valientes, sin miedo, porque siempre estaban con sus conciencias arregladas, con Metania, confesión, introspección y oración, llenos de Espíritu Santo. San Juan el Clímaco dice que, “miedo φόβος/fobos-temor es peligro pre-estudiado y premeditado; o de otra manera, el miedo φοβος/fobos-temor es un temeroso sentimiento, síndrome emocional del corazón, que se siente por anticipación abrumado, en angustia y en agonía de las improvistas calamidades esperadas”. Y muchas veces no sucede nada, y uno se pregunta, ¿para qué he tenido miedo y me he asustado? (Ver https://www.logosortodoxo.com/12-lexis-apocalipticas/ 8. ΜΕΤΑΝΟΙΑ-METANIA8. ΜΕΤΑΝΟΙΑ-METANIA)

¿Cuáles son los tipos del el miedo-φόβος/fobos-temor?

El miedo se divide en seis tipos o clases, nos dirá el gran dogmatólogo san Juan el Damasceno: “1) la duda o indecisión, 2) la vergüenza, 3) el pudor, 4) el asombro (estupor), 5) la estupefacción y 6) la agonía o angustia y ansiedad.

1) El sentimiento de la duda o indecisión es el miedo por algo que vamos hacer. Lo hago o no lo hago, estoy en duda, indecisión.

2) El sentimiento de la vergüenza es en el caso que esperamos una acusación; decimos, ay ahora qué dirán, me van acusar y nos avergonzamos.

3) El sentimiento de asco, pudor o deshonor es el miedo que sentimos por algo malo que hemos hecho, la culpa y el remordimiento de conciencia; igual que los primeros en ser creados sentían y tenían pudor, asco al pecar, cuando el Dios los dijo: ¿Quizás habéis pecado?

4) El asombro o estupor es el miedo que se produce por una impresión o sensación fantástica grande. Te imaginas algo terrible y te quedas asombrado.

5) La estupefacción es el miedo que se produce por una impresión, sensación fantasiosa e imaginaria inusual, de algo raro.

6) La angustia y ansiedad o agonía es el miedo al fracaso que sentimos en alguna de nuestras acciones. ¿Lo haré, pero lo conseguiré?, tenemos ansiedad, angustia.

¿Cuál es el principal miedo-φόβος/fobos-temor que nos aflige y nos angustia?

Esto es muy importante que lo entendamos muy bien. En el fondo de todos los miedos/temores uno es el miedo que tememos. Es el miedo a la muerte física, que por muchos de nosotros y también de los que nos llamamos cristianos y creemos al Señor resucitado, se considera la mayor calamidad y desgracia. En realidad, la muerte física no es la mayor calamidad y desgracia sino la muerte espiritual, la segunda muerte, esta que dice en el Apocalipsis 2,11 y 20,6. Es decir, la separación eterna de la Fuente de todo bien, del Dios, que la causa de la separación es el pecado si no nos arrepentimos y volvemos a la metania.

Observa el divino Crisóstomo, “tenemos miedo a la muerte no porque ella es terrible, sino porque no se ha calentado en nuestro corazón el amor, el anhelo, por el reinado de la Realeza increada de los Cielos, nos hemos apegado aquí en los deleites terrenales; ni el miedo a la gehena (infierno) se ha apoderado de nosotros, no hemos entendido lo terrible que es el infierno; y además, es porque no tenemos buena conciencia, nuestra conciencia nos dice que eres culpable, eres pecador, tienes mucho que pagar, por eso temes a la muerte, sin embargo puedes pagar y arreglar esta situación, pero no lo hacemos”. San Porfirio dice que la muerte no es terrible, es como si abres la puerta y te vas a lado, fuera, tal como estás aquí estarás allí, no cambia nada por la muerte; lo único que cambia es que dejas tu cuerpo y esto provisionalmente, porque lo volverás a tomar como cuerpo espiritual e incorruptible en la Segunda Parusía-Presencia del Señor. Por tanto, veis que: 1) No deseamos, no anhelamos el reinado de la Realeza increada; 2) No tememos el infierno. 3) No concienciamos qué quiere decir infierno. 4) No tenemos limpia y buena conciencia. Tenemos remordimientos, ella nos dice eres culpable y pecador y tienes mucho que pagar, por eso tienes miedo a la muerte, mientras que puedes quitar la deuda y arreglarte; pero no lo hacemos. ¿Queréis que os mencione una quinta razón o causa? Es porque no vivimos una vida ascética-práctica espiritual, cruciforme, austera, de endurecimiento, de ayuno, vigilia, metania, oración, sencillez, ropa simple y material lo imprescindible, no hacemos esta vida como corresponde a los cristianos, sino que envidiamos la vida suave y cómoda; por eso es natural que nos guste permanecer en las cosas de este mundo, esto dice San Juan Crisóstomo que vivía en el mundo y lo dice para el mundo, no un monje de Athos. Por tanto la vida ascética es para todos. A causa de nuestra filaftía-egolatría, de la filidonía-hedonismo-voluptuosidad, de la pereza, de la acedia y de la indolencia hemos amado la vida blanda, indolente y parsimoniosa, por eso es normal que nos guste permanecer en las cosas del mundo presente. Hemos quedado pegados en las cosas terrenales que creemos que estas nos traerán la alegría. La comodidad nos traerá la alegría, mayor engaño que este no hay. Si nos liberamos del miedo a la muerte con la fe viva en el Señor Resucitado, entonces nos liberamos del diablo y de todos los demás miedos, de toda inseguridad, de todo pánico y de toda fobia. Por eso decía el bienaventurado san Porfirio: no existe la muerte, no existe infierno, no existe el diablo. ¿Cómo es que no existen? Sí, objetivamente existen, pero para el Cristiano es como si no existiesen; el Cristiano ha superado todas estas cosas y los miedos que conectan con ellas.

Si estás con Dios por qué temes, ¿el Dios no es omnipotente, no es bondadoso y misericordioso? El mismo Dios en la epístola a los hebreos dijo que, “no te abandonaré, y así teniendo fe, valor y animo decimos que el Señor es mi ayudante y protector, nada temeré, ¿qué me puede hacer cualquier hombre? ¿Hombre, por qué tienes miedo, si el Señor está contigo?

“El que no tiene miedo a la muerte” dice san Juan el Crisóstomo, “está fuera del poder tiránico del diablo. No tiene miedo a nadie, no templa. Es superior a todo y de todos y es el más libre”. ¿Por qué nos tiraniza el diablo? ¿Por qué nos arrastra y nos echa en los pazos y en el pecado? Es porque existe el miedo/fobos a la muerte.

Por tanto, tenemos miedo/fobos, por eso nos tiraniza el diablo. Por eso dice el apóstol Pablo que la muerte es el aguijón del diablo. Si superas la muerte te liberas del diablo. El que no tiene miedo a la muerte, no teme a nadie, es superior a todo y de todos más libre. El que sacrifica lo más alto, su vida, el que está listo para morir, mucho más sacrifica todo lo demás. ¡Dice, tomad mi fortuna, mi casa, tomad lo queráis; hasta mis hijos si queréis; veis que a los santos les degollaban a sus hijos delante de ellos y no decían, ay mi hijo…porque consideraban que el hijo es de Dios! ¡Y si Dios quiere que tu hijo hacerse mártir, doxa-gloria y gracias a Dios! Es más, le alentaré para que permanezca fiel y confiese dando testimonio de CristoDios, para que se avergüencen los perseguidores y los anticristos. Cuando el diablo encuentra una psique-alma así de tal tipo que no teme la muerte, no puede hacerla nada. Lo peor que te puede hacer es matar, y como no temes la muerte, nada puede hacerte. Dime: “¿A esta psique-alma, este corazón lo intimidará por pérdida de dinero o por tormentos, sufrimientos y exilio de su tierra etc.? Estas cosas son insignificantes para el que está preparado a sacrificar su vida, como dice san Pablo en los Hechos 20,24” (san Juan Crisóstomo)

Entonces, ¿por qué tememos la muerte?

Tememos a la muerte porque vivimos físicamente-carnalmente, estamos esclavizados en el cuerpo. «Cuando un hombre se pone a ocuparse del conocimiento y gobierno del cuerpo, tiene miedo de la muerte”, escribe San Isaac el Sirio. Es decir, cuando el hombre vive corporalmente, sólo le importa la que va a comer y beber, no cansarse, ni sudar y enfermar, la salud física, el bien mayor, según algunos, y ¿quién ha dicho que el mayor bien es la salud física? La salud física para nada es el mayor bien, al contrario, puede ser hasta malo. El mayor bien es el Dios. La salud si no la utilizas correctamente no es buena sino mala. “No vamos a sacrificar todo para nuestra preciosa salud física”, dicen así en forma de broma en Agion Oros Athos. Por tanto, cuando el hombre se queda en este cuidado y régimen del cuerpo y le preocupa sólo el cuerpo, tiempla la muerte. Se le preguntó a un Yérontas/Anciano sabio: “¿Por qué tengo miedo cuando ando en el desierto? Y respondió: “Porque sigues viviendo”. Es decir, no te has mortificado para el mundo, del diablo, del mal de ti mismo, de la filaftía (excesivo a amor a sí mismo y al cuerpo, egolatría), es decir, de los pazos, aún vives carnalmente, por eso tienes miedo/fobos andar en el desierto. Otro hermano preguntó a un Yérontas: ¿Por qué me sobrecoge miedo cuando salgo solo por la noche? Y el Yérontas responde: “Porque la vida del mundo aún tiene mucho valor para ti”. Es decir, aún no te has liberado de la filhidonía-amor al hedonismo y de la avaricia, codicia que constituyen los principales elementos del mundo. Eres esclavo de estos pazos y estimas la vida de este mundo.

¿Cuál es la causa del miedo-φόβος/fobos-temor?

De lo dicho hasta ahora se desprende que la causa del miedo/fobos es la impiedad y la sumisión al pecado, la sumisión y la esclavitud en el cuerpo, en los pazos en general.

«Se va el impío, irreverente, asustado y en pánico «, leemos en los Proverbios 21,1, “sin que haya nadie que lo persiga, (pero le persigue la conciencia). Mientras que el justo imperturbable como un león queda inquebrantable, firme en momentos de peligro, teniendo su convicción y confianza en la justicia y apoyo de Dios.

La ausencia de catarsis de los pazos, la ausencia de la divina Jaris (Gracia, energía increada operativa, porque la hemos recibido por el bautismo pero desgraciadamente no la tenemos activada, energizada), la obediencia al mundo (pecaminoso) y por consiguiente al diablo, ya que “el mundo está bajo el astuto maligno y nos llena de todo tipo de miedo insípido y falso. El hombre que es amigo-esclavo del mundo es un enemigo de Dios y un esclavo de todo tipo de miedo. Por eso san Juan el Sinaita en su libro Escalera, señala: “El que no tiene respeto ni temor a Dios y no aplica ni cumple sus mandamientos, este tiene miedo a todo. El que teme y respeta a CristoDios, es decir, aplica y cumple los logos-mandamientos, éste no tiene miedo a nada. Pero el que aún no ha llegado a temer y respetar a Su Soberano, tiene miedo de todo, hasta su sombra, allí donde no existe miedo”.

¿Cómo se supera el miedo-φόβος/fobos-temor?

De todo lo anterior se desprende que el miedo se supera y se vence por otro miedo/fobos/temor, que es el temor/miedo de Dios, que tiene como pedestal la fe en Dios y en Su Logos. Crees que nuestro Cristo es verdadero Dios y las cosas que dijo no dudas y no dices que puede ser que sean válidas o no. Sus logos son válidos mil por cien y los tengo como guía en mi vida. Qué dice pues el Logos de Dios: “No tengáis miedo-φόβος/fobos-temor a los que matan el cuerpo, mas la psique-alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir la psique-alma y lanzarla junto con el cuerpo en el infierno/gehena” (Mt 10,28). Porque el Señor conocía que tendremos persecuciones, y en concreto persecuciones sangrientas; y aquí en nuestra patria Grecia siempre hemos tenido y en otros pueblos cristianos también.

“Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida presente, tiene poder de echaros en el eterno fuego del infierno; sí, os digo, a éste temed” (Lc 12, 4-5). Sí, señor perseguidor, ¿quieres mi cuerpo?, pues, tómalo, después qué va hacer ya no queda nada más. Es vergüenza de ellos, por eso era vergüenza en los años de la turcocracia-dominio turco, los nuevos Mártires eran la gran vergüenza de los conquistadores, los otomanos. Se reunían Ortodoxos por un lado y otomanos por otro, y seguían la lucha del Nuevo Mártir. ¿Por qué los hacían tantos martirios a los Nuevomártires y no los mataban de golpe una vez? Es porque querían conseguir la negación de la fe en Cristo, y cuando no la conseguían los Ortodoxos aplaudían la victoria. ¡Hemos vencido! ¿Cómo que has vencido, si ha muerto? Exactamente, esta muerte es victoria. Porque no es muerte la muerte que te lleva a la vida eterna. Muerte es la negación, por tanto los Ortodoxos hemos vencido.

¿Si Dios está con nosotros, quién puede estar contra nosotros? (Rom 8,31). Dios está con nosotros, ¿pero nosotros estamos con Él?, allí está el problema.

Porque él (Dios) dijo: No te desampararé, ni te dejaré nunca; de manera que teniendo fe en la Providencia del Señor, podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre” (Heb 13, 5-6).

“No tendré miedo-φόβος/fobos-temor a miríadas de gente del pueblo enemigo que me han rodeado. Levántate, Señor; sálvame, Dios mío; porque tú has destruido a todos mis enemigos, a ellos que se enemistan de mí sin ninguna causa y razón; lo considero ya como un hecho consumado de que los dientes de los perversos quebrantaste, que vienen como bestias salvajes a devorarme” (Sal 3, 7-8).

“Como tengo esperanza en Dios, no tengo miedo de lo que pueda hacerme el hombre” (Sal 55,12)

“Nadie ni nada te asuste. Y si aún los enemigos, demonios y personas irreverentes siguen siendo innumerables, nuestro Defensor es Fortísimo”, (San Juan el Crisóstomo). Algunos tienen miedo a los demonios, a las hechicerías, brujerías. ¿Por qué tienes miedo? ¡Nuestro Defensor es el más fuerte de todos! ¡Es el Dios increado, qué puede hacer la criatura o creación delante su Creador Dios increado!

Del miedo-φόβος/fobos-temor original somos conducidos al temor perfecto de Dios que viene por la agapi-amor incondicional, genuino.

El temor original de Dios, que tiene como pedestal la fe en Dios, en la recompensa eterna, por tanto el infierno eterno conduce a la aplicación y al cumplimiento de los mandamientos-logos. San Juan el Teólogo nos enseña: “El temor al Señor, a causa de nuestra culpa, por la que nos juzgará, en aquel que ama no existe; pero cuando la agapi-amor es perfecta, ella echa fuera del corazón de la psique-alma el temor/miedo que le está infernando. Porque el miedo presupone y condiciona sufrimiento y castigo, a causa de la culpabilidad. Por lo tanto, aquel que tiene miedo a causa de su culpabilidad, está claro que no ha progresado ni se ha perfeccionado en la agapi-amor genuino e incondicional” (1Jn 4,18). Aún no ha arreglado su conciencia, como nos dijo san Juan el Crisóstomo anteriormente, y que el miedo conecta con la culpabilidad y el remordimiento de la conciencia.

El Abad Doroteo tiene una homilía sobre el Divino temor: “La perfecta agapi expulsa el miedo/temor” (1Jn 4,18). Me pregunto, ¿qué quiere señalar con esto el Santo a nosotros? «¿Qué llama agapi-amor y qué miedo/temor? El Profeta dice en el salmo: “Temed al Señor, todos sus santos” (Sal 33, 10) y a otros miles similares que encontramos en las Sagradas Escrituras. Entonces, si los santos que aman tanto al Señor, le temen, ¿cómo dice que, “la agapi-amor expulsa el miedo”? El Santo quiere mostrarnos de que son dos tipos de miedos/temores. Uno es inicial y el otro perfecto. Y uno de los miedos/temores es característico de los principiantes, como diríamos, en la vida espiritual, cuando empiezas temes el infierno y así empiezas. Por tanto hace falta que superes tu pereza espiritual, tu negligencia y acedia, y en esto ayuda el miedo del infierno. Sin embargo el otro miedo/temor es característico de los santos, de los que ya se han perfeccionado espiritualmente, de estos que han alcanzado en la medida de la divina agapi-amor. He aquí lo qué quiero decir:

Uno hace la voluntad de Dios por temor al castigo. Pero éste, como dijimos, aún es totalmente principiante. No lucha por el mismo bien, por agapi a Dios, sino que lucha por miedo a los castigos. Otro hace la voluntad de Dios porque ama realmente a Dios, porque se alegra especialmente por ser su vida agradable a Dios. Este conoce la esencia del bien, este ha saboreado qué significa que uno esté unido con Dios. Este es el que tiene verdadera agapi, la que el santo llama perfecta. Y esta agapi conduce al perfecto miedo/temor. Porque este teme y hace la voluntad de Dios, no por miedo a los castigos, no porque quizás vaya a ser infernado, sino, como exactamente dijimos, el que está unido con el Dios ha saboreado la dulzura que prueba y teme no vaya ser que la pierda, no vaya ser que se prive de esta. Por tanto, este es el temor/miedo perfecto, que proviene de esta agapi, que expulsa el miedo/temor inicial. Por eso dice: “la perfecta agapi-amor expulsa el miedo/temor”. Pero es imposible para uno alcanzar de otra manera al miedo/temor perfecto, sino sólo por el inicial”. Debes empezar por el miedo inicial, no es posible ir directamente a la agapi de Dios. Comienzas por el miedo/temor al infierno, aplicas y cumples los mandamientos, haces la catarsis, te iluminas y después viene la zéosis o santificación, alcanzando el divino eros (amor ardiente). El miedo/temor inicial del infierno nos beneficia para alcanzar las cosas grandiosas.

“Muchas veces” observa san Juan el Crisóstomo, “no podrán las palabras conseguir resultados tan grandes como los que conseguirá el temor/miedo”. Es decir, el miedo/temor al infierno nos regalará la corona del reinado de la Realeza increada celestial.

Sólo el pecado debemos tener miedo de que nos pueda infernar si no nos liberamos de él. Nos enseña la boca de oro (Crisóstomo) de la Iglesia: “El que teme al pecado no temerá ninguna otra cosa ni se asustará jamás, sino que despreciará los bienes de la vida presente y apartará y dejará de lado las aflicciones, tristezas, sufrimientos y las cosas desagradables. Sólo el miedo/temor al pecado mantendrá en su pensamiento. Nada de todo lo demás es tan terrible, para el que tiene temor/miedo al pecado, incluso ni siquiera teme al puntal de los miedos, que es la muerte… Tenemos miedo a la muerte como niños y no tememos el pecado. Los niños pequeños tienen miedo a las máscaras y no tienen miedo al fuego. Y nosotros tenemos miedo a la muerte, que parece a una máscara ridícula y no tenemos miedo al pecado que realmente es una cosa terrible y como fuego que devora nuestra conciencia” (San Juan el Crisóstomo).

Cuando el hombre ama al Señor siente la agapi increada y la providencia-protección de Dios, y entonces no teme a nada.

Dice, San Gregorio el Teólogo: ¿Qué puedes temer cuando has encerrado a Dios en tu interior?

¿Puedes encerrar en tu interior a Dios? Por supuesto que sí. Lo dijo el mismo Señor: predicad y cumplid los logos-mandamientos que os he dado y yo vendré en vuestro interior y habitaré junto con el Padre y naturalmente con el Espíritu Santo; porque las tres Hipostasis-Personas son inseparables. ¡Si tienes a Dios en tu interior, qué miedos puedes tener, ninguno!

El Dios que nos ama mucho, nos tiene en Su nus-espíritu en cada momento y nos protege. Tenemos que entender eso y no tener miedo de nada (San Porfirio el Kafsokalivita, Athos). El santo decía estas cosas porque amaba a Dios, sentía y vivía estas cosas que decía, la providencia y la agapi de Dios. Decía que esto debemos entenderlo muy bien y no tener miedo a nada. Cuántas personas hoy en día corren a los “psiquiatras”, toman pastillas para que se marchen las fobias, y desgraciadamente así no se van las fobias.

Y decía el santo a una persona que tenía fobias: A veces vienen y tienes fobias, como me dices, porque no amas mucho a Cristo. Quiero que ames a Cristo, que lo es todo, y entonces en todo y a dónde quiera que estés, no tendrás miedo a nada… (San Porfirio el Kafsokalivita, Athos).

Cuanto más amamos a Dios tanto más sentimos Su Divina Protección. Cuanto Le tememos, es decir, Le respetamos, tanto más aplicamos y cumplimos Sus mandamientos-logos y nos unimos con Él y no tenemos miedo a nada, porque no tenemos culpabilidades y remordimientos de conciencia. La conciencia con culpas, en el hombre sin metania ni arrepentimiento, en el hombre desarreglado, tiempla hasta su sombra y se llena de fobias, inquietudes e inseguridades.

Dice san Paísios el Athonita, el Dios economizó de tal manera que el lobo tenga miedo de un cachorrito. Y esto se hace porque el cacharrito tiene derechos en su casa, guarda su casa y puede ladrar así como pueda gab-gab y así el lobo tenga miedo al cachorrito. Porque de alguna manera el lobo tiene conciencia de culpabilidad, piensa que este lugar no es mío, por tanto tiene derecho y razón el cachorrito. Cómo no el hombre que va hacer el mal delante del otro hombre que tiene a Cristo en su interior. Ellos tiemplan, no nosotros, ellos los anticristos tiemplan, que lo sepan bien esto, por eso cada día nos aterrorizan porque los mismos tiemplan; tiemplan de nosotros, de nuestra reacción. ¡Mantengámonos en alerta, en guardia, no dormidos! ¿Por qué nos mantienen en este ambiente del terror cada día, con los telediarios del terror? Porque saben que si estás aterrorizado, después sucumbes en tus pazos. Lo que te digan, después lo haces. Por eso sólo a Dios debemos temer como dice san Paísios, no a los hombres por muy fuertes y poder que tengan según el mundo, por muy malos y perversos que sean etc…

“En la vida espiritual incluso hasta el más cobarde puede adquirir mucha hombría si confía el sí mismo en Cristo, a la ayuda Divina. Puede ir a la primera línea a combatir y ganar. Mientras que los pobrecitos hombres que quieren hacer el mal, aunque tengan valor y hombría tienen miedo, porque sienten sus culpabilidades y sólo en sus barbaries se apoyan. Por eso veis lo qué hacen lo jihadistas toman esta pastilla para que no sientan lo qué hacen y así hacen lo que sea, porque quieren pisotear la conciencia de culpabilidad que les hace templar; saben que son culpables, no hacen lo correcto. El hombre y la mujer de Dios tienen dinamis potencias y energías Divinas, y tienen también la justicia por su parte. O sea, que tienen a favor suyo a Dios, a los ángeles y la justicia o razón, todo está a favor nuestro. Ves un cachorrito hace “gav-gab” y el lobo se asusta y por el miedo se va porque se siente culpable. ¡El Dios economizó y el lobo tenga miedo de un cachorrito, por eso eñ cachorro tiene derechos en la casa del dueño, como no el hombre que está tratando de hacer el mal delante del hombre que tiene a Cristo en su interior! Por eso sólo a Dios tenemos que temer, no a los hombres por muy malos que sean. El temor/miedo a Dios hasta al más cobarde le convierte en valiente. Cuando uno se va uniendo más con el Dios tanto más no teme a nada” (san Paísios el Aghiorita).

La cobardía-el miedo infantil, también necesita una hombría y valor para ser superada.

¡El miedo desaparece por la hombría, valentía! Cuando más miedo tiene uno, tanto más viene la tentación. Acordaos lo que dice san Gregorio el Teólogo: “lo que temes esto te sucede”. No es una cosa buena el miedo/fobos, es una emoción demoníaca. El que tiene cobardía debe intentar expulsarla. Yo cuando era joven en Kónitsa, dice san Paisios, tenía miedo pasar afuera del cementerio. Y hoy en día cuántas personas cristianas tienen miedo sobre todo de noche, por no decir los musulmanes que tiemplan pasar por un cementerio; exactamente porque no tienen nada de jaris, nada de temor a Dios. Por eso dormí tres noches en el cementerio, dice san Paisio y se marchó el miedo. Me santiguaba y entraba dentro en el cementerio, ni siquiera encendía la linterna, no vaya ser que alguno se asuste y se haga daño. Si uno no lucha para edificarse y fortalecerse y no adquiere la agapi real, en un momento difícil llorarán por él hasta los búhos, (san Paísio el Ahiorita). El Señor intenta a enseñarnos el temor divino a través de situaciones creadas, por fenómenos naturales, seísmos etc.

Hasta los animales salvajes no enseñan a superar los falsos miedos y encontrar el temor a Dios. Ves en los lugares cálidos que son personas salvajes, allí hay animales salvajes, grandes bestias, boas, elefantes, etc., para forzar (por miedo) a la gente a buscar y pedir ayuda de Dios, a recurrir a Dios para que se vaya el salvajismo de ellos y encuentren su orientación. ¿De otra manera, qué podría frenar a esta gente? Todo lo que Dios ha hecho tiene algún sentido y significado… (san Paisios el Aghiorita)

También existe la a-fobia (osadía, temeridad, sin miedo) que nace a causa de la necrosis de la psique-alma. Que Dios nos guarde de esta a-fobia. El Señor puede sacarnos y salvarnos de esto.

Hay algunos hombres que no tienen ninguna relación con Dios, blasfeman, insultan, y dicen: mira que valiente y fuerte es este, no tiene miedo a nada. Esta a-fobia es demoníaca y nace de la necrosis de la psique-alma.

Dice san Juan el Clímaco en la Escalera dice que “todos los que tienen miedo son vanagloriosos, están vacíos, pero todos los que no tienen miedo no significa que sean humildes, ya que los bandidos no sucumben fácilmente a la cobardía. El que no tiene miedo, está lleno de agapi-amor o está muerto psíquicamente.” ¡He aquí diagnosis y terapia por san Juan Clímaco! ¿Por qué tienes miedo? Porque eres vanaglorioso. Piensas, quizá el otro no me ama, no me estima, quizás piensa mal de mí, quizá me hace magia, quizás me toma el pelo o no le gusto, tengo miedo hacer algo que le entristezca; todo esto es vanagloria, filaftía-egolatría es terrible este pazos, y crea miedo/fobos, de esto tememos todos, de nuestra imagen qué van a decir, no vaya ser que demos una imagen-icona mala, ¡nuestra famosa imagen-icona!

Ahora el diablo por el bozal-mascarilla a causa del falso-corona-virus nos ha hecho imagen-icona bonita, todos enojados, cabreados todos con tapabocas, bozales pero no a todos gracias a Dios.

Pero como dice antes el santo, todos los que no tienen miedo no significa que son humildes, existe también la a-fobia demoníaca, ya que los bandidos no sucumben fácilmente a la cobardía, porque tienen el espíritu demoníaco en sus interiores.

El que no tiene miedo/temor, dos cosas suceden: está pleno de agapi a CristoDios o está mortificado psíquicamente; cosa terrible “psiques muertas” desgraciadamente tenemos muchas psiques-almas muertas, cadáveres andantes y parecen firmes, bien plantados, seguros de sí mismos, se dice personalidades potentes, poderosas, en realidad personalidades demoníacas.

¿Cómo se adquiere y cómo se pierde el temor de Dios, por lo que nos llenamos de cualquier otro tipo de miedo?

Si perdemos el miedo/temor a Dios nos llenamos de todo tipo de miedos. Enseña el abad Dorotheo: “Los santos Padres dijeron que el hombre adquiere el temor/miedo a Dios:

1) Por la memoria continua de la muerte y de los castigos eternos; Lo veis, mucha gente dice, muerte, ay qué dices, toca madera, empiezan los malfarios supersticiosos, no hables nunca de la muerte, sólo de bautizos, bodas y banquetes tienes que hablar. He aquí que hace falta la muerte, el recuerdo, su memoria, porque te libera del miedo de la muerte y de todo tipo de muerte; por tanto el temor a Dios se adquiere por la continua memoria de la muerte y de los castigos eternos.

2) El temor a Dios se adquiere investigando y examinando el hombre a sí mismo cada noche cómo ha pasado el día y cada mañana cómo ha pasado la noche. Mirad son cosas sencillas y muy prácticas, esto dice que te trae el temor a Dios; ¿por qué?, porque te pone delante de tus culpabilidades, delante de tus responsabilidades y así dices: voy hacer un inventario moral y general lo que hice desde por la mañana, cómo he actuado, si he orado, cómo he hablado y comportado con el prójimo, si he tenido resentimientos, ira, odio etc… estás frente a tus culpabilidades y dices: Dios mío, perdóname, CristoDios eleisonme, soy muy pecador, ayúdame que no me vaya hacia el infierno, te lo ruego Señor… Así adquieres el temor a Dios porque en cada momento piensas en tus caídas, tus pecados y el infierno eterno. Así que por la noche y por la mañana debes examinarte y analizarte.

3) Por no tener παρρησία parrisía lenguaje descaro, desorbitado, desvergüenza; por vivir con otra persona que realmente teme a Dios. Porque se dice que un hermano preguntó a un Yérontas-Anciano sabio: ¿Qué hago páter para tener temor a Dios? Y el Yérontas le dice: ve a vivir con alguien que tiene temor/miedo a Dios, y mientras aquel estará viviendo el temor a Dios, tú también aprenderás también como a temer a Dios.

Y el temor a Dios le expulsamos lejos de nosotros haciendo todas estas cosas contrarias que hemos referido; es decir, por no tener memoria de la muerte y de los castigos, por no tener cuidado de nosotros mismos, por no examinarnos cómo hemos pasado, sino vivir con indiferencia y relacionarse con varias personas indiferentes espiritualmente, y teniendo παρρησία parrisía lenguaje descaro, desvergüenza. Esto es lo peor de todo. Esto es la desaparición perfecta. ¿Porqué, qué otra cosa peor expulsa lejos el temor a Dios, como es la παρρησία parrisía lenguaje descaro, desvergüenza? Por eso cuando preguntaron a Abad Agathon sobre la παρρησία parrisía, dijo que se parece a una gran ola de calor que cuando venga, todos corren a esconderse, y destruye también los frutos de los árboles…

Y la παρρησία parrisía lenguaje descaro, desvergüenza se expresa de muchas maneras, con palabras, con el tacto y con la vista. Uno llega a la παρρησία parrisía por la charlatanería, por hablar de cosas mundanas y hacer bromas provocando risas obscenas e indecentes. La παρρησία parrisía es tocar a alguien sin que haya necesidad, el estirar tu mano a alguien para hacer bromas, empujarle o arrebatarle algo y el mirar alguien con descaro. Todas estas cosas las genera la παρρησία parrisía lenguaje descaro, desvergüenza. Todas estas cosas se hacen porque en la psique no hay temor a Dios. Y de todas estas cosas uno poco a poco llega también al perfecto desprecio. Por eso cuando el Dios entregaba los mandamientos de la ley, decía: “Haced piadosos a los hijos de Israel” (Lev 15,31). Porque sin la piedad a Dios, uno no respeta ni honra ni siquiera al mismo Dios, ni pone atención, aunque sea por una vez, a cualquier mandamiento. Por esto no hay nada más dañino que la παρρησία parrisía lenguaje descaro, desvergüenza Por eso es la madre de todos los pazos, porque aleja la piedad, la devoción, expulsa el temor a Dios y da a luz al desprecio y a la penumbra.

Como tenéis παρρησία parrisía lenguaje descaro, desvergüenza entre vosotros, por eso tampoco tenéis respeto y habláis mal y os herís el uno con el otro. Y si uno ve algo que no beneficia, va, lo habla y lo pone en el corazón del otro hermano. Y así no sólo se perjudica este, sino que perjudica también al hermano, poniéndole en su corazón la semilla mortífera del mal. Y mientras muchas veces tiene su nus-espíritu y mente atentos en la oración o en cualquier otra cosa, va el otro y le da un tema para ocuparse, y no sólo le impide su beneficio espiritual, sino que le trae también tentación. Y no hay nada más duro y catastrófico que uno haga mal, no sólo a sí mismo, sino también a los demás.

Por tanto, hermanos míos, tengamos fe, piedad, devoción y tengamos miedo de la destrucción y catástrofe nuestra y de los demás. Que honremos y respetemos el uno al otro y tengamos cuidado de modo que no levantemos y clavemos los ojos a las caras de los demás. Porque esto también es una especie de παρρησία parrisía descaro, desvergüenza, dijo un Yérontas/Anciano sabio.

En conclusión:

El miedo-φόβος/fobos-temor se supera por el temor a Dios. Este nos conduce a la agapi-amor incondicional, a la agapi hacia Dios y a la agapi hacia al prójimo. Por la agapi superamos el temor de la muerte, del infierno, del diablo y de toda creación y situación.

San Juan el Clímaco dice: La cantidad de la agapi que falta, tanta es la cantidad del miedo que existe. Cuando más amamos a Dios y aplicamos y cumplimos Sus mandamientos, tanto menos miedo a la muerte tenemos, más bien la deseamos, ya que nos llevará en nuestro amado Señor, a Quien en Su reinado de la Realeza increada Le estaremos experimentando y viviendo con más claridad.

A nuestro Dios Tríadico pertenece la doxa-gloria ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amín.

Archimandrita y médico Sabas el Aghiorita. https://www.youtube.com/watch?v=Zc5C4dDEwXA 

Traducción Χρῆστος Χρυσούλας (Jristos Jrisulas) www.logosortodoxo.com

https://www.logosortodoxo.com/psicoterapia-ortodoxa/la-superacion-del-miedo-φοβοσ-fobos-temor/

Δεν υπάρχουν σχόλια:

ΤΕΣΣΕΡΙΣ ΧΡΗΣΙΜΕΣ ΟΔΗΓΙΕΣ

1.Μπορεῖτε νά δεῖτε τίς προηγούμενες δημοσιεύσεις τοῦ ἱστολογίου μας πατώντας τό: Παλαιότερες ἀναρτήσεις (δεῖτε δεξιά)

2.Καλλίτερη θέαση τοῦ ἱστολογίου μέ τό Mozilla.

3.Ἐπιτρέπεται ἡ ἀναδημοσίευση τῶν ἀναρτήσεων μέ τήν προϋπόθεση ἀναγραφῆς τῆς πηγῆς

4.Ἐπικοινωνία:
Kyria.theotokos@gmail.com .
Γιά ἐνημέρωση μέσῳ ἠλεκτρονικοῦ ταχυδρομείου στεῖλτε μας τό e- mail σας στό
Kyria.theotokos@gmail.com .
Home of the Greek Bible