ΓΕΡΟΝΤΑΣ
ΑΘΑΝΑΣΙΟΣ ΜΥΤΙΛΗΝΑΙΟΣ (1927-2006)
YÉRONTAS
ATANASIO MITILINEOS (1927-2006)
Las
Bienaventuranzas de Cristo Dios de la homilía en la Montaña
Contenidos
PREÁMBULO,
LAS BIENAVENTURANZAS E INTRODUCCIÓN
1ª
Bienaventuranza: pobreza espiritual y humildad
2ª
Bienaventuranza de la Montaña: el luto según Dios
3ª
Bienaventuranza de la Montaña: apacibilidad y serenidad
4ª
Bienaventuranza de la Montaña: La justicia
5ª
Bienaventuranza de la Montaña: La misericordia
6ª
Bienaventuranza de la Montaña: catarsis y pureza del corazón
7ª
Bienaventuranza de la Montaña: la paz
8ª
Bienaventuranza: perseguidos por justos cristianos
9ª
Bienaventuranza: martirio y confesión
Preámbulo
Con
la ayuda y la jaris (gracia, energía increada) de nuestro Santo Dios
Trinitario, la hermandad de nuestro santo Monasterio ofrece al
laós-pueblo de Dios estas diez homilías-clases catequéticas de
nuestro bienaventurado Yérontas Atanasio, que se refieren a las
bienaventuranzas de nuestro Señor.
El
apóstol Pablo haciendo una descripción profética de la profunda
crisis ética que caerían los hombres en los ésjatos-últimos
tiempos, escribe a su discípulo Timoteo lo siguiente:
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán
tiempos peligrosos.
Porque habrá hombres amadores de sí mismos,
avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los
padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
traidores, impetuosos, engreídos, amadores de los deleites más que
de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia
de ella; a éstos evita. Porque de éstos son los que se meten en las
casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados,
arrastradas por diversos vicios. Estas siempre están aprendiendo, y
nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y de la manera que
Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten
a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto
a la fe. Mas no irán más adelante; porque su insensatez será
manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos. Pero tú
has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad,
amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me
sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que
he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los
que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán
persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal
en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que
has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y
que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te
pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo
Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para objetar, para corregir, para instruir en justicia, a
fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra” (2 Tim 3).
Todos
estos atributos distinguen hoy los hombres de nuestra época, y son
manifestaciones de sus comportamientos que consisten en el fenómeno
de la “apostasía”-transfuguismo (2Tes 2,3) que constituye una
señal de los ésjatos-postreros tiempos.
Nuestros
cristianos se alejan de la fe ortodoxa y la moral evangélica.
Aceptan y cultivan otro modo de pensamiento y vida que forman el
hombre de la Nueva Era-New Age, que continuamente se aleja de la
verdad y se prepara para aceptar y recibir al “otro” (Jn 2,3), al
“hombre del pecado”, “al hijo de la perdición” (2Tes 2,3-4),
al Anticristo; y así se confirman las profecías del Apóstol Pablo.
Los
verdaderos obreros del Evangelio deben estar en alerta y vigilancia,
apoyando y catequizando al pueblo de Dios en la verdadera piedad.
Recordando continuamente que verdadero, cierto y eterno criterio de
los conceptos, los logos y las praxis de nosotros los Cristianos
ortodoxos no debe ser otro que la eterna y santa voluntad de nuestro
Dios Padre, tal y como nos ha enseñado el Cristo en la oración
sacerdotal.
Nuestro
bienaventurado Yérontas Atanasio con estas homilías, nos señala
que las bienaventuranzas de Cristo, que constituyen el preámbulo de
Su homilía en la Montaña, tiene como objetivo en proyectar el
carácter idóneo que debe adquirir el Cristiano ortodoxo para
convertirse a semejanza de Dios. Por eso es necesario que resistamos
a la fuerte corriente corrupta y degenerativa sobre espiritualidad y
ética.
Nuestra
hermandad agradece las “Ediciones Kipseli” que se han ocupado
para la disposición de este libro. También agradece todos aquellos
que han colaborado a esta edición. La oferta de ellos que sea por la
doxa=gloria del Dios Trinitario.
Mayo
2013 La hermandad del Monasterio.
LAS
BIENAVENTURANZAS DE CRISTO DIOS
(Con
cursiva es del Helénico actual, y no cursiva del clásico original.
Para mí, el traductor, en toda mi vida no he encontrado mejor
definición sobre la felicidad que las bienaventuranzas del Señor.)
1
Viendo la multitud subió a la montaña, se sentó y se le acercaron
sus discípulos, 2 y se puso a enseñarles, diciendo:
3
Bienaventurados y felices serán los pobres del espíritu porque de
ellos es y será la realeza increada de los cielos; (bienaventurados
y felices son y serán aquellos que están pobres de males y pecados
en el espíritu de su corazón de la psique e humildemente sienten su
pobreza espiritual y su dependencia integra de Dios, porque de ellos
es y será la realeza increada de los cielos).
4
Bienaventurados y felices los que están en luto, afligidos por sus
pecados y del mal que domina el mundo, porque ellos serán consolados
por Dios.
5
Bienaventurados y felices los apacibles, afables porque ellos
heredarán la tierra; (Bienaventurados y
felices los que dominan su ira, porque ellos recibirán como herencia
de Dios la tierra prometida y desde esta vida disfrutarán los bienes
de la herencia de la realeza increada celeste).
6
Bienaventurados y felices los hambrientos y sedientos de justicia,
porque ellos serán saciados (Dichosos
los que anhelan como hambrientos y sedientos la justicia, porque de
ellos serán satisfechos plenamente sus deseos de justicia);
7
Bienaventurados y felices los misericordiosos y caritativos, más los
que se compadecen con las desgracias del prójimo, porque ellos
alcanzarán la misericordia increada de Dios el día del juicio;
8
Bienaventurados los sanados, puros y limpios del corazón, o los que
han hecho la catarsis, la sanación y limpieza de su corazón de cada
mancha del pecado, porque ellos contemplarán y verán a Dios;
9
Bienaventurados y felices los pacificadores o los que hacen obra de
paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios; (Dichosos
los que a su interior por su santificación tienen la paz y la
transmiten también a los demás, pacificándolos entre sí y con
Dios, porque ellos serán reconocidos y proclamados en el mundo
celeste hijos de Dios).
10
Bienaventurados y felices seréis los perseguidos por ser justos,
virtuosos y perfectos cristianos, porque de ellos es y será la
realeza increada de los cielos.
11
Bienaventurados y felices seréis los que os habéis convertido en
mis discípulos cuando os injurien, os persigan y digan contra
vosotros todo tipo de calumnias y mentiras por causa mía.
12
Alegraos y deleitaos porque vuestra recompensa en los cielos será
grande e incalculable. Porque también persiguieron a los profetas
que ha mandado Dios antes que vosotros.
Introducción
Queridos
amigos míos, si quisiéramos ser hombres completos espiritualmente,
tal y como nos quiere el Cristo Dios, deberíamos estar estudiando y
viviendo la “homilía de nuestro Señor en la Montaña” y
sobre todo las nueve bienaventuranzas, que creo que son conocidas a
todos. Además, aquí tenemos también el Legislador, que es el
modelo y ejemplo perfecto, el Jesús Cristo. Y como el Señor se hizo
hombre perfecto, esto significa que el hombre también tiene la
capacidad y habilidad de hacer praxis todo lo que Aquel dijo.
La
“homilía en la montaña”, pues, es la ley perfecta, humanamente
realizable. Uno no puede decir que esta ley es una exposición
sobrehumana de parte del legislador, y que es sobrehumana e
irrealizable en la aplicación. No; es una ley factible y también
“psicoterapéutica”, sanadora y salvadora.
Cuando
el Cristo completó las bienaventuranzas que están contenidas en Su
“Homilía en la montaña”, dijo: “Sed,
pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos
es perfecto” (Mt 5,48). ¡Esto que se
ve muy lejano, a pesar de eso, es verdad, es decir, es posible lograr
la perfección! Lo dice el Señor: ¡Que
os hagáis perfectos como vuestro Padre de los cielos es perfecto!
Pero esto indica también cuánto lejos
estamos de la realidad de vivir el Evangelio.
Con
esta ley Suya, el Señor nos da la capacidad y posibilidad de llegar
el “como semejanza”, que después de nuestra caída del Paraíso
no hemos podido hacerlo praxis.
El
Dios nos hizo “a Su imagen”. Por supuesto que esto está fuera de
nuestra voluntad, y es la existencia que se llama hombre o humano.
Pero lo de “a Su semejanza”, nos lo ha dado como capacidad para
poder llegar al como imagen y poder realizarlo. Pero esto no lo
hicimos. Así viene el Señor a ayudarnos realizar esto el “como
semejanza”.
Este
logos Suyo, el Señor lo pronunció en una meseta o montaña baja,
por eso la hemos dado el nombre de “Homilía en la montaña”.
En
el Evangelio de Mateo la “Homilía en la Montaña” se extiende en
tres capítulos; empieza con las conocidas en nosotros como nueve
bienaventuranzas. Se llaman μακαρισμοί
(macarismí) bienaventuranzas porque en cada frase la
palabra μακάριος
(macarios)
es aquel que es considerado como bienaventurado, feliz y dichoso. Por
eso si se confirman estas nueve frases que el Señor nos dijo,
constituyen al hombre μακάριο
(makario),
es decir, bienaventurado, dichoso y feliz.
La
bienaventuranza corresponde al anhelo más profundo de la felicidad
real. El hombre fue creado para ser feliz; pero ha perdido esta
habilidad a causa de su pecado. El Cristo Dios pues, viene a
restablecer esta felicidad.
Domingo
19 Noviembre 1995, Yérontas Atanasio Mitilineos.
San
Juan de Crostanda: las Bienaventuranzas
Introducción:
«El camino que nos
conducirá a verdadera felicidad lo encontraremos en las nueve
bienaventuranzas-mandamientos primeros que ha dado el Señor en Su
homilía en la Montaña ante Sus discípulos y todo Su pueblo que Le
había seguido. Las bienaventuranzas se psalmodean diariamente en la
Divina Liturgia, durante la pequeña entrada, cuando la Bella Puerta
se abre por primera vez. Más abajo desarrollamos las
bienaventuranzas, para entenderlas mejor. De momento quedaos con
esto: 1) Hemos sido creados de Dios para la vida eterna y para
disfrutar la eterna bienaventuranza, felicidad y dicha. 2) A causa de
nuestro pecado hemos perdido nuestra bienaventuranza, fuimos
expulsados del Paraíso y a partir de allí nos han acompañado males
por los que el Señor nos ha avisado: nos hemos convertido en
corruptibles, fuimos condenados al cansancio y la fatiga, tener
aflicciones, penas y tristezas, y finalmente morirnos. 3) Ahora
estamos deambulando en nuestro exilio, buscando la bienaventuranza,
felicidad que hemos perdido y la verdadera patria de la que hemos
sido exiliados. 4) Nuestro Padre Celeste nos vuelve a regalar nuestra
verdadera patria, felicidad y bienaventuranza por gracia a Su Hijo,
el Señor Jesús Cristo con la condición que tengamos fe firme en
Él, mas aplicar y cumplir Sus mandamientos.
El
camino para la apocatástasis (restablecimiento) del hombre caído y
el regreso a la antigua bienaventuranza, felicidad y dicha, es: Su
encarnación, Su convivencia con los hombres, Su enseñanza divina y
Sus milagros, Sus pazos-pasiones, Su muerte por la Cruz y Su
resurrección de los “muertos”. El retorno a la antigua
bienaventuranza consiste en que el hombre cumpla Sus mandamientos,
vivirlos, participar en los Misterios, obedecer a los didáscalos,
santos maestros y sacerdotes de la Iglesia. No hay otro camino que
conduce a la bienaventuranza, felicidad y dicha, tal y como la ha
manifestado el mismo Cristo Dios: “YoSoY el camino, la
verdad y la vida; nadie puede venir al Padre sino es por mí” (Jn
14,6). “YoSoY la puerta; el que
por mí entrare, se sanará y será salvo” (Jn 10,9)».
©
Monasterio Komnineon de “Dormición de la Zeotocos” y “san
Demetrio” 40007 Stomion, Larisa, Fax y Tel: 0030. 24950.91220
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