ΠΑΝΑΓΙΑ
PANAYÍA
PADRE
GEORGIOS KAPSANIS KATHIGUMENOS DEL MONASTERIO SAN GREGORIO DE LA
SANTA MONTAÑA ATHOS
Θεοτόκος
Zeotocos la que alumbró (parió), dio
a luz a Dios. El término Zeotocos atribuye con exactitud la forma
que la Panayía (Todasanta) Virgen María co-energizó y cooperó al
Misterio de la encarnación de Dios Logos. El Jesús Cristo, que
nació de la Panayía Virgen, es el Hijo y Logos de Dios (o sea el
verdadero Dios) que se hizo hombre para nuestra sanación y salvación
y no un teóforo (portador de Dios) o deificado hombre.
San
Juan el Damasceno dice: “Verdaderamente y justamente la llamamos
Zeotocos a la Santa María, porque este nombre constituye todo el
Misterio de la economía. Y San Gregorio el Teólogo: “Si alguien
no confiesa Zeotocos, la Santa Virgen, está sin deidad”.
El
término Zeotocos fue reconocido oficialmente en el 3ª Sínodo en
Efeso. Según San Gregorio Palamás la Zeotocos María contiene “es
la primera después de la Santa Trinidad” y es “la frontera, el
límite entre lo creado e increado”. Este gran honor se debe a que
se hizo digna ella sola en todos los siglos hacerse Madre de Dios.
Homilía
en la festividad del nacimiento de la Santa Madre María,
(Septiembre
2003, en el comedor del Monasterio)
Oímos
hoy los santos psalmos que se psalmodiaron. El nacimiento de la
Παναγία Panayía
Todasanta, es un asunto de alegría universal y por supuesto para los
criterios del mundo que está alejado de Dios esto es incomprensible.
Pero para nosotros que por la Χάρις
Jaris (gracia
energía increada) de Dios creemos en el Dios Trinitario y en el
Logos de Dios hecho hombre “encarnado”, es muy fácil de
comprender realmente que el nacimiento de nuestra Παναγία
Panayía
es y debe ser un asunto sublime de alegría universal, sobre todo
para la Iglesia. De matriz estéril, de mujer mayor estéril nació
la Señora Θεοτόκος
Zeotokos. ¡Milagro! no podía en esta edad
una mujer parir una hija. La economía de Dios resolvió la
esterilidad de Santa Ana, pero todavía más, solucionó la
esterilidad de la fisis (natura) humana. Porque la fisis humana
después de su separación de Dios se convirtió en estéril
espiritualmente, los hombres tenían hijos pero no podían dar a luz
a Dios en su interior. Por eso la fisis humana estaba estéril. Se
debía pues resolver la esterilidad humana. Que se encontrara por
fin, una existencia, una psique-alma, una mujer que pudiese dar a luz
a Dios, así se resolvería la esterilidad de la fisis humana, para
que pueda la naturaleza humana convertirse en Θεοτόκος
Zeotokos. Esto se hizo a través de la
Señora Zeotocos,
nuestra Παναγία
Panayía,
la que nació de madre estéril, para resolver no sólo la
esterilidad de su madre sino también la de la naturaleza humana.
Mirad que mega (magno) milagro, la naturaleza humana por la Zeotocos
hizo nacer a Dios. Es lo único nuevo bajo el sol, no hay otro
misterio en el mundo, sin precedentes, irrepetible y único. Milagro
de milagros es el que se hizo por la Zeotocos,
el nacimiento de Dios por la Ella. Tal y como psalmodea nuestra
Iglesia, el vientre de la Santa Zeotocos
se convirtió en laboratorio de la inefable unión de las dos
fisis-natura, estas dos naturalezas la divina y humana se unieron
dentro del vientre de la Santa Zeotocos y así esta humilde hija de
Nazaret María, dio a luz a Dios. ¿Qué seríamos si no hubiera
nacido el Dios? ¿Qué seríamos si no existiera nuestra Panayía
que tenga la capacidad, el poder y la santidad, la Jaris
increada que sólo ella tuvo entre todas las generaciones, para poder
traer a Dios al mundo. Y ahora, una vez que se resolvió la
esterilidad de la fisis humana por la Zeotocos,
puede cada hombre que cree en Cristo no quedarse estéril
espiritualmente, sino que por Cristo convertirse él también fértil,
fecundo, para que vaya naciendo el Dios en su interior, es decir, que
sea Cristotocos. Hacer nacer de alguna manera en su interior a Cristo
y que esté unido con Él y que este sea el destino y finalidad de
cada hombre. Nuestra Panayía
nos abrió el camino para que nos convirtamos fértiles en Cristo.
Tanto si tenemos hijos carnales como si no, si somos monjes o
cósmicos-mundanos, porque en el mundo no es mundano el cristiano que
está en él, si es hombre de Dios, sino aquellos que tienen el
espíritu mundano. Porque los cristianos que viven en el mundo son
Cristoforos (portadores de la luz de Cristo). Entonces aquí vemos la
responsabilidad que tenemos todos nosotros, cómo podremos cada
minuto de nuestra vida engendrar a Cristo en nuestro interior. Y en
esto la Panayía
la primera que parió a Cristo nos ayuda a que seamos Cristoforos. Si
nosotros no hacemos esto somos también estériles como Santa Ana
antes del nacimiento de la Panayía.
Sufrían Santa Ana y San Joaquín, tenían dolor porque no podían
tener hijos, como cada matrimonio piadoso Israelita que no tenía
hijos, sufría porque esperaban por si acaso de algún hijo suyo
saliera el Mesías. No esperaban simplemente que el descendiente
fuese un pariente del Mesías, sino el mismo Mesías, el mismo Dios.
Así pues nuestra Santa Madre de Dios abre nuestro camino, nos ayuda
con sus oraciones y con su participación que tiene de Dios, mientras
nosotros con fe y devoción la imploramos para que podamos ser
capaces y dignos de engendrar-parir en nosotros a Cristo. Y esto lo
hacían todos los Santos de nuestra Fe y primero los Santos Apóstoles
que eran fértiles, parían a Cristo en su interior y lo engendraban
también a los hombres. Basta que recordemos cuantas veces el Gran
Apóstol de las Naciones, el iluminador de los Elenos y de todo el
mundo, Pablo, habla de la residencia de Cristo en su interior, de
forma que dice: “ya no vivo yo en mi interior, sino Cristo” (Gal
2,20). Así es cada hombre creyente, luchando siente que Cristo
habita en su interior y no vive una vida antrópina (humana) sino
Zeantrópina (Divino-humana) teniendo a Cristo en su corazón.
Rogamos a nuestra Panayía, nos alumbre a todos cada día a resolver
nuestra esterilidad espiritual y que nos convirtamos fértiles en
Cristo. Particularmente aquí en la Santa Montaña Athos el jardín
de la Panayía
sentimos siempre mucha alegría cuando festejamos Sus Santas fiestas.
Porque sabemos todos que la Panayía
es la Madre de todos los Cristianos y de la Iglesia. Es la Madre
también aquí de nosotros humildes e inmerecidos monjes que con su
protección, bendición, invitación e iluminación vivimos y
existimos en la Santa Montaña, porque si no existiera la Panayía
la Santa Montaña no existiría ni nosotros estaríamos aquí, por
eso agradecemos siempre la Panayía.
Nos ha traído aquí en su Jardín, por esta causa le rogamos,
también que nos haga dignos de complacerla, no amargarla ni con el
más mínimo pecado si es posible y que estemos siempre en su cariño
maternal, reposo (espiritual), bendición y Jaris
(gracia, energía increada).. Deseamos
a todos abundante iluminación del Santísimo Espíritu por la
mediación y protección de la Señora
ΘΕΟΤΟΚΟΣ-ZEOTOKOS!
Amén.
Traducido por: χΧ
jJ www.logosortodoxo.com
(en español)
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