Πατερική
Θεολογία
Πρωτοπρ.
Ιωάννου Σ. Ρωμανίδου (+)
Καθηγητού Πανεπιστημίου
Επιμέλεια
– Σχόλια: Μοναχού Δαμασκηνού Αγιορείτου
Μέρος
Πρώτον: Στοιχεία Ορθοδόξου ανθρωπολογίας
και Θεολογίας
TEOLOGÍA PATRÍSTICA
Protopresbítero Juan
Romanidis, catedrático de la Universidad
Supervisión y
comentarios: Monje Damasceno, Aghiorita
Primera parte:
elementos de la antropología y la Teología.
Por
Yanis Romanidis, Catedrático de Universidad y sacerdote
Elenortodoxo. El distinguido didáscalos de Universidad, el Padre
Ioanis con el don de discernimiento nos ofreció una dogmática de
“otra especie”. Este libro está escrito para el pueblo Eleno
pero creo que es interesante para todos los Ortodoxos y para
cualquier hombre buscador de la verdad con libre buena voluntad.
Tanto han calado y revolucionado sus logos y sus mensajes que en el
mundo de la Universidad se llega hablar de una época de antes y
después del Romanidis. Sus logos son “cáusticos” candentes,
ardientes y tenemos la convicción que operarán, energetizarán
terapéuticamente. Esta enseñanza se forjó y se entregó en la
Universidad de Aristóteles en Salónica el primer semestre del año
Universitario en 1983. Los escritos y discursos grabados, se han
recopilado por el monje Damaskinós de la Santa Montaña de Athos. El
Padre Yanis o Juan desde el tercer mes de su nacimiento sus padres
fueron a Estados Unidos donde creció y estudió.
ÍNDICE
Primera
parte
1.
Qué es el νούς (nus) del hombre.
2
¿Quién es el psicópata, según los Padres de la Iglesia.
3.
Sobre la divergencia y depravación del Cristianismo Occidental de la
conducta ética y moral Ortodoxa
4.
Qué es la Ortodoxia.
5.
El propósito o fin social de la Ortodoxia
6.
Cuál la condición de reconciliación con Dios.
7.
Sobre el significado del dogma
8.
Sobre la caída de Adán.
9.
Cuál es la esencia de nuestra Tradición Ortodoxa.
10.
La Ortodoxia no es una religión.
11.
Quienes son teólogos de la Iglesia.
12. Sobre la oración noerá o del
corazón.
Continuaremos
con más capítulos traducidos.
1. Qué es el ΝΟΥΣ
(nus) del hombre
La
terapia de la ψυχή
(psijí) psique, alma del
hombre es la principal preocupación de la Iglesia Ortodoxa. La
Iglesia siempre sanaba y cura “psicoterapia” en la ψυχή
(psijí). Había comprobado
desde la tradición Hebrea y del mismo Cristo y los Apóstoles que en
el lugar del corazón natural del hombre funciona algo que los Padres
lo llamaron “νοῦς nus”. Tomaron el nus tradicional
que significa “διάνοια” (diania, dianús, mente,
intelecto o cerebro) y logos e hicieron una diferenciación. Llamaron
nus a esta energía noerá, la cual funciona en el corazón
del hombre sano psíquicamente. No conocemos cuando se hizo esta
modificación, porque ocurre que algunos Padres llaman con la misma
palabra nus también a la lógica, pero también a la noerá
energía cuando ella baja y opera al espacio del corazón.
Entonces
desde esta perspectiva la noerá energía del nus es
una y única energía de la psique, la cual en el enkéfalos
(cerebro) funciona como lógica, pero la misma funciona a la vez en
el corazón como nus. O sea, el mismo instrumento (órgano)
nus ora incesantemente en el corazón, se entiende en los que
tienen oración incesante en el corazón, y a la vez piensa por
ejemplo en problemas matemáticos o cualquier otra cosa en el
cerebro.
Debemos
decir que esto que el Apóstol Pablo llama nus, se identifica
con eso que los Padres llaman diania, es una diferencia en la
terminología. Cuando el Apóstol Pablo dice “oraré con el
espíritu” (1ªCor. 14,15), comprende esto que dicen los Padres
“oraré con el nus” y cuando dice “oraré con el nus”
(1ªCor. 14,15), se refiere a la diania (mente, intelecto o
cerebro). El nombre “nus” de los Padres no es el nus del
Apóstol Pablo, sino su espíritu (el humano no el divino). Cuando
dice “oraré con el nus y el espíritu, o psalmodiaré con
el nus y el espíritu” (1ªCor. 14,15), y cuando dice “el
Espíritu de Dios co-testifica nuestro espíritu” (Rom 8,16), con
la palabra espíritu se refiere a esto que los Padres llaman nus
y con la palabra nus da a entender la diania, la lógica de la
mente.
En su
expresión “el Espíritu de Dios co-testifica a nuestro espíritu”
(Rom 8,16), habla para dos espíritus: Para el Espíritu de Dios y el
humano. Este espíritu humano, por una extraña evolución en la
época de San Macario el Egipcio pasó a llamarse nus y sólo los
nombres logos y diania quedaron y se refieren a la lógica del
hombre. Así se identificó el “νοῦς nus” con “πνεῦμα
pnevma, espíritu” o sea el corazón (como esencia). Porque
el sitio del espíritu del hombre está en el corazón según San
Pablo. (Corazón no el físico sino el centro psicosomático de su
existencia, donde llega la respiración).
Quiere
decir que el Espíritu de Dios habla en nuestro espíritu, el Dios
habla en nuestro corazón con la Jaris la energía increada del
Espíritu Santo, (Filocalía tomo 4º pág.-281). San Gregorio
Palamás, en el segundo logos sobre los Santos Hisijastas, cita que
el “corazón” es el soberano hegemónico de toda nuestra
existencia, allí está el nus y todos los loyismí de la psique.
Aquí San Gregorio con el término corazón no se refiere al corazón
físico sino el profundo corazón (psicosomático), mientras que con
el término nus no da a entender la diania (mente, intelecto), sino
la noerá energía del corazón, la que emana de la sustancia o
esencia del nus o sea del corazón. Los términos corazón y nus como
sustancia se identifican. Por eso añade San Gregorio: El nus es lo
más interior, el cuerpo profundísimo de nuestro cuerpo, o sea el
corazón. Con estos se identifica también el término espíritu, el
humano. (Filocalía t.4ºpág. 282.)
Así
adoración, culto con la lógica (de la diania o mente), se hace
según san Pablo con el nus (o sea, con la diania, la
lógica), mientras que la oración noerá o de corazón, se
hace con el espíritu, que es oración espiritual o noerá, es
decir, la oración del corazón. (El hombre tiene dos centros
gnósticos o de conocimiento. Uno es el nus que es el órgano,
instrumento adecuado para recibir la apocalipsis, (revelación) de
Dios, la que a continuación se formula con la lógica, y el otro es
la lógica (razón) que conoce el mundo sensible, visible que nos
rodea, nos dice Ieroteo Vlajos). Así esto que dice el Apóstol
Pablo: “pero en la Iglesia quiero hablar cinco palabras con mi nus
(se refiere a la diania, mente, cerebro) para instruir a otros
y no miles de palabras con la lengua” (1ª Cor. 14,19), significa
que prefería decirles cinco logos o palabras para catequizar a los
demás, en vez de orar con el nus. Esto que dice el Apóstol Pablo se
interpreta por algunos monjes de que el Apóstol habló para la
oración de Jesús, es decir, “Kirie Jesús Cristo eleisón me”
que se constituye de cinco palabras. Pero aquí el Apóstol Pablo
habla con palabras catequizando a los demás. Porque ¿cómo se puede
hacer catequesis con oración noerá, si la oración noerá
del hombre es interior y los demás alrededor de él no oyen nada?
Pero la catequesis se hace con culto, enseñanza y adoración lógica.
Enseñamos y hablamos mediante la lógica que es la comunicación
habitual entre los hombres.
Pero
comunicación entre sí tienen también los que tienen la noerá
oración dentro en su corazón. Es decir, que pueden sentarse juntos
y comunicarse con el otro noerós (espiritualmente) sin que
hablen, o sea, que entre ellos hay comunicación espiritual. Esto
naturalmente ocurre en ellos aún desde lejos. Y estos también
tienen el χάρισμα
(járisma)
carisma, don, de perspicacia clarividencia y premonición. Con
el de perspicacia buscan y rastrean las huellas de los pecados de
cada hombre, mientras tanto que con sus pensamientos, me refiero al
de prever, ven y hablan de cosas y hechos futuros. Realmente existen
este tipo de hombres carismáticos y si los visitáis y os confesáis
con ellos, saben todo lo que habéis hecho en vuestra vida antes que
abráis la boca para contárselo.
(Léete también en nuestro el blog
www.logosortodoxo.com
“El uso de la noerá
energía y de la energía lógica del hombre”, según San Gregorio
Palamás)
2.
Ποιός εἶναι «ψυχοπαθής», κατά τούς
Πατέρες τῆς Ἐκκλησίας
2 ¿Quién es el
“psicópata”, según los Padres de la Iglesia.
Toda persona es un
psicópata, según los Padres de la Iglesia. Cada persona es
psicópata en el sentido Patrístico de la palabra. No es necesario
que uno sea esquizofrénico para ser psicópata. El término
“ψυχοπάθεια psijopacia”, psicopatía en el
aspecto Patrístico, es que esta enfermedad está en aquel hombre que
en su interior no funciona correctamente la energía de su nus. Es
decir, del hombre que está lleno de loyismí (pensamientos simples o
compuestos con la fantasía, ideas, o reflexiones), no sólo malos,
sino “buenos” también.
Aquel
que tiene los loyismí, buenos y malos dentro de su corazón será
considerado por parte Patrístico como un psicópata. Aunque estos
loyismí sean éticos, los más éticos, o no éticos, inmorales o
cualquier otra cosa. Es decir, según los Padres de la Iglesia, aquél
que no ha pasado por la catarsis (sanación) de la ψυχή (psijí
psique, alma) de los pazos y no ha llegado al estado de la
iluminación por la Jaris (energía increada) del Espíritu
Santo, es un psicópata. Pero no en el sentido de la Psiquiatría. El
psicópata para el psiquiatra es otra cosa. Es aquel que padece de
psicosis, es el esquizofrénico. Pero para la Ortodoxia uno que no ha
pasado por la catarsis de su psique de los pazos y no ha llegado a la
iluminación ¿es normal o no es normal? Este es el caso.
¿Quién
es el Cristiano Ortodoxo normal en la tradición Patrística? Si
querréis verlo esto claramente leed el oficio del Santo Bautismo y
de la Santa Mirra que se celebra en el Patriarcado de
Konstantinópolis (Constantinopla) el Jueves Santo, leed el oficio de
la inauguración de los santos Templos. Allí veréis que significa
naós (templo) del Espíritu Santo, allí veréis quién es el
iluminado.9
Todos
los oficios o misas como también la tradición ascética de la
Iglesia, se refieren principalmente en los tres estados espirituales:
a) la catarsis de los pazos en la psique y del cuerpo, b) la
iluminación del nus del hombre por la Jaris, la increada
energía del Espíritu Santo y c) la zéosis o glorificación
de la psique y del cuerpo del hombre. Principalmente hablan de la
catarsis y de la iluminación, porque los oficios de la Iglesia son
expresiones del culto lógico. ¿Entonces el Ortodoxo normal quién
es? ¿El bautizado y no “catartizado”, sanado ni iluminado o el
catartizado, sanado e iluminado? Naturalmente el último, este es el
Ortodoxo normal.
¿Entonces
en qué se distinguen los ortodoxos normales de los otros ortodoxos?
¿En el dogma? Claro que no. Tomemos a los Ortodoxos en general.
Entre ellos tienen el mismo dogma, la misma tradición y el mismo
culto común. Dentro en un templo sagrado puede que estén, por
ejemplo, trescientos Ortodoxos. De ellos sólo cinco puede que estén
en estado de iluminación, los otros puede que no estén. Sin embargo
los otros, puede que no tengan ni idea de lo que es la catarsis.
Entonces se hace la pregunta: ¿Los Cristianos Ortodoxos normales,
entre ellos, cuántos son? Desgraciadamente sólo son los cinco.
Pero la
catarsis y la iluminación son estados concretos de terapia, que se
pueden averiguar y verificar por Yérontas, padres experimentados e
iluminados guías espirituales. Entonces aquí tenemos criterios
claros y ciertos que son terapéuticos, medicinales. O si acaso ¿no
son criterios claramente medicinales? Si el nus es un órgano
fisiológico de cada hombre, porque no sólo los Elenos o los
Ortodoxos tienen nus, sino también los Musulmanes, Budistas y todo
el mundo; entonces todo el mundo tiene la misma necesidad de catarsis
(sanación) e iluminación. La terapia instructiva es una. ¿Existen
muchas terapias instructivas para esta enfermedad, y es realmente
enfermedad o no? 10
9.
«… La
agapi (amor
desinteresado) hacia
los enemigos
constituye el
criterio infalible
de la
verdad y la
universalidad de la Iglesia. En la
enseñanza
de san
Siluán
y del
Yérontas
Sofronio, los hombres no se distinguen en amigos y
enemigos o buenos y malos, sino en conocedores y no conocedores de
Dios. Allí donde
se reconocen
enemigos, significa
que se ha
desechado parte del cuerpo de la humanidad y se falsifica la
universalidad. La aplicación
y el
cumplimiento del
mandamiento de la agapi hacia los enemigos, significa que el hombre
abarca y abraza todos los hombres, y que se convierte en universal.
Y al nivel eclesiástico la agapi hacia los enemigos constituye el
criterio que confirma la universalidad. Verdadera Iglesia es aquella
que mantiene viva la agapi hacia los enemigos. Esta afirmación es
trascendental y muy oportuna en nuestra época.
(Teología
del Yérontas
Sofronio, por
Zacarias Zacaru).
10.
La palabra
Occidental aquí
no tiene
sentido geográfico,
sino cultural
y religioso
y significa
la tradición
Occidental, Papista y Protestante, religiosa y cultural.
Περί
τῆς
ἀποκλίσεως
τῆς
δυτικῆς
Χριστιανοσύνης
ἀπό
τό
Ὀρθόδοξο
ἦθος
3. Sobre la
divergencia, caída y depravación del Cristianismo Occidental de la
conducta ética Ortodoxa.
En
estos temas los Ortodoxos actuales tienen dificultad de contestar,
porque actualmente se han alejado de ésta tradición, ya no piensan
en los contextos de enfermedad, sanación y terapia. No consideran la
Ortodoxia como una “instrucción terapéutica, sanadora”, aunque
todas las bendiciones y oraciones de la
Iglesia son muy claras sobre este tema. Porque, ¿quién es el Cristo
para los Cristianos Ortodoxos? ¿No se nombra repetidamente dentro de
las bendiciones, las oraciones y los troparios de la Iglesia, como
“el médico de nuestras psiques y cuerpos? ¡Si busca la tradición
Papista (del cesar papa) o la Protestante, éste título para el
Cristo, como médico, no existe en ninguna parte! El Cristo, sólo en
la tradición Ortodoxa se le llama “médico de nuestras psiques y
cuerpos” (Divina Liturgia). ¿Pero, por qué esta tradición
desapareció de los papistas y los protestantes y cuando les hablamos
de instrucción terapéutica se extrañan? Porque la necesidad de
catarsis (sanación) e iluminación, la necesidad de cambio interior,
en la teología de ellos ha desaparecido. ¡Para ellos, aquel que
cambia no es el hombre, sino el Dios! El hombre para ellos no cambia,
la única cosa que hace el hombre es que se convierte en chico bueno.
Y cuando el hombre, de mal chico que era, se hace chico bueno,
entonces el Dios le ama. ¡De otra manera el Dios le detesta! ¡Si se
mantiene como chico malo, entonces el Dios no le ama! ¡Es decir, si
el hombre se convierte en chico bueno, entonces también Dios cambia
y se convierte bueno; entonces allí donde no le amaba, ahora le ama!
Cuando el hombre se hace chico malo, el Dios se enfada y cuando se
hace bueno, el Dios se alegra! Desgraciadamente esto ocurre en
Europa.
Pero lo
malo es que no sólo en Europa se hace esto, sino también por
algunos aquí en Grecia; muchos dentro de la Iglesia están dominados
de este espíritu. (¿Esto pasa también en los Ortodoxos de las
Españas y Cataluña?). ¡Ha llegado a ser la Ortodoxia una religión,
y que el Dios cambia de disposición, humor y animo! Cuando el hombre
es bueno el Dios le ama, cuando es malo el Dios no le quiere. ¡Es
decir, el Dios castiga y recompensa. Entonces la esencia de la
Ortodoxia hoy en una parte de griegos y en otros países, es una
eticología o moralismo. Esto es lo que enseñaban a los niños, las
organizaciones para-eclesiásticas en sus catequesis, que tienen
prototipos, modelos occidentales y han corroído el espíritu
Ortodoxo?... Todo esto ocurrió por la persecución del Hisijasmo y
del Monacato tradicional, que es la única terapia “psicoterapia”
correcta de la psique del hombre...
Supongamos
un investigador científico que no tiene relación con las
religiones, un ateo si queréis, que investiga sobre tradiciones
religiosas y llegando a la Tradición Ortodoxa, escarba, descubre y
describe estas cosas. Entonces dice: mira que pasa aquí. Esta
tradición habla para la psique, para la energía del nus de la
psique y para instrucción y tratamiento terapéutico concreto.
Después este hombre investigando llega a reconocer que, si esta
instrucción terapéutica o psicoterapéutica se aplica en las
comunidades de los hombres, tendrá resultados muy beneficiosos para
la salud personal, pública y social. Después continuando la
búsqueda, comprueba desde cuando apareció esta tradición, cuáles
son sus fuentes, cuántos siglos acertadamente se aplicó en la
praxis (en acción y hecho), dónde se aplicó y continuando
encuentra porque no existe hoy en la mayoría de los Ortodoxos esta
tradición, y por qué la Ortodoxia sufrió alteración. Y el
investigador continúa y encuentra que esto ha ocurrido, porque fue
perseguido el Hisijasmo y el monacato tradicional, que es el
portador y transmisor de esta tradición. (No sólo se ha perseguido
el Hisijasmo, sino que la mayor parte del mundo no sabe que existe,
ni que quiere decir).
¿Pero,
por qué fue perseguido? Porque los lugares que florecía y
prosperaba, empezaron a occidentalizarse culturalmente, tal y como
ocurrió en Rusia con la reforma de “Pedro el grande” y una parte
también en Grecia después de la revolución de 1821. El
contemporáneo historiador Toynbee dice que la cultura Ortodoxa hoy
se asimila y se absorbe poco a poco por la cultura occidental. (La
palabra occidental no se entiende geográficamente sino culturalmente
y religiosamente que significa la tradición occidental, papista,
protestante y cultural).
Estas
cinco civilizaciones y culturas son: a) la cultura Hindú, b) la de
Extremo Oriente (China, Japón), c) la Europea, d) la Ortodoxa y e)
la primitiva que hoy existe aún en regiones de Australia y África.
Toybee tiene la teoría que todas las culturas hoy se están
occidentalizando. En el pasado esta occidentalización, se intentó
hacer por los Occidentales, mediante la misión y envío de
misionarios religiosos. Los europeos en el pasado mandaron y aún hoy
también mandan ejércitos de misioneros para que conviertan no sólo
los demás países cristianos sino occidentalizarlos también. Por
eso existen también en Grecia todos estos heréticos y todavía
actúan. Pero esta misión, dice Toybee, fracasó en los países
idólatras de África y en cualquier otra parte, porque los sacros
misioneros separaban entre ellos los hombres. Por ejemplo, en una
familia de idólatras ocurría que uno se hiciera Luterano, el
hermano Anglicano, el otro bautista, el primo metodista, la prima
pentecostal, la suegra Evangelista etc., entonces, no sólo rompieron
sus países en pequeños trozos de parte religiosa, sino las mismas
familias. Se demostró que este tipo de misión sacra tuvo un gran
fracaso en la occidentalización de los hombres del tercer mundo.
Τoynbee,
pues, en el año 1948 propuso una nueva solución. La
occidentalización que se haga mediante la tecnología y la economía.
10.
La palabra
Occidental aquí
no tiene
sentido geográfico,
sino cultural
y religioso
y significa
la tradición
Occidental, Papista y Protestante, religiosa y cultural.
4º Que es la Ortodoxia
Sin
embargo dentro de esta evolución, a la vez también hay el
contraataque de los Ortodoxos, de la civilización y la cultura
Ortodoxa. ¿Pero qué es la cultura o civilización Ortodoxa? ¿Es
civilización en el sentido de la cultura Occidental? No. No es
cultura la Ortodoxia, aunque Toybee la llame cultura. ¿Por qué?
Porque la Ortodoxia es ciencia y sobre todo ciencia médica, de
acuerdo con los criterios actuales. No cultura. La Ortodoxia no es un
sistema político o social. Porque se refiere a la sanación y la
salvación personal del hombre, es decir, la sanación y salvación
de su psique. La Ortodoxia se basa en estos dos logos: “el Logos se
hizo sarx (cuerpo o carne)” (Jn 1,4) y “en el Hades no hay
metania (conversión, confesión, introspección y
arrepentimiento).
Por
supuesto que dentro de la Ortodoxia existen las condiciones para
crear una civilización con su propia cultura. Sin embargo no es
cultura, tampoco es una religión como todas las demás religiones;
la Ortodoxia se destaca y difiere de las otras religiones por un
único elemento que no existe en las otras; este elemento es
antropológico y terapéutico; la Ortodoxia es una instrucción
curativa que sana y terapia la personalidad humana.
El
médico correcto y justo se preocupa para la terapia de todos los
enfermos sin discriminación ni distinciones. No separa a lado
algunas personas para curarlas, terapiarlas y sanarlas. No le
interesan sus status sociales, sus niveles de estudios, sus
situaciones económicas, sus religiones o sus comportamientos éticos.
El médico correcto ve sólo un hombre y se acerca a él, sea enfermo
o no; y si está enfermo, se interesa e intenta terapiar, sanar y
curar al hombre del mal, lesión o dolencia. Está obligado a
curarlo. La tradición ortodoxa es algo más que eso y justo en esto
se basa nuestro “contraataque”.
Dios no
ama sólo a los Santos, sino a todos los hombres sin excepción
alguna; todos los pecadores, todos los infernados o demonizados, aún
al mismo diablo. Quiere tratar, terapiar, curar y salvar a todos.
Quiere, pero no puede curar a todos porque ellos no quieren. Esto, el
que Dios es agapi (amor, energía increada) y quiere curar a todos y
ama a todos igual, se comprobó y se comprueba por la experiencia de
los hombres que consiguieron la zéosis, es decir la
glorificación, los que vieron a Dios, (unión y visión de la luz
increada de Dios, mediante la energía increada Jaris y que esta
contemplación la opera y energiza la Jaris del Espíritu Santo, no
el hombre).
El Dios
no puede curar a todos porque no quiere forzar y violar la voluntad
del hombre. Le respeta y le ama. Pero no puede curar a uno por la
fuerza. Sana sólo a los que quieren curarse y los que se lo piden.
Normalmente una persona que tiene una enfermedad física o psíquica
va por su voluntad al médico para curarse y no por la fuerza, si aún
mantiene su cordura. Lo mismo es la instrucción terapéutica
Ortodoxa. Uno sólo por su cuenta, sin presión, ni coacción,
libremente debe presentarse en la Iglesia, en las personas adecuadas
que tienen la iluminación, la experiencia y posean el método
curativo, terapéutico “psicoterapéutico” de la tradición
Ortodoxa, y en aquellos debe hacer obediencia para encontrar su
terapia, sanación y curación.
5. El propósito o fin
social de la Ortodoxia
¿Ahora
bien, cuál es el aspecto social del tema?
Tenemos
al hombre, cualquier hombre que vive dentro en una sociedad y tiene
que actuar como monada o unidad social saludable. La terapia que
antes hemos mencionado de la energía del nus de la psique, esta
misma cuando se acaba, crea automáticamente un hombre social; es
decir, un hombre psíquicamente saludable que está preparado para
actuar socialmente en todos los sectores. Entonces aquel que está
curado, automáticamente es ordenado silenciosamente médico para los
demás, los no sanados. Porque la ciencia médica que se llama
Ortodoxia difiere de las demás ciencias en que: aquel que se ha
sanado se convierte automáticamente en terapeuta, sanador. La misma
aplicación de su instrucción, se convierte el medio de terapia de
los demás. Por eso no se entiende un hombre curado que no tenga
hijos espirituales; es decir, tener otras personas bajo la
dependencia espiritual de él, a las que instruye y conduce a la
terapia y sanación.
En la
antigua Iglesia no existía terapeuta oficial o específico, porque
cada cristiano era terapeuta. Esta era la misión de la antigua
Iglesia, no era como es hoy en día en la Iglesia Ortodoxa actual,
que algunas veces se compone de los anuncios de nuestros bellos
dogmas o nuestra tradición de veneración, como si fuera una
mercancía en venta... Por ejemplo, decimos: ¡mirad chicos, nosotros
tenemos los más bellos dogmas, la más bella alabanza, veneración,
la más hermosa psalmodía, los más bellos hábitos, mirad qué
bonito es el bolso del Obispo, etc., e intentamos deslumbrarlos con
los bastones y nuestras sotanas, para hacer misión. Por supuesto que
tiene un significado y algún éxito la misión que se hace de esta
manera, pero no es la auténtica misión como aquella de la antigua
Iglesia.
La
misión actual consiste principalmente en lo siguiente: ilustramos
hombres que son supersticiosos y los hacemos Cristianos Ortodoxos,
sin intentar “psicoterapiarlos”, sanarlos y curarlos. Así
intercambiamos o sustituimos su dogma anterior con uno nuevo.
Intercambiamos su superstición por otra superstición. Cuando la
Ortodoxia se ofrece y se presenta así, ¿en qué se diferencia de la
superstición? ¿Cuando la Ortodoxia se presenta y se ofrece así
como un Cristianismo que no “psicoterapia” no sana, ni cura, a
pesar de que su principal misión es la terapia, entonces en qué se
diferencia de la superstición?
Hay
cristianos en Occidente que ellos también tienen dogmas y aceptan
algunos Sínodos; es decir, los heréticos, que con sus dogmas
aparentemente no se ve tan grande la diferencia con los dogmas
Ortodoxos. La diferencia no es caótica, como entre Cristianos e
idolatras. ¿Entonces, si los dogmas Ortodoxos no tienen una
sorprendente diferencia con los dogmas de los heterodoxos cristianos
y si la enseñanza dogmática que se enseña hoy en Grecia es
independiente de la instrucción terapéutica de la tradición
Ortodoxa, desde este aspecto, ¿en qué se diferencia la tradición
Ortodoxa de la de los heterodoxos? ¿Por qué alguien que no es
Ortodoxo tiene que creer en la Ortodoxia y no en otro dogma
Cristiano, si los dos no se ofrecen como instrucciones y caminos de
“psicoterapia” sanación, sino como superstición?
Hoy se
habla de cambiar la nootropía mentalidad (las formas de
pensar y actuar del nus y la mente) del hombre, de cambio del dogma,
de cambio de modo de contemplar la vida, y esto lo consideramos
metania. Es decir, hoy la metania se identifica sólo con
Cristo. O sea, aceptamos a Cristo y cómo lo aceptamos, vamos a la
Iglesia, encendemos alguna vela, nos convertimos en buenos chicos; y
si somos pequeños vamos a la catequesis o si somos mayores vamos en
alguna asamblea o reinión, y se supone que vivimos la metania,
o sea, que estamos “metanoizados” convertidos y
arrepentidos. O si hicimos algo malo en nuestra vida,
arrepintiéndonos pedimos perdón por lo que hicimos, y esto lo
llamamos metania. Pero esto no es metania. Esto es simplemente
arrepentimiento, que es el principio de la metania. No se
“catartiza”, purifica y sana la psique del hombre de los
pazos con un simple arrepentimiento. Para que se sane y purifique la
psique del hombre de los pazos tiene prioridad el temor a Dios y la
metania que continúa durante el estadio de la catarsis y se
completa con la iluminación, es decir, la iluminación del nus del
hombre por la Jaris, la energía increada del Espíritu Santo.
Mientras
tanto, pues, si los Ortodoxos no se ocupan de esta instrucción
terapéutica, ¿en qué se diferencian de los no Ortodoxos? ¿En el
dogma? Y para que les sirve el dogma Ortodoxo, cuando no lo usan para
“psicoterapiar”, sanar y curar sus psiques. El dogma así no les
beneficia en nada.
6.
Ποιά εἶναι ἡ κατάστασις καταλλαγῆς
μέ τόν Θεό.
6. Cuál la condición
de la reconciliación con Dios.
La
condición que hace a uno reconciliarse con Dios y ser amigo de Él,
¿cuál es desde el punto de vista Ortodoxo? Observad los oficios de
la Iglesia. El bautismo se identifica con la catarsis (sanación).
Antes preceden los exorcismos, que es la liberación del hombre de
los efectos e influencias de los malos astutos y malignos espíritus
en él. Durante el Bautizo la triple inmersión y emersión al agua,
se da la absolución de los pecados y se destruyen dentro en el
hombre las energías del diablo. Después sigue el Crisma que es la
Iluminación; es un estado de iluminación del hombre por la Jaris
(Gracia) increada, es decir, la energía increada del Espíritu
Santo. (...después de la parcial iluminación por el Crisma el
nuevo-iluminado camina hacia el Pentecostés, la completa, total
iluminación del Espíritu Santo, el infinito e interminable
perfeccionamiento).
En los
antiguos Cristianos después de bautizarse el Sábado Santo y recibir
la Jaris increada del Bautismo y con la santa Crismación que seguía,
completaban la iluminación inicial, la que se esperaba recibir
durante el día del Pentecostés, es decir, cincuenta días después
del Bautismo de ellos.
¿Pero
qué es la completa iluminación del hombre? Es la visita del
Espíritu Santo en el nus, o sea, en el corazón del hombre.
Es decir, tal y como en el Pentecostés con la bajada del Espíritu
Santo se hizo la completa iluminación de los Apóstoles, lo mismo
quiere la Iglesia que se repita en algún momento del camino
espiritual en cada uno de sus miembros creyentes. Por lo tanto, todo
el proceso de la catequesis de los nuevo-iluminados en la antigua
Iglesia terminaba con el Pentecostés personal, es decir, con la
visita del Espíritu Santo, el cual viene y habita dentro al corazón
del hombre y ora a favor de éste. Naturalmente
esta plena
iluminación no
sucedía a
todos los hombres
en tiempo tan
corto, porque no
todos tenían
las mismas
condiciones.
Por
supuesto que durante el día del Pentecostés, los Apóstoles no
adquirieron sólo una completa iluminación, sino que llegaron a la
zéosis o glorificación. Por lo tanto, si el Pentecostés es
el prototipo, modelo del perfeccionamiento espiritual del hombre,
entonces el destino y finalidad de cada Cristiano es la zéosis.
Ver a Dios, al Creador, es decir, a Cristo en doxa (gloria) increada.
Esto sucedió a
todos los Santos
de la Iglesia.
Por eso de la fiesta del Pentecostés inmediatamente el Domingo
siguiente festejamos en general la memoria de Todos los Santos de la
Iglesia deificados, a quienes estamos llamados a imitar.
Esta es la columna vertebral de la estructura catequética de la
Iglesia.
7.
Περί της εννοίας του δόγματος
7. Sobre el significado
del dogma.
Los
Padres recalcan que la sanación y la salvación no vienen con el
dogma Ortodoxo por sí solo. No es el dogma que sana y salva al
hombre. El dogma simplemente abre el camino del hombre para llegar a
la catarsis y a la iluminación. Pero sin el dogma Ortodoxo uno no
llega a la catarsis y a la iluminación. Sin la ορθή (orzí)
correcta conciencia dogmática, sin la praxis (acción) Ortodoxa y
sin la vida litúrgica Ortodoxa, uno no llega a la catarsis y a la
iluminación. El dogma y la vida litúrgica no son los medios para
llegar a la catarsis de la psique y a la iluminación, pero son
condiciones indispensables, son los cimientos necesarios para que uno
sea conducido a la catarsis y a iluminación. Es decir, el dogma no
es un medio automático que nos conduce por sí solo a estos estados.
8. Περί τῆς πτώσεως τοῦ Ἀδάμ.
8. Sobre la caída de
Adán.
Los
Padres dicen que durante la caída el hombre se oscureció. Se
oscureció el nus de Adán; no se ocupan los Padres de él como Adán,
sino con su nus; el nus de Adán por obscurecerse se enfermó. Los
Padres hablan del nus incongruente e imprudente. En todas partes de
la escritura Patrística el tema de la caída de Adán es el
obscurecimiento (ofuscación, cerrojo) del nus del hombre.
¿Pero
cómo sabemos nosotros que el hombre cayó? ¿Por la descripción
histórica de la caída que se refiere la Santa Escritura? ¿Además
qué significa caída y Paraíso? ¿Qué era el Paraíso? Hay dos
tradiciones Patrísticas sobre este tema, que las resume y nos las da
San Juan el Damasceno, sin que el mismo se posicione en alguna de las
dos tesis sobre éste tema.
Una
tradición nos dice que en el Paraíso, el nus de Adán estaba
iluminado y la otra tradición dice que el nus del Adán estaba en
visión, contemplación y unión con Dios, o sea, en estado de
continua zéosis o glorificación. Y que esto era el Paraíso,
o sea, veía, contemplaba, la doxa (gloria, luz increada) de
Dios. La tradición Alejandrina, como también la de Kapadocia (San
Basilio el Magno), dicen que con el nus y la diania
(mente, cerebro) estaban en visiones, contemplaciones divinas. La
tradición de Antioquia dice que el nus estaba simplemente iluminado
(San Juan Crisóstomo).
Si el
nus del Adán, antes de la caída estaba iluminado o en continua
zéosis, Juan Damasceno, en esto no se posiciona en ninguna
tesis. ¿Por qué? Porque aquello que le interesaba a este Padre de
la Iglesia, era dar las dos explicaciones: cómo estaba el nus y cómo
se obscureció. ¿Pero nosotros cómo sabemos que el nus del Adán se
obscureció? Simplemente porque notamos, sentimos y conocemos en
nosotros mismos, en las profundidades de nuestro ser, que tenemos el
nus obscurecido y este nus obscurecido necesita terapia, sanación.
Mientras que la terapia consiste en la catarsis, la iluminación y la
zéosis, es decir, tiene tres fases. La zéosis es la
completa terapia, sanación y curación.
¿Pero
qué significa nus oscurecido? Significa que la noerá energía
(espiritual intuitiva humana) del corazón (del nus) del hombre no
energiza (opera, funciona) correctamente. La noerá energía
empieza a energizar, operar correctamente, sólo cuando el hombre
haya superado la catarsis (sanación, purgación) y llega a la
iluminación. Después de la caída el nus está oscurecido. ¿Por
qué? Porque está lleno de loyismí (pensamientos simples o
compuestos con la fantasía, ideas, reflexiones) y se ha obscurecido
por ellos. ¿Cuándo ocurre esto, cuándo se obscurece y se ofusca el
nus por los loyismí? Esto pasa cuando los loyismí de
la diania (que está en el cerebro, la mente intelecto)
descienden al corazón y se convierten en loyismí del nus. Cuando se
ha hecho la confusión de loyismós entre la lógica (de la diania,
mente) y el nus; es decir, existen loyismí en el nus que no
deberían estar allí, porque pertenecen a la lógica. El nus debe de
estar totalmente vacío de loyismí, de manera que pueda venir el
Espíritu Santo a habitar y permanecer en el interior del hombre.
9. Cuál es la esencia
de nuestra Tradición Ortodoxa.
Ahora,
el tema es cuál es la esencia de la tradición Ortodoxa. La
tradición Ortodoxa ofrece el método de terapia “psicoterapia”,
cómo sanar el nus, es decir, cómo “psicoterapiar” su
ψυχή (psijí) psique,
alma. Esta terapia tiene tres fases, tal y como dijimos:
catarsis, iluminación y zéosis o glorificación. La zéosis,
o sea, la contemplación y unión con Dios es la plena terapia o
sanación. Este método e instrucción terapéutica que se ofrece por
la Παράδοσις (Parádosis con mayúscula quiere decir
“entrega o tradición divina” del verbo
παραδίνω
paradino entrego) de generación en generación,
que sus portadores son hombres quienes han llegado a la iluminación
y a la zéosis y se hicieron terapeutas, sanadores de otros.
Es decir, no es una simple transferencia de conocimientos de libros,
sino una transferencia y sucesión de experiencia, experiencia de
iluminación y de zéosis.
Pero se
observa en el Antiguo Testamento que el estado de iluminación y
zéosis lo tenían solamente los Patriarcas y los Profetas de
los Israelitas. Esto es un fenómeno histórico. Antes de los
Profetas tenemos los Patriarcas. Antes de Moisés tenemos a Abraham.
Pero leemos en el Antiguo Testamento que existe conciencia del estado
de iluminación y zéosis. El mismo Abraham era visionario de
Dios o de la divina luz increada, o sea, llegó a la zéosis,
esto se ve claramente. Por otro lado, de la época antes de Abraham
tenemos elementos de la Tradición Hebrea que existía la iluminación
y la zéosis en los progenitores de Abraham, por ejemplo Noé.
Es decir, ésta tradición de iluminación y zéosis se
transmite, transfiere, no aparece así de la nada. No aparece así de
repente en el siglo 11º o 12º antes de Cristo.
Existe
el Nuevo Testamento y el Antiguo. En el Nuevo Testamento es más
fácil la verificación, porque es delimitado el tiempo de su
duración. Pero el Antiguo Testamento contiene 1500 años de
historia. Entonces en este período tenemos una columna vertebral,
que es la tradición de iluminación y zéosis que se
transmitió de Profeta a Profeta, es a la vez también la esencia de
la tradición Ortodoxa. La transmisión o transferencia de la
experiencia de iluminación y zéosis es de generación a
generación. Esta se extiende en el Antiguo Testamento, crónicamente
desde Abraham hasta San Juan el Bautista. Esta es la tradición
Profética, la tradición de los Patriarcas y los Profetas.
Pero
antes de éste período tenemos el primer período que se extiende
desde Adán, mediante Noé, hasta Abraham. Hoy se ha acreditado
arqueológicamente dichos acontecimientos históricos del Antiguo
Testamento, al menos hasta la época de Moisés. Pero también los
arqueólogos han encontrado elementos que verifican las referencias
en el Antiguo Testamento sobre la persona de Abraham.
Vemos,
pues, que la esencia de la tradición Ortodoxa no es el libro de la
Santa Escritura, sino la transferencia de esta misma experiencia, la
de iluminación y zéosis sucesivamente desde Adán hasta
nuestros días.
10.
Η Ορθοδοξία δεν είναι θρησκεία.
10. La Ortodoxia no es
una religión.
En
muchos predomina la percepción que la Ortodoxia es una de las muchas
religiones que existen, y que Su principal objetivo es la preparación
de los miembros para la vida después de la muerte, o sea, asegurarse
un lugar en el Paraíso para cada Cristiano Ortodoxo. Así se
considera que el dogma Ortodoxo es una seguridad más porque es
Ortodoxo, y cuando uno no cree en el dogma Ortodoxo, eso es un motivo
más para que uno vaya al infierno, aparte de los pecados personales
que eventualmente le mandarían allí.
Los
Cristianos Ortodoxos que creen que esta cosa es la Ortodoxia, la han
comparado exclusivamente con la vida futura. ¡Estos no hacen muchas
cosas en esta vida, sino que esperan a morir para ir al Paraíso,
porque cuando vivían eran Ortodoxos Cristianos!
Otra
corriente de Ortodoxos se mueven en el espacio de la Iglesia, no
interesados por la otra vida, sino principalmente por la vida de
aquí; es decir, cómo les ayudará la Ortodoxia a pasarlo bien aquí
en esta vida. Este tipo de Ortodoxos Cristianos oran a Dios,
solicitan a los curas que pidan por ellos, (oraciones,
santificaciones, bendiciones etc.), para que el Dios les ayude a
pasarlo bien en ésta vida, que no estén enfermos, que sus hijos se
restablezcan bien, que tengan una buena dote, que sus chicos
encuentren y se casen con una buena chica y sus hijas con un buen
chico, que tengan un buen trabajo, que les vayan bien los negocios y
ganen en la bolsa etc. El resultado es que vemos que estos cristianos
no se diferencian mucho de los creyentes de las demás religiones,
que aquellos hacen más o menos las mismas cosas. (El logos discurso
del Padre Juan a veces es candente tal como dijimos).
Es
decir, por lo explicado anteriormente, la Ortodoxia tiene éstas dos
cosas comunes con las demás religiones. En primer lugar, preparar
los creyentes de modo que después de la muerte vayan al Paraíso,
como cada uno lo imagina; en segundo lugar, que sean preparados como
cristianos, para asegurarse que en ésta vida no pasen aflicciones,
tristezas, enfermedades, guerras, desastres etc., es decir, que el
Dios arregle todo esto según las necesidades y deseos de ellos. Así
para los segundos, la religión juega un papel muy importante en esta
vida y sobre todo en la vida diaria.
¿En el
fondo quién de los Cristianos, antes mencionados, se interesa si
existe o no el Dios? ¿Quien le busca? Para ellos la cuestión no es
si existe o no Dios, puesto que lo mejor sería que existiera, para
así poder implorarle y pedirle que satisfaga nuestras necesidades,
de manera que vayan bien nuestros trabajos y tengamos felicidad en
esta vida.
Así
vemos que el hombre tiene una fuerte tendencia en querer creer que
existe Dios, porque es una necesidad para el hombre que exista, para
asegurarles lo que antes hemos dicho. Entonces, ya que es una
necesidad que exista Dios, ¡entonces Dios existe!
Si el
hombre no tuviese la necesidad de un Dios y pudiera asegurarse
independientemente las cosas cotidianas de la vida de una manera
distinta, entonces no sabe uno cuántos hombres creerían en Dios;
esto se ve bastante también aquí en Grecia.
Así
vemos muchos hombres que mientras antes eran indiferentes por la
religión, al final de sus vidas se convierten en religiosos, quizás
después de un acontecimiento que les asustó y les dio miedo y
temor. Porque ya no pueden vivir sin pretender que les ayude algún
Dios, es decir, prevención por superstición. Para estas razones, la
naturaleza del hombre le ayuda a hacerse religioso. Eso no es válido
sólo para los cristianos ortodoxos, sino para todas las religiones.
En todas partes la naturaleza del hombre es la misma. Así que el
hombre después de su caída –obscurecido, obtuso por su naturaleza
o más bien de una forma antinatural- está propenso hacia la
superstición.
Ahora
la pregunta es la siguiente: ¿Dónde se detiene la superstición y
dónde empieza la verdadera Fe? En éstos temas la posición de los
Padres y sus enseñanzas son muy precisas. Si un hombre sigue o más
bien cree que sigue la enseñanza de Cristo y simplemente cada
domingo va a la Iglesia, toma la Comunión continuamente, usa los
curas para que le hagan oraciones, misas, etc., sin que profundice en
estos temas, permaneciendo en la letra o la palabra de la Ley y no en
el Espíritu de la Ley, ¿éste particularmente se beneficia de la
ortodoxia? Continuando, otra persona que reza exclusivamente para la
futura vida, para sí mismo y para los demás y se desinteresa
totalmente para ésta vida, ¿éste se beneficia especialmente de la
ortodoxia? Una tendencia es representada por el cura de su parroquia,
más aquellos que se reúnen alrededor de él con el espíritu
anterior; y la otra tendencia es representada de un “Yérontas”
(guía espiritual), con varios monjes en su alrededor en un
monasterio, generalmente por un archimandrita que está jubilado y
espera morir.
Mientras
que éstas dos tendencias no están centradas en la catarsis y la
iluminación, en el significado y sentido Patrístico, están
equivocadas sobre aquello que persiguen. Cuando están centradas en
la catarsis y la iluminación y aplican la instrucción ascética de
la Patrística Ortodoxa, para la adquisición de la oración del
corazón (noerá), sólo entonces las cosas se ponen en la base
correcta. Estas dos tendencias son hipérboles (exageraciones) hacia
los dos extremos, no tienen un eje común. El eje único y común que
sostiene la Ortodoxia y la mantiene unida sobre todos los temas que
le preocupan y que estará siempre en la base correcta, es cuando se
tiene en cuenta y se ponen los temas sobre el único eje ortodoxo:
catarsis-iluminación-zéosis.
Los
Padres no se interesan exclusivamente qué le ocurrirá al hombre
después de la muerte, sino principalmente les interesa que le pasará
en ésta vida. Después de la muerte no hay terapia del nus, entonces
debe en ésta vida empezar la terapia, psicterapia” o sanación,
porque “en el Hades no hay Metania (conversión,
introspección, arrepentimiento y confesión). Por eso, la teología
Ortodoxa no es súper-cósmica o supra-mundana ni futuróloga,
tampoco esjatológica, sino que es endocósmica. Porque el interés
de la Ortodoxia es el hombre en éste mundo, en ésta vida, no
después de la muerte.
Ahora
bien, ¿la catarsis y la iluminación para qué se necesitan? ¿Para
que el hombre vaya al Paraíso y evite el Infierno? ¿Para eso se
necesitan? ¿En qué consiste la catarsis y la iluminación y por qué
son perseguidas por los ortodoxos?
Para
que uno encuentre la razón y tenga respuesta a ésta pregunta, debe
tener la llave básica que es ésta: todos los hombres encima de la
Tierra tienen el mismo final, en el sentido teológico-ortodoxo. Si
uno es ortodoxo, budista, hinduista, agnóstico, ateo o cualquier
otra cosa, es decir, cualquier hombre sobre la tierra está
predestinado a ver la doxa (gloria, luz increada) de Dios. Verá la
gloria de Dios durante el final común de toda la humanidad, en la
Segunda Parusía (presencia) de Cristo. Todos los hombres verán la
gloria increada de Dios y desde ésta perspectiva tendrán el mismo
fin. Claro que todos verán la increada doxa (gloria), pero con una
diferencia: Los salvados la verán como Luz dulcísima increada, sin
poniente y los infernados verán la misma gloria pero como fuego
consumador que les quemará. Esto, el que veremos todos la gloria de
Dios es un acontecimiento esperado. El que uno vea a Dios, o sea Su
Gloria, Su Luz increada, es algo que se realizará, lo queramos o no.
La vivencia de ésta luz increada no será distinta de unos u otros.
Entonces
la obra de la Iglesia y los curas no es que nos ayuden a ver ésta
gloria increada, porque esto de cualquier modo se hará. La obra de
la Iglesia está en el cómo anuncia a los hombres que existe el
verdadero Dios, que el Dios se “apocalipta”, revela como Luz
increada o como fuego consumador y que todos los hombres durante la
segunda Parusía de Cristo veremos a Dios; además, que prepare a sus
miembros de modo que no vean a Dios como fuego sino como Luz
increada, (San Nikita Stizatos Filocalía). *(Claro que una
experiencia parcial de expectación, visión a Dios tenemos todos los
hombres inmediatamente de nuestra salida de la psique del cuerpo, es
decir, la muerte biológica.)
Esta
preparación de los miembros de la Iglesia, como también de todos
los hombres, que quieren ver a Dios como Luz increada, es la esencia
de la instrucción terapéutica, la que debe empezar y terminar desde
ésta vida. Desde ésta vida se tiene que hacer la terapia y
terminar. Porque después de la muerte no existe metania. Esta
instrucción terapéutica es la esencia, el principal contenido y
preocupación de la Tradición Ortodoxa y Su Iglesia; mas, se
constituye de los tres siguientes estadios de ascensión: La catarsis
de los pazos, la iluminación y la zéosis, por la
Jaris (Gracia energía increada) del Espíritu Santo. Ocurre también
esto: Si uno no llegó por lo menos en un estado de mínima o parcial
iluminación, en esta vida, no podrá ver a Dios como Luz increada ni
en esta vida tampoco en la otra.
Así
pues, está claro que los Padres de la Iglesia se interesan del
hombre tal y como está hoy, en este momento. Además, cada hombre
necesita terapia “psicoterapia”, cada uno tiene la
responsabilidad delante de Dios a empezar esta obra desde hoy, en
esta vida; porque en esta vida puede, no después de la muerte. Y
este mismo hombre es el que decidirá si seguirá éste camino de
terapia o no.
Cristo
dijo: “yoSoy el camino” (Jn. 14,16). ¿El camino hacia
qué? No sólo para la otra vida. Cristo es el camino en ésta vida.
Cristo es el camino hacia Su Padre y Nuestro Padre. Cristo se
“apocalipta”, revela primero en ésta vida y nos indica el camino
hacia el Padre. Este camino es el mismo Cristo. Si el hombre no puede
ver en ésta vida a Cristo por lo menos en sentido espiritual, no
verá al Padre, es decir, la Luz increada de Dios ni en la otra vida.
(Por
Ierotheo Vlajos, “El prósopon persona, rostro de la
Tradición Ortodoxa”: “Con la Segunda Parusía, Presencia de
Cristo resucitarán todos los hombres y serán juzgados por sus
obras. Los pecadores que no consiguieron el ojo espiritual no
desaparecerán, quedarán como personas ontológicas, pero no tendrán
la participación de Dios. Los justos participarán y tendrán
comunión con Dios. Tal y como dice San Máximo el Confesor: los
pecadores vivirán el continuo malestar, en cambio los justos el
continuo bienestar”.
11. Quienes son
teólogos de la Iglesia
Ahora
bien, ¿quiénes son los teólogos de la Iglesia? Son sólo aquellos
que llegaron a la zeoría (expectación, contemplación). La zeoría
se constituye de la iluminación y la zéosis. La iluminación
es un estado incesante, que existe en energía (está operativa,
energizada) día y noche, aún cuando se está durmiendo, “yo
camino y mi corazón vela... Cantar de los Cantares, 5,2”. En
cambio la zéosis es un estado durante el cual uno ve la doxa
(gloria, luz increada) de Dios y dura lo que Dios quiere.
Un
iluminado puede que no llegue nunca en la zéosis. El Dios que
la regala, juzga si es necesario conducir un iluminado a la zéosis.
El que uno no sea conducido a la zéosis, puede signifiqcar
que es mejor para su psique, porque en caso contrario la podría
perjudicar, por ejemplo, conducirle al orgullo y soberbia espiritual.
Es decir, el Dios conduce uno a la zéosis, cuando no peligra
espiritualmente y cuando es imprescindible, para apoyarle,
fortalecerle o para prepararle para alguna misión.
Así la
experiencia de la zéosis no es automática. Es decir, no
puede un iluminado adquirirla, porque él mismo quiera conseguirla.
Un iluminado más bien evita pedirla a Dios. Pero cuando la necesita,
el Dios condesciende y la da, le indica Su Gloria, Su Luz increada.
Por ejemplo, un asceta que vive en el desierto, en aislamiento de los
hombres con muchas privaciones y esto lo hace por el amor a Dios,
entonces mientras se ha catartizado (sanado), viene el Espíritu
Santo le consuela y le regala experiencias de la zéosis.
Un
asceta verdadero nunca está sólo, por lo menos tiene dentro de su
corazón el Espíritu Santo que ora incesantemente en su interior y
le hace compañía en su aparente soledad. Este es el estado o
condición de iluminación. Pero cuando el mismo Espíritu Santo cree
que debe deificarle, entonces le regala en espacios de tiempo también
la experiencia de la zéosis, cuando hace falta y es necesario
mientras sea para su propio bien; por ejemplo, para fortalecerle
después de un ataque demoníaco. Esto se ve claramente en las vidas
de los Santos. En ellos, los dos estadios de zeorías
(contemplaciones) que son la iluminación y la zéosis,
la gnosis increada (conocimiento) de Dios es claramente empírica
(por experiencia). No es gnosis metafísica, o sea, resultado de
meditación filosófica.
12.
Περί νοεράς προσευχής
12. Sobre la oración
del corazón o noerá.
El tema
de la oración noerá o del corazón es muy interesante. La
oración del corazón no hay ninguna duda que es un estado claramente
empírico. Ni un psiquiatra puede negar que la oración noerá
es una experiencia pura y clara. Nuestra diferencia con los
psiquiatras no sería el acontecimiento por sí mismo, sino la causa
que produce la oración del corazón o noerá. Es decir, si el
tema como fenómeno digno de observación y estudio en cuestión se
expone por científicos “positivistas” tales como psicólogos,
psiquiatras, patólogos, biólogos, etc., estos aplican el método
científico del estudio y plantean hipótesis y conjeturas.
Es
cierto que la Iglesia tiene depositada su propia experiencia del
fenómeno. El que tiene la oración del corazón o noerá en
su interior, “escucha“ el mismo la oración que se dice dentro de
su corazón. Además, existe la tradición de centenares de años
sobre ésta situación de estado espiritual. Por parte de los santos
se ha dado una concreta interpretación de esta tradición de la
oración de corazón y en base a ésta, la Iglesia conoce que la
oración del corazón es una experiencia espiritual y el resultado de
la Jaris (Gracia, increada energía) del Espíritu Santo
energizada, activada en el corazón del hombre. Esta es una tradición
de largos siglos y nadie puede negar su existencia, porque existen
muchos escritos de los Padres sobre éste tema, incluso la Santa
Escritura también se refiere sobre ella. Además, existen hoy muchos
hombres, que viven entre nosotros, que conocen por su propia
experiencia personal la noerá oración, porque viven
teniéndola energizada, operativa en sus interiores.
Entonces,
mientras éstos científicos admitan ésta realidad, después deberán
de formar sus propias suposiciones para explicar este fenómeno de la
oración del corazón. Cierto es que habrán algunos que dirán que
es un descubrimiento de los curas, ¡particularmente también aquí
en Grecia! Dirán que estas cosas las dicen los curas y son producto
de sus fantasías. Ojalá que los curas se ocuparan de éstas cosas
aquí en Grecia y (en Cataluña y en las Españas también).
Por
otro lado, otros de estos científicos quizás dirán que esto es
producto de una especie de hipnotismo. ¡Tenía una discusión en
relación, con médicos y sobre todo con catedráticos de la
universidad, los cuales decían que esto era una especie de
hipnotismo! Aunque esto fuera así para ellos: un psiquiatra está
obligado a ocuparse sistemáticamente con este tema.
El
hipnotismo realmente es una experiencia. Pero el psiquiatra deberá
poder comprobar si la oración del corazón es una especie de
hipnotismo o no. El hipnotismo puede conducir y producir
alucinaciones, que significa desorden sobre la correcta composición
de impresiones empíricas que tiene el hombre dentro de su memoria.
Pero todos los elementos que componen una alucinación están tomados
de los sentidos. Porque el hombre que ha llegado a la alucinación,
no llega porque ha perdido el contacto con las cosas sensibles, sino
porque su memoria se ha descarrilado y la composición de impresiones
que se hacen dentro de su cerebro no es otra cosa que un desorden de
la clasificación de estas. Así tenemos los desequilibrados, como
aquellos que sueñan despiertos. Es decir, los elementos que componen
una alucinación existen. Aquel que está en alucinación, puede que
vea algo, que no existe en aquel momento y no esté delante de él
pero que en realidad existe. Esto ocurre con los alucinógenos como
por ejemplo el LSD. Claro está que alucinaciones puede tener
cualquiera también con la hipnosis; cuando se introduce por el
hipnotista la energía demoníaca, entonces es cuando un hipnotizado
viene en contacto con espíritus malos astutos y malignos.
Lo que
respecta al hipnotismo, aquel que se hipnotiza es introducido en un
estado de coma; es decir, como si se encontrara en coma y mientras se
encuentra en este estado se recuerda de cosas del pasado y contesta a
las preguntas de aquel que le ha hipnotizado. Entonces, como está
hipnotizado, no tiene contacto con la realidad.
En lo
que respecta a la oración noerá o del corazón, no tenemos
que hacer con algo existente que ya se puso en la memoria y se
re-llama por la memoria y así el hombre sueña. No ocurre lo mismo
como en una alucinación, donde uno ve algo, pero en ese momento no
existe realmente alrededor suyo nada que sea visto y percibido por
sus sentidos. En el caso de la oración noerá o del corazón
lo que sucede y siente el corazón del hombre toma parte en el mismo
momento y lo siente. No es algo del pasado, es una experiencia del
presente. También para que uno esté vigilante sobre su espíritu
(nus), cosa que ocurre durante la oración del corazón, y a la vez
vivir algo muy claro y puro en su interior, un otro que ora por él
“con inefables divinos gemidos” (Rom 8,26), entonces uno no está
hipnotizado ni alucinado, esto no ocurre con el hipnotismo. Durante
la oración del corazón el hombre tiene plena conciencia que algo
familiar a su naturaleza se activa y opera en su interior, pero esto
no toma parte en su interior por el mismo y no sólo lo vive
claramente sino que a la vez lo observa y puede voluntariamente
co-participar.
El peso
de la verdad de ésta experiencia no pertenece a los Ortodoxos, los
cuales la contienen, sino a los científicos que la dudan o la
quieren investigar. Por otro lado, si los científicos dan su propia
interpretación de este fenómeno de la oración del corazón, ellos
mismos tendrán que explicar su propia interpretación es la
correcta. Porque los ortodoxos sobre la oración noerá o del
corazón tienen tradición de siglos, de la que la verdad es
indiscutible. Y es indiscutible esta interpretación porque no es
experiencia pasada, la que no se puede verificar o repetir, sino que
es una interpretación viva, verdadera y actual, experiencia y
realidad del día de hoy que constantemente se repite, continúa y se
transmite de generación en generación dentro de la Iglesia
Ortodoxa.
La
Iglesia en su lenguaje que es el lenguaje eclesiástico, dice por
boca del Apóstolos Pablo: “No hablamos con la sabiduría humana,
sino con la fuerza y energía increada del Espíritu”. ¿Qué
quiere decir con esto? ¿Por qué el Apóstol confronta la fuerza del
Espíritu Santo con la sofía-sabiduría de este mundo? Porque el que
se ha convertido en templo del Espíritu Santo y ha morado en su
corazón, este hombre siente vivamente dentro de su corazón la
fuerza, es decir, la energía increada del Espíritu Santo; y así no
se convence por palabras ni de argumentos filosóficos o teológicos
de otros de que se ha hecho templo del Espíritu Santo, sino que
tiene conocimiento por su inmediata experiencia personal; porque
siente y escucha en su interior el Espíritu Santo que hace de
sacerdote y psalmista o cantor en su corazón. Es decir, aquella cosa
que da a éste hombre la absoluta certeza que su cuerpo se ha
convertido en templo de Dios, es una co-testificación del Espíritu
Santo al espíritu (nus) del hombre, puesto que el Espíritu Santo ha
venido y ha habitado en su corazón. Este estado lo describe el
Apóstol Pablo cuando dice que: “El Espíritu de Dios clama dentro
en nuestros corazones ¡Abba! el Padre” (Gal. 4,6). O sea, en
nuestro interior grita el Espíritu Santo dirigiéndose al Padre
diciendo: “¡Padre mío!”.
Esto
pues, que describe el Apóstolos Pablo, ¿es una realidad o una
fantasía? ¡Volaba en los cielos el Apóstolos Pablo cuando decía
esto! Si os fijáis bien lo que dice en su epístola a los Romanos
capítulo 8º, veréis que habla sobre la oración real en el corazón
del hombre. Pero no es sólo el Apóstol que habla así. También
David y el Antiguo Testamento hablan así. Por eso vemos aquí cuál
es la razón por la que los antiguos Cristianos se preparaban para la
oración del corazón; primero memorizaban todo el libro de los
Psalmos. Por eso para ellos el libro de los Psalmos tenía esta gran
importancia, porque les ayudaba a trabajar la oración del corazón o
noerá.
Hoy no
sé cuantos Cristianos han leído todo el Psaltiri (el libro de los
Salmos). En los antiguos años lo leían entero encima del muerto,
antes del entierro, quizás entonces sería la única vez que leían
el Psaltiri entero. Lo leía el cura y si había algún salmista
también le ponía para que lo leyera. En los antiguos años, para
que uno fuera obispo tenía que saber el Psaltiri. ¿Por qué el
Psaltiri tenía tan grande interés en la Iglesia? Porque contiene
oraciones relacionadas con la oración del corazón. Porque la
oración del corazón en la tradición Profética y en la tradición
Hebrea también se hacía con el Psaltiri. Por esta razón el Apóstol
Pablo dice: “oraré y psalmodearé con el espíritu (el nus) y
también con la diania (mente, intelecto o la lógica” (1ªCor.
14,15). Entonces la oración noerá o del corazón no se hace
sólo con palabras sino también psalmodeando, es decir, con salmos.
Por eso tenemos indicios de la Tradición que la oración noerá
se hacía con los Salmos. Uno de estos ejemplos es San Juan el
Kasiano, quien enseñaba la oración noerá con los Salmos.
Hay muchos testimonios sobre este tema.
Por lo
tanto, ¿hace falta alguna demostración filosófica para estos
temas? No, puesto que aquellos que creen y han alcanzado en este
estado de oración noerá o del corazón tienen en su interior
esta experiencia. Además, dado que existe esta experiencia, ¿para
qué se necesita la metafísica? ¿Para qué se necesita y en qué
ayuda la filosofía. ¿Fue ayudado alguien esencialmente en su vida
por alguna filosofía para adquirir este estado de la noerá
oración, que energiza y opera incesantemente en el corazón, de modo
que uno se convierta en templo del Espíritu Santo?
Cuando
alguien no tiene esta experiencia y quiere adquirirla, entonces va y
se enseña de los que tienen esta experiencia. Habitualmente, esta
experiencia de la oración del corazón o noerá -aunque
existen excepciones- es condición imprescindible para que uno llegue
a la zéosis o glorificación, durante la cual adquiere
experiencia de la gloria increada de Dios. Esta experiencia de la
zéosis es exclusivamente regalo de Dios, que Él lo regala a
los que quiera, cuando quiera y al tiempo que quiera y no depende del
intento del hombre. Pero el requisito previo bajo condiciones
normales es tener uno la oración noerá o del corazón.
Juan Romanidis
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